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Así realizamos el trabajo de campo de uno de los mayores estudios sobre contaminación del aire y gestación

04.12.2018

[Este artículo se ha publicado conjuntamente con el blog CaixaCiència]

Nuestro gran reto: Realizar el trabajo de campo de unos de los mayores estudios que existen en el mundo sobre contaminación atmosférica y gestación

9.600 tubos para medir el dióxido de nitrógeno (NO2), 2.600 filtros para muestrear las partículas en suspensión (PM2,5), 31 sonómetros, 40 móviles, 31.200 botes de orina, 45 medidores de temperatura y humedad, y 44 pulseras de actividad física y calidad del sueño. Sin olvidarnos de las 24 mochilas, las 4 motos eléctricas y los 200 metros de velcro industrial. Estas son parte de las herramientas que contamos para nuestro gran reto: Realizar el trabajo de campo ambiental de unos de los mayores estudios que existen en el mundo hasta ahora sobre contaminación atmosférica y gestación.

 

Glòria Carrasco (izquierda) explicando el funcionamiento de la mochila que mide exposiciones personales a Susana Pascual (derecha), voluntaria embarazada que participa en el Proyecto BiSC

 

Esta historia empezó hace unos meses, cuando Jordi Sunyer, jefe del programa de Infancia y Medio Ambiente de ISGlobal, y Payam Dadvand, investigador sénior, me invitaron a participar en el trabajo de exposición ambiental del Proyecto BiSC (Barcelona Life Study Cohort), que analizará el papel de la placenta frente a los contaminantes del aire y el desarrollo del cerebro de niños y niñas antes y después del parto, a partir de 1.200 mujeres embarazadas que participarán de forma voluntaria en el estudio. ¡Qué reto! ¡Y qué emoción!

Junto con Laia, Beatriz, Eduard y Berta, los miembros del equipo de exposiciones ambientales del proyecto, hemos dedicado mucho esfuerzo y cariño a prepararlo todo para que el proyecto haya podido empezar a caminar a principios de noviembre. Iniciar este estudio no ha sido cosa de dos días: horas y horas de reuniones, revisiones de protocolos de medición de las diferentes exposiciones, comprobaciones de todos los instrumentos de medida y filtros necesarios, prototipos de soportes para los sonómetros y los tubos de NO2, etc.

 

Jordi Sunyer, jefe del programa de Salud Infantil y Medio Ambiente de ISGlobal y director de BiSC, junto con la voluntaria Susana Pascual

 

Hay una parte logística importante que también nos ha llevado de cabeza. Por ejemplo, ¿cómo se podía mover diariamente el equipo por toda la ciudad para entregar mochilas, recoger los botes de orina, cargar las baterías de los instrumentos o descargar datos de manera rápida y eficaz? Finalmente, lo hemos solucionado con cuatro motos eléctricas y con un campamento base en las oficinas de ISGlobal de Campus Clínic, para estar más cerca de las voluntarias, ya que los hospitales de referencia son Sant Joan de Déu, Hospital Clínic y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.

Las voluntarias llevan encima una mochila durante 48 horas (...). Esta es una de las novedades: se mide la exposición personal de cada participante

En un estudio como este, la implicación de las voluntarias es clave. Por un lado, se instala en sus casas y durante una semana medidores de contaminación del aire y ruido en el exterior -en la fachada-, y temperatura y humedad -en su dormitorio-. Por otro, llevan encima una mochila durante 48 horas, con diferentes instrumentos para medir la exposición personal a la contaminación del aire (partículas en suspensión PM2.5, carbono negro y NO2), un GPS que recoge los trayectos habituales que realizan, así como una pulsera de medición de actividad física, calidad del sueño y luz. Esta es una de las novedades: se mide la exposición personal de cada participante, mientras la mayoría de estudios están centrados en la exposición residencial o en estimaciones de estaciones cercanas a sus viviendas.

 

 

Las embarazadas participan en la fase de medida de exposición ambiental del estudio durante su primer y tercer trimestre de embarazo, así que además de lidiar con sus problemas de mareos y vómitos, les pedimos que lleven una mochila con instrumentos durante 48 horas. Para algunas, participar en el Proyecto BiSC no es fácil: se mueven para arriba y para abajo todo el día, tienen hijas o hijos pequeños, hacen mil cosas en sus vidas diarias... y aún así están dispuestas a cedernos parte de su tiempo y energía para el estudio.

 

La voluntaria Susana Pascual con la mochila de medida de exposiciones personales

 

¡Su reacción ha sido muy positiva! Se han mostrado entusiasmadas. Son muy conscientes que vivir en la ciudad conlleva riesgos para la salud que deben ser estudiados y evitados. Están cediendo su tiempo para contribuir a un futuro mejor no sólo para sus hijos e hijas, sino también a los hijos de sus hijos, y las generaciones que vendrán.

El objetivo es conseguir la implicación de 1.200 voluntarias que residan en Barcelona y Esplugues y que se encuentren en el 1º trimestre de embarazo

El proyecto, que acaba de empezar, se encuentra en fase de creación de una cohorte de mujeres embarazadas. El objetivo inicial es conseguir, durante dos años, la implicación de 1.200 voluntarias que residan en la ciudades de Barcelona y Esplugues y que se encuentren en el primer trimestre de embarazo.

 

Detalle de la pulsera de medición de actividad física, calidad del sueño y luz (izquierda), y tubo de NO2 (derecha)

 

BiSC se lleva cabo bajo la coordinación de ISGlobal, centro impulsado por la Fundación Bancaria ”la Caixa”, en colaboración con el centro BCNatal (Hospitales Sant Joan de Déu, Hospital Clínic y Universidad de Barcelona) y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau.

La fase de reclutamiento es clave para garantizar el éxito del proyecto. Por ello, si estás embarazada y en tu primer trimestre de embarazo, entra en www.proyectoBiSC.org y súmate a las 1.200 mujeres embarazadas que colaborarán a construir las ciudades que queremos: entornos urbanos saludables donde nuestros hijos e hijas puedan crecer de forma saludable.