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¿Es el nuevo coronavirus la enfermedad X?

04.2.2020

 

El 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la epidemia del nuevo coronavirus o COVID19 una emergencia internacional de salud pública (PHEIC, por sus siglas en inglés).

Hace cuatro años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una lista prioritaria de patógenos sobre los cuales se necesita con urgencia más investigación. Todos son virus contra los cuales aún no tenemos vacuna o tratamiento específico, y que tienen el potencial de causar una epidemia con un número considerable de muertes. En esta lista se incluían ya dos coronavirus: el MERS y el SARS. Un par de años después, la OMS añadió el ya conocido virus del Zika (por sus graves consecuencias en los fetos de las madres infectadas), y la llamada “enfermedad X”, para designar cualquier otro virus aún no descrito, pero con potencial de causar una epidemia.

La predicción de una enfermedad X, que tanta intriga causó en su momento, parece haberse cumplido más temprano que tarde. Poco antes de cerrar el 2019, varios casos de una misteriosa neumonía aparecieron en la ciudad de Wuhan (China) todos relacionados con la visita a un mercado donde se venden una multitud de animales, muchos de ellos salvajes. Tras descartar los sospechosos habituales (influenza, MERS, SARS, etc.), la comunidad médica constató que estaba frente a un nuevo virus de la familia de los coronavirus (la misma a la que pertenecen el MERS y el SARS). Llamado inicialmente 2019-nCoV,  ha sido bautizado  oficialmente como SARS-CoV-2 y la enfermedad que provoca recibe el nombre de COVID19 (haciendo referencia a las siglas de enfermedad por coronavirus y al año en que se identificó por primera vez).

La predicción de una enfermedad X, que tanta intriga causó en su momento, parece haberse cumplido más temprano que tarde

En pocas semanas, la epidemia ha evolucionado de manera muy rápida: más de 90.000 casos a fecha del 05 de marzo (la gran mayoría en China) y el virus ha viajado por avión o crucero a más de 80 países. Afortunadamente, el conocimiento sobre el virus también ha avanzado a grandes pasos y la respuesta (en China y a nivel internacional) ha sido mucho más rápida, eficaz y transparente que la del SARS en 2002-2003. Sin embargo, quedan muchas incógnitas, sobre todo con lo que respecta a la facilidad con la que se transmite el virus (o tasa de contagio), si las personas asintomáticas pueden transmitirlo o no, y qué tan peligroso es (la tasa de mortalidad). De todo esto dependerá la evolución de la epidemia en las próximas semanas.

¿Y habrá más enfermedades X, Y o Z?

La respuesta es un contundente “Sí”. Alguien me preguntaba alguna vez ¿cómo es que ahora aparecen tantos nuevos virus? El concepto de nuevo es muy relativo. Los virus que forman parte de la lista mencionada arriba se llaman emergentes porque se han identificado recientemente, tras causar enfermedad en los humanos. Sin embargo, estos virus existen desde hace mucho tiempo en reservorios animales en la naturaleza.

Un cálculo realizado a partir de un estudio en murciélagos estima que existen por lo menos unos 320.000 virus que infectan a mamíferos, y que todas las especies de vertebrados podrían albergar por lo menos 3 millones y medio de virus diferentes. Si juntamos vertebrados, invertebrados, plantas, líquenes y algas, este número podría subir a más de 100 millones. Y esto sin contar a los virus que infectan a bacterias (bacteriófagos). La revista Nature calculaba que, si todos los virus presentes en el planeta (~1031) se alinearan, ¡cubrirían una distancia de 100 millones de años luz!

La revista 'Nature' calculaba que, si todos los virus presentes en el planeta (~1031) se alinearan, ¡cubrirían una distancia de 100 millones de años luz!

Sabiendo que conocemos apenas unos 1.400 patógenos humanos (incluyendo virus, bacterias, hongos, protozoarios y gusanos), sobra decir que la cantidad de virus que desconocidos pero que podrían algún día “saltar” al humano y causar una epidemia, es abrumadora.

Si bien el peligro de que esto ocurra siempre ha existido, el riesgo de que ocurra es cada vez mayor. Somos cada vez más en el planeta, estamos invadiendo cada vez más ecosistemas donde viven muchos animales (y sus virus) con los que antes no teníamos contacto, y viajamos cada vez más rápido y más lejos. Sin hablar del cambio climático, que provocará una redistribución de muchos animales (y sus virus) a nuevos hábitats.

Por lo pronto, será importante identificar el reservorio animal del nuevo coronavirus para intentar evitar que un brote similar en el futuro - en SARS el huésped intermediario entre murciélagos y humanos resultó ser un gato salvaje, y un análisis reciente sugiere que para el SARS-CoV-2 podría haber sido el pangolino, animal muy usado en la medicina china tradicional. También será importante limitar la captura y venta de animales salvajes en los mercados, sabiendo que existen por lo menos 320.000 virus desconocidos que podrían hacer lo mismo.  

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