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  • Mark J Nieuwenhuijsen
    Mark J Nieuwenhuijsen , Research Professor, Director of the Urban Planning, Environment and Health Initiative, and Head of the Climate, Air Pollution, Nature and Urban Health Programme Salud ambiental
  • Implementar las nuevas directrices de calidad del aire de la OMS puede prevenir millones de muertes prematuras y muchos más casos de enfermedad

    22.9.2021
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    Foto: Jacek Dylag / Unsplash

    [Este texto está escrito por los Investigadores Principales (IP) en contaminación atmosférica de ISGlobal: Mark Nieuwenhuijsen, Josep Maria Antó, Xavier Basagaña, Payam Dadvand, Monica Guxens, Manolis Kogevinas, Kurt Straif, Jordi Sunyer, Cathryn Tonne, Michelle Turner, Martine Vrijheid.]

    La contaminación atmosférica es la principal amenaza ambiental para la salud a nivel global, y provoca un abanico de efectos adversos para la salud, incluso con las menores concentraciones. Cada año, millones de personas mueren de forma prematura en todo el mundo y muchas más enferman como consecuencia de la contaminación atmosférica. Los efectos sobre la salud de la contaminación atmosférica incluyen, entre otros aspectos, las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, el cáncer, y los efectos sobre el cerebro y los resultados del parto.

    Imagen: Efectos de la contaminación atmosférica sobre la salud. ciudadesquequeremos.isglobal.org.

     

    La etapa fetal y la infancia son especialmente vulnerables, y la contaminación atmosférica provoca, entre otros problemas, partos prematuros, bajo peso al nacer, mortinatos, asma infantil y obesidad, y reducción del desarrollo cognitivo y del rendimiento escolar. Sólo en la Unión Europea, la contaminación atmosférica provoca 200.000 nuevos casos de asma infantil al año, que representan alrededor de un tercio de todos los nuevos casos de asma infantil. Es necesario hacer mucho más para proteger a las futuras generaciones.

    Finalmente, después de muchos años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha actualizado en septiembre de 2021 sus Directrices Mundiales de Calidad del Aire, del año 2005. Las nuevos valores límite de calidad del aire son muy inferiores a las directrices previas, y se basan en un conjunto de evidencia científica muy superior.

    Después de muchos años, la OMS ha actualizado sus Directrices Mundiales de Calidad del Aire. Las nuevos valores límite de calidad del aire son muy inferiores a las directrices previas, y se basan en un conjunto de evidencia científica muy superior.

    Las directrices recomiendan que las concentraciones medias anuales de PM2,5 no sobrepasen los 5 µg/m3 y que las de NO2 no sobrepasen los 10 µg/m3; la concentración media de ozono en un promedio de 8h en temporada pico no debería sobrepasar los 60 µg/m3. Como referencia, los valores correspondientes en las directrices del año 2005 para PM2,5 y NO2 eran, respectivamente, de 10 µg/m3 y 40 µg/m3; mientras no se incluían recomendaciones para las concentraciones de ozono a largo plazo. Aunque las guías no son legalmente vinculantes, confiamos en que influenciarán las políticas de calidad del aire en todo el planeta durante muchos años, y reducirán el gran impacto sobre la salud pública que actualmente provoca la contaminación atmosférica.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha actualizado sus Directrices Mundiales de Calidad del Aire.

     

    La inminente revisión, en el año 2022, de la Directiva relativa a la calidad del aire ambiente de la UE ofrecerá la posibilidad de tomar la iniciativa e integrar las nuevas guías de calidad del aire de la OMS en la legislación europea, y de implementarlas por toda la UE.

    Las actuales guías relativas a la calidad del aire ambiente de la UE han quedado desfasadas incluso respecto a las guías de la OMS ahora reemplazadas (p.ej., el valor límite de PM2,5 es 25 µg/m3) y dan cabida a una elevada carga de enfermedad vinculada a la contaminación atmosférica (400.000 muertes prematuras al año). Se ha dedicado demasiada atención a aspectos que no son la salud. La ciudadanía europea merece un aire puro y seguro.

    Las actuales guías relativas a la calidad del aire ambiente de la UE han quedado desfasadas incluso respecto a las guías de la OMS ahora reemplazadas. La ciudadanía europea merece un aire puro y seguro.

    Algo así no estará exento de retos. Por ejemplo, las ciudades son focos de contaminación atmosférica, y muchas de las ciudades de la UE sobrepasan incluso las directrices actuales. Algunas fuentes relevantes de contaminación atmosférica son, por ejemplo, el tráfico motorizado, la calefacción de las viviendas, la combustión de biomasa en interiores, los puertos, los aeropuertos y la industria. Necesitamos urgentemente reducir el tráfico privado motorizado en las ciudades y aumentar el transporte activo, sustituir los combustibles fósiles por energías renovables y proporcionar más espacios verdes, entre otras medidas.

    Fuente: isglobalranking.org. Datos del estudio “Premature mortality due to air pollution in European cities; an Urban Burden of Disease Assessment” (Khomenko et al., 2021), publicado en The Lancet Planetary Health en enero de 2021. Los niveles se refieren a los valores límite de la OMS de 2005.

    Pero no se trata solo de las ciudades, ya que, por ejemplo, el sector agrícola también contribuye de manera significativa a la contaminación atmosférica. Deben realizarse esfuerzos para reducir las emisiones de contaminación atmosférica mediante cambios en las prácticas agrícolas.

    Pero quizá nunca ha habido un momento mejor para reducir los niveles de contaminación atmosférica. La crisis climática también requiere cambios drásticos en nuestra sociedad, y muchas de las medidas que abordan y reducen los impactos de la crisis climática también reducen la contaminación atmosférica. La COP26 en Glasgow en noviembre representa una oportunidad única y esencial de acordar e implementar las medidas, que deberían estar respaldadas por grandes medidas económicas. Los fondos financieros para la recuperación de la COVID-19 deberían dirigirse a estos retos.

    La COP26 en Glasgow en noviembre representa una oportunidad única y esencial de acordar e implementar las medidas, que deberían estar respaldada a nivel económico

    Esta necesidad urgente ha sido reconocida por más de 100 sociedades médicas, de salud pública y científicas que proporcionan un importante respaldo a la implementación de las guías en todo el mundo, dado que la reducción de los niveles de contaminación atmosférica conllevará enormes mejoras en salud pública para personas de todas las edades. Damos pleno apoyo a dichos esfuerzos.

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    Más de 100 sociedades científicas firman su apoyo a las nuevas directrices de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS)