Publicador de continguts
javax.portlet.title.customblogportlet_WAR_customblogportlet (Blog Health is Global)

Que sean niñas y no madres antes de tiempo

27.3.2019

Foto: Banco Interamericano de Desarrollo.

 

Jenny Benalcazar Mosquera es coordinadora de la sala de parto del Hospital Gineco Obstétrico Isidro Ayora de Loja (Ecuador). Participó en la primera edición regional para América Latina del taller de liderazgo “Safe Mothers and Newborns” organizado por ISGlobal, centro impulsado por “la Caixa”, en colaboración con AECID y OPS. 

 

La adolescencia es el periodo de crecimiento y desarrollo humano comprendido entre los 10 y los 19 años de edad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Ecuador, mi país, a esta edad, el 12% de las mujeres ya tienen un hijo o han experimentado al menos un embarazo. Es la tasa más alta de Sudamérica. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) indica que el 49,3 de cada 100 nacidos vivos fueron hijos de madres adolescentes.

En Ecuador, mi país, a esta edad, el 12% de las adolescentes ya tienen un hijo o han experimentado al menos un embarazo

Son datos preocupantes, como lo es que en los últimos diez años, el incremento de los partos en adolescentes en edades de 10 a 14 años fue de un 78%, mientras que entre los 15 y 19 años aumentaron un 11%. Por todo ello, Ecuador es el tercer país de la región latinoamericana, y el primero en la región andina, con las tasas más altas de embarazo adolescente, según el Plan Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, solo por detrás de Nicaragua y República Dominicana.

Los derechos de salud sexual y reproductiva consisten en garantizar el control seguro y eficaz de la propia fecundidad, es decir, decidir cuándo y cuántos hijos tener, facilitando el acceso a métodos anticonceptivos y de planificación familiar.

 

[Este artículo se ha publicado en El País-Planeta Futuro. Sigue leyendo aquí]

 

Contenidos relacionados

Cómo avanzar en la reducción del embarazo adolescente

Embarazo adolescente en México: un problema creciente alimentado por la inequidad