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Tan diminuto y tan letal

19.8.2019

Foto: Laboratorio de parasitología del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM), Mozambique.

Los hallazgos de Ross, Patrick y muchos otros marcaron una época que muchos describirían como crucial para la humanidad, ya que los mosquitos fueron descritos oficialmente como "enemigos humanos"

Puede que los mosquitos hayan coexistido con la humanidad durante siglos, pero solo hace unos 120 años que fueron considerados, por primera, vez como los organismos responsables de transmitir la malaria, una de las enfermedades más peligrosas para la humanidad.

Este descubrimiento revolucionario fue posible gracias a la notable investigación de un británico de reconocido talento, Ronald Ross. Curioso por hallar al insecto culpable de transmitir la malaria, se inspiró en la hipótesis de otro médico, Patrick Manson, que consideraba los mosquitos como principales sospechosos. Diez años antes, en 1878, Manson había descubierto que ciertos mosquitos podrían haber sido un nexo entre humanos y filarias, y también con los parásitos de la malaria .

Los hallazgos de Ross, Patrick y muchos otros marcaron una época que muchos describirían como crucial para la humanidad, ya que los mosquitos fueron descritos oficialmente como "enemigos humanos" y dejaron de ser un simple grupo de insectos que, en coexistencia, ocupaban un lugar en el planeta.

Hasta la fecha, gracias a rigurosas investigaciones y a la difusión del conocimiento acerca de estos insectos durante años, ya se han descrito varias especies como portadoras de varios patógenos. Y es así como el mosquito se convierte en el organismo más estudiado, más famoso y más peligroso del planeta.

Se necesitan urgentemente nuevas estrategias para eliminar a los mosquitos, ante la aparición de resistencias y cambios de comportamiento

Aunque la biología, la ecología y el comportamiento del insecto se comprenden mejor hoy que en el siglo pasado, todavía son muchas las personas que mueren —casi 1 millón— como resultado de las enfermedades que transmite . Cabe señalar que casi la mitad de la población mundial vive en áreas geográficas donde estas especies están presentes, y que las poblaciones más afectadas y más vulnerables son las que viven en un entorno ambiental pobre (deficientes sistemas de drenaje que favorecen el sustento del mosquito) y condiciones de vivienda precarias, con salarios bajos, un sistema de salud deficiente e infraestructuras viales precarias, por mencionar algunas. Este grupo a menudo se describe como "empobrecido".

Valorando los vacíos de protección de herramientas de control vectorial primario con una portavoz de la comunidad en Matutuine, al sur de Mozambique. (Foto: Mercy Opiyo)

Sin duda, la lucha contra los mosquitos ha reducido significativamente la carga de las enfermedades que transmiten, y hay que reconocer y aplaudir los excelentes resultados logrados hasta la fecha. Este éxito se ha alcanzado sobre todo al eliminar mosquitos con herramientas antimosquitos —a menudo descritas como herramientas de control de vectores—, gracias a personal científico, personas innovadoras, industrias y donantes. Sin embargo, ahora se necesitan urgentemente nuevas estrategias para eliminar a los mosquitos , ante la aparición de resistencias y cambios de comportamiento, entre otras razones. Por ello, los y las profesionales de la entomología —la rama de la biología que estudia los insectos y por ende los insectos vectores de enfermedades— buscan continuamente nuevas herramientas con la esperanza de hallar, algún día, esa bala de plata —o, mejor aún, dorada.

El diseño de intervenciones de cualquier tipo requerirá la participación temprana de las comunidades diana para mejorar herramientas y metodologías

Cabe decir que no podemos ignorar el papel que han desempeñado las sociedades "empobrecidas" y que seguirán desempeñando en la lucha contra las enfermedades transmitidas por vectores. La aceptabilidad, el cumplimiento y el uso son algunos de los conceptos clave para determinar si nuestras herramientas tienen el impacto esperado. A medida que la carga se reduce y/o las herramientas usadas año tras año en la vida diaria se vuelven monótonas, estos indicadores clave pueden disminuir y, en consecuencia, las herramientas de control vectorial podrían proteger a un número de personas inferior al previsto.

Y es así como el diseño de intervenciones de cualquier tipo requerirá la participación temprana de las comunidades diana para mejorar las herramientas y las metodologías. A medida que científicios, filántropos, artistas, financiadores, industrias, políticos y muchos otros continúen luchando en esta guerra de enfermedades transmitidas por vectores, estoy convencida de que algún día ganaremos y que las comunidades "empobrecidas" podrán definirse como "prósperas". Pero solamente si actuamos de acuerdo con uno de los consejos de Ross: "un instinto afilado hacia la dirección correcta".