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Una nueva ley para la cooperación española: un paso decisivo aún a mitad de camino

02.12.2022
Bolivia. Cooperacion Española
Foto: Miguel Lizana / AECID - Comunidad de Sica Sica (Bolivia)

El pasado 24 de noviembre fue un día intenso en el Congreso de los Diputados. Las reacciones a las inaceptables interpelaciones personales a la Ministra de Igualdad realizadas en sede parlamentaria el día anterior, acapararon una atención que hasta entonces concentraba la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2023. Mucho más inadvertido pasó ese mismo día en el pleno el debate y la posterior aprobación, casi a medianoche, del Proyecto de Ley de Cooperación para el desarrollo sostenible y solidaridad global, en cuya elaboración hemos participado.

¿Por qué es importante esta ley para ISGlobal? Porque la cooperación al desarrollo es una política pública fundamental para cumplir con nuestra misión institucional de convertir el conocimiento científico de excelencia que producimos en intervenciones y acciones que mejoren la salud global y de las personas teniendo en cuenta una perspectiva de equidad. Esto es algo que llevamos años llevando a cabo en Mozambique, Bolivia o Marruecos, entre muchos otros países, a través de programas y proyectos de desarrollo en el ámbito de la salud. Por esta experiencia acumulada somos conscientes desde hace tiempo de la necesidad de actualizar un marco legal que data de 1998.

La cooperación al desarrollo es una política pública fundamental para cumplir con nuestra misión institucional de convertir el conocimiento científico de excelencia que producimos en intervenciones y acciones que mejoren la salud global y de las personas desde una perspectiva de equidad

El nuevo marco legal no solo tiene que adaptarse a la evolución de la agenda internacional del desarrollo, vertebrada por los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde su aprobación en 2015. También es necesario que siente las bases de un nuevo modelo de cooperación capaz de responder a los desafíos globales a través de la generación, transferencia y traslación de conocimiento, que promueva la innovación, la orientación al impacto y el trabajo en alianza. La concurrencia de todos estos elementos permitirá maximizar las contribuciones de España a la salud global, y contribuir con ello a abordar los múltiples retos existentes, gran parte de ellos subrayados, cuando no exacerbados, por la pandemia de COVID-19. Hemos incidido en este sentido a lo largo del proceso de elaboración de la ley, y logrado que, efectivamente, defina un marco general adecuado desde esta perspectiva de salud global. Sin embargo, como señala el título de esta entrada, supone un mero paso: si bien resulta decisivo, todavía se encuentra a mitad de camino. 

 

Centro de salud de Niakamoro en Bamako (Malí), donde UNICEF ha realizado programas de salud y nutrición con el apoyo de Cooperación Española. Foto: Miguel Lizana / AECID

 

Para empezar porque la ley aún no está aprobada. Al proceso legislativo le queda completar su tramitación en el Senado: si allí se introducen enmiendas, el texto volverá al Congreso de los Diputados, que tendrá que aceptarlas o rechazarlas para la aprobación definitiva de la ley. De no plantearse enmiendas, esta aprobación definitiva tendría lugar en el propio Senado. Más que la instancia en que finalmente se apruebe, lo importante aquí es apurar los plazos y espacios del proceso legislativo para consolidar y ampliar el consenso de los distintos grupos políticos en torno a la ley, a la que solo se ha opuesto VOX.

Desde el área de Análisis y Desarrollo Global procuraremos que el resto del camino profundice en esta transformación desde una perspectiva de salud global que haga realidad la oportunidad que indudablemente representa la nueva ley

Una vez aprobada la ley habrá que acometer la tarea de concretar ese marco, de desarrollar a partir de él un nuevo modelo de cooperación al desarrollo alineado con el resto de actores internacionales, que optimice el gran capital técnico y humano de nuestro país y el valor añadido de algunas de sus señas de identidad, como el papel de la cooperación autonómica y local. Para ello en los próximos meses deberán desarrollarse reglamentariamente aspectos a los que la propia ley emplaza, y también elaborarse al amparo de esta nueva ley documentos estratégicos como el IV Plan Director de la Cooperación Española, estrategias específicas en el ámbito de la salud y la cooperación multilateral. Finalmente habrá que revisar los instrumentos normativos y herramientas administrativas para favorecer de una forma efectiva las alianzas y eliminar los obstáculos que dificultan la implicación real de todos los actores llamados a desempeñar un papel importante en el desarrollo global. Desde el área de Análisis y Desarrollo Global procuraremos que el resto del camino profundice en esta transformación desde una perspectiva de salud global que haga realidad la oportunidad que indudablemente representa la nueva ley.