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¿Cómo puede influir la planificación urbana en el neurodesarrollo infantil?

03.1.2022
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Foto: Markus Spiske / Unsplash

La creciente urbanización a nivel mundial está aumentando la cantidad de residentes urbanos y, según las proyecciones, el 68% de la población mundial vivirá en áreas urbanas en el año 2050. Por tanto, más personas estarán expuestas a un entorno adverso, incluyendo la mala calidad del aire, poco acceso a espacios naturales y densas zonas edificadas, lo que representa un riesgo significativo para la salud infantil.

La vida temprana el embarazo y los primeros años de infancia− se considera un periodo de alta sensibilidad a los riesgos ambientales, y las alteraciones durante el desarrollo del niño o niña pueden conllevar consecuencias para la salud a corto y largo plazo. Según el estudio de la carga global de las enfermedades (GBD, por sus siglas en inglés), los índices de prevalencia de trastornos mentales en niñas y niños europeos han aumentado en un 6% en las dos últimas décadas. Aunque tal incremento puede reflejar el aumento de la concienciación sobre estas enfermedades y unos criterios diagnósticos más amplios, existe una preocupación general sobre la posible implicación de factores ambientales.

La vida temprana –el embarazo y los primeros años de infancia− se considera un periodo de alta sensibilidad a los riesgos ambientales, y las alteraciones durante el desarrollo del niño o niña pueden conllevar consecuencias para la salud a corto y largo plazo

La contaminación atmosférica es uno de los principales factores de riesgo de diversos efectos adversos sobre nuestra salud, incluso a las concentraciones más bajas observables. Los efectos sobre la salud de la contaminación atmosférica incluyen, entre otros, enfermedades cardíacas y respiratorias, cáncer, problemas al nacer y efectos sobre el cerebro. Según numerosos estudios, la contaminación tiene efectos adversos sobre el neurodesarrollo, incluyendo un riesgo mayor de trastorno del espectro autista, mayores problemas de atención, y función cognitiva y motora inferior. Los espacios naturales también pueden ser beneficiosos para el neurodesarrollo.

Aunque el número de estudios sobre los efectos que los espacios naturales ejercen sobre la salud mental en la infancia sigue siendo limitado, parece que la exposición a los espacios verdes es beneficiosa para el comportamiento y la cognición infantil. Sin embargo, las investigaciones previas no han evaluado el impacto de múltiples grupos de exposición de forma simultánea utilizando el concepto de exposoma.

Jamie Taylor / Unsplash

 

Recientemente hemos publicado un estudio para analizar el impacto del exposoma urbano en la función cognitiva y motora de casi 5.500 niños y niñas en siete áreas urbanas europeas –Bradford (Reino Unido); Nancy y Poitiers (Francia); Gipuzkoa, Sabadell y Valencia (España); y Heraklion (Grecia). Estos resultados forman parte del proyecto The Human Early Life Exposome (HELIX) (proyecto sobre el exposoma de los primeros años de vida del ser humano), financiado por la Comisión Europea y coordinado por ISGlobal, que incluye datos de cohortes de nacimiento entre las que se incluyen Born in Bradford, EDEN, el Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente) y RHEA.

Recientemente hemos publicado un estudio para analizar el impacto del exposoma urbano en la función cognitiva y motora de casi 5.500 niños y niñas en siete áreas urbanas europeas

Tuvimos en cuenta 13 exposiciones urbanas alrededor de la vivienda, desde el embarazo hasta los tres años de edad:

  • Entorno construido: densidad de población, densidad de edificación, densidad y riqueza de servicios, diversidad en los usos del suelo, densidad de interacciones de calles, proximidad al transporte público y transitabilidad a pie.
  • Espacios naturales: verdor alrededor de la vivienda y proximidad a grandes espacios verdes y azules.
  • Contaminación atmosférica: niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas finas (PM2,5).

Evaluamos la función motora (funciones motoras finas y gruesas) y la función cognitiva (capacidades verbales y no verbales) utilizando test validados cuando los niños y niñas tenían entre cuatro y cinco años.

En coherencia con investigaciones anteriores, observamos que una mayor exposición a las partículas finas durante el embarazo se asociaba a puntuaciones más bajas en test de motricidad fina.

Este es el primer estudio que muestra que las exposiciones a ciertos factores del entorno construido se asocian con la función cognitiva de los niños y niñas a los cinco años. En particular, una mayor conectividad (es decir, densidad de intersecciones de calles) y la diversidad en los usos del suelo durante el embarazo se asociaron con menores capacidades verbales. También confirmamos que los entornos naturales podrían tener un efecto beneficioso sobre el desarrollo cognitivo mediante la reducción de los efectos nocivos de la contaminación atmosférica. De hecho, observamos que el 75% de los efectos positivos de los entornos verdes sobre las capacidades verbales estaban mediados por una reducción de los niveles de partículas finas.

Este es el primer estudio que muestra que las exposiciones a ciertos factores del entorno construido se asocian con la función cognitiva de los niños y niñas a los cinco años

A medida que el mundo sigue urbanizándose, los países seguirán enfrentándose a retos para satisfacer las necesidades de sus poblaciones, incluyendo la vivienda, el transporte y los servicios básicos como la educación y la atención sanitaria. Las políticas urbanas deben garantizar el acceso de toda la población a las infraestructuras y los servicios sociales, centrándose en las necesidades de los grupos de población más vulnerables, como la infancia, en términos de vivienda, educación, asistencia sanitaria y un entorno seguro. La salud de la población debería ser la base de la planificación urbana.