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La eliminación de la polio en África: un presagio del éxito

26.8.2020
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Foto: Louie Rosencrans/CDC - Una niña en brazos de su madre recibiendo su dosis de la vacuna oral contra la polio. Camerún, 2015.

Esta semana celebramos un paso fundamental en el camino hacia la erradicación de la polio. Después de décadas de progreso, África ha logrado la eliminación del poliovirus salvaje de sus muchas costas, lo que refleja un enorme esfuerzo en 47 países y ha liberado al continente de la amenaza de una enfermedad que causaba cada año parálisis a 75.000 niños y niñas, hace solo 25 años.

África ha logrado la eliminación del poliovirus salvaje, lo que refleja un enorme esfuerzo en 47 países y ha liberado al continente de la amenaza de una enfermedad que causaba cada año parálisis a 75.000 niños y niñas, hace solo 25 años

Este hito es un homenaje a todas las personas involucradas: desde el personal que suministraba las vacunas, a veces con un gran riesgo para ellos mismos; hasta las comunidades que dieron la bienvenida a la vacunación; los líderes locales y tradicionales que respaldaron la seguridad de las campañas de prevención de la polio; y el liderazgo al más alto nivel político en cada país, que han apoyado la iniciativa mundial incluso cuando las tasas de enfermedad eran tan bajas que ya no era una prioridad nacional. Para tener éxito, cada país ha tenido que implementar y mantener unos niveles altos de inmunización, a veces en el contexto del escepticismo y la resistencia activa, construir nuevos sistemas de vigilancia para monitorear la situación del virus y asegurarse de que todos los casos de parálisis eran identificados y supervisados.

Esta es la excelencia en la salud global y una gran lección sobre la capacidad de este continente para abordar los innumerables problemas de salud que enfrenta, desde otras enfermedades infecciosas como la malaria, la tuberculosis y la COVID-19, hasta una agenda de enfermedades crónicas emergentes. El optimismo es un ingrediente clave del éxito y poder hacer una pausa, esta semana, para reconocer este logro es un respiro de las preocupaciones sobre la pandemia actual.

Esta es la excelencia en la salud global y una gran lección sobre la capacidad de este continente para abordar los innumerables problemas de salud que enfrenta, desde otras enfermedades infecciosas como la malaria, la tuberculosis y la COVID-19, hasta una agenda de enfermedades crónicas emergentes

Mantener el programa contra la polio (vacunación y vigilancia) es absolutamente fundamental. La vigilancia identifica rápidamente la reimportación desde países donde el poliovirus todavía está circulando y recopila la información para reconocer cuando se producen brotes derivados de las vacunas. Después de haber logrado la eliminación, África cuenta con los sistemas para reconocer y gestionar ambos.

Reflexionando sobre el verano de 1954 en los Estados Unidos, donde los hospitales de la ciudad de Nueva York fueron inundados por pacientes de polio y mi padre, como residente, pasó sus primeros meses como médico de polio, hasta la licencia de la primera vacuna de la polio producida por Salk en abril de 1955, cuando experimentó el contraste reflejado por la virtual desaparición de la enfermedad al año siguiente. Hemos recorrido un largo camino desde entonces. Tener las herramientas adecuadas fue un ingrediente clave para el éxito. La vacuna antipoliomielítica oral trivalente de Sabin estuvo disponible en 1963 y fue el pilar del programa mundial, pero el camino no ha sido fácil.

La innovación ha seguido siendo un ingrediente fundamental a lo largo de todo el camino hacia la erradicación. Las nuevas herramientas agregadas al kit contra la polio incluyen la epidemiología molecular para rastrear el origen de los casos detectados y la vigilancia ambiental para identificar áreas con transmisión activa del virus como se refleja en la replicación viral. Además de eso, las y los científicos están trabajando actualmente en una nueva vacuna oral con un riesgo reducido de provocar brotes de polio derivados de la vacuna, una de las mayores preocupaciones de la comunidad de polio en este momento.

La experiencia en África también nos ha enseñado lecciones fundamentales para la salud global. Nigeria, donde se registró el último caso africano hace cuatro años, muestra la importancia de involucrar a las comunidades locales y construir relaciones de confianza, la forma en que el país superó los rumores de que las vacunas contra la polio estaban contaminadas con VIH y hormonas para esterilizar a las poblaciones musulmanas, lo que llevó a una suspensión temporal de campañas de vacunación en el norte del país. 

La experiencia en África también nos ha enseñado lecciones fundamentales para la salud global. Nigeria, donde se registró el último caso africano hace cuatro años, muestra la importancia de involucrar a las comunidades locales y construir relaciones de confianza

Mientras celebramos la eliminación de la polio en África, el trabajo continúa en Afganistán y Pakistán, los únicos dos países que ahora son endémicos de los 125 que lo eran cuando se lanzó el programa de Erradicación Mundial de la Polio en 1988. En 2019, ambos países notificaron menos de 200 casos, una pequeña cantidad en comparación con los 350.000 niños y niñas con parálisis que se notificaba anualmente antes de que comenzara la campaña de erradicación. Esto aún requerirá que la última batalla se reduzca a cero.

En el contexto de los esfuerzos para contener el impacto de la pandemia de COVID-19, debemos asegurarnos de que los avances en la polio no se reviertan y de que sigamos avanzando hacia el objetivo final de la erradicación de la polio. Hoy tenemos motivos para el optimismo: la eliminación en África es un reflejo de la resiliencia y la aspiración humanas y un presagio de lo que se puede lograr cuando la ciencia se combina con la colaboración, la coordinación, mucho duro trabajo e imaginación.