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La Comisión Europea apoya la reducción de daños para personas consumidoras de drogas inyectables. ¿Tu país también?

14.1.2019
Imagen: PILS - Prévention Information Lutte contre le Side

 

Sabemos lo que funciona: terapia con sustitutivos opioides en las cárceles, programas de intercambio de jeringuillas, tratamiento con antivirales de acción directa (AAD) para todas las personas infectadas… No, lo que necesitamos para eliminar la hepatitis C no son intervenciones nuevas. Lo que necesitamos es voluntad política para implementar lo que funciona.

Lo que necesitamos para eliminar la hepatitis C no son intervenciones nuevas. Lo que necesitamos es voluntad política para implementar lo que funciona

Da la impresión de que desarrollar una vacuna para la hepatitis C será más fácil que conseguir que los políticos tengan la fuerza de voluntad necesaria para hacer lo que funciona, pero así es. Me lo recordaron hace poco en Bucarest, en el 4º Congreso Europeo  de Reducción de Daños (4th European Harm Reduction Conference). En la sesión de clausura, escuché al portavoz de salud portugués de la oposición, el Dr. Ricardo Baptista Leite, contar una historia que nunca me canso de escuchar: cómo el gobierno portugués logró disminuir drásticamente la propagación de dos enfermedades mortales. Primero lo consiguió con el virus de la inmunodeficiencia humana, el VIH, despenalizando el consumo de  drogas y adoptando medidas de reducción de daños.  Ahora lo está llevando a cabo con el virus de la hepatitis C (VHC), proporcionando acceso gratuito universal al tratamiento con AAD. En sólo tres años, ya se ha curado un tercio de la población con hepatitis C crónica. Esto ha supuesto un aumento de 60 000 años de vida y el ahorro de 270 millones de euros debido al ahorro en costes de tratamiento de las complicaciones de la enfermedad.

Fuente: Ministerio de Salud de Portugal. Programa nacional de hepatitis viral. Disponible aquí (consultado en agosto de 2018); @RBaptistaLeite

 

Como experto en salud pública y miembro del parlamento, Baptista Leite sabe lo difícil que es cambiar las políticas públicas, y mostró un método simple para hacerlo. ¿Cuál es la clave? Demostrar a los políticos que  una  nueva medida política tiene las siguientes cuatro cualidades que hacen que merezca la pena:

1. Relevancia. Mostrar que se trata de una medida importante, alineándola con un asunto de interés público.

2. Efectividad. Demostrar de qué forma marca o puede marcar la diferencia, utilizando y comparando datos del “antes” y del “después” de la implementación de dicha medida.

3. Coste-efectividad. Mostrar cuánto dinero se ahorrará mediante la intervención (o, como mínimo, cuán poco dinero costará aplicarla).

4. Oportunidad. Planificar la implementación de modo que se muestren los resultados cuando sean necesarios; por ejemplo, en el momento oportuno para unas nuevas elecciones.

El éxito de la estrategia portuguesa facilita en gran medida que se abogue por la reducción de daños y por el acceso universal al tratamiento en otros países

Sin lugar a dudas, el éxito de la estrategia portuguesa facilita en gran medida que se abogue por medidas de reducción de daños y por el acceso universal al tratamiento en otros países.

 

Fuente: Tato Marinho R, Rodrigues J, Paula Martins A, Andreozzi V, Vandewalle B, Félix J, Castro Alves E, Mota-Filipe H. Long-Term Effect of the Portuguese Universal Access Program to New Generation Direct-Acting Antivirals for Treatment of Hepatitis C. EASL 2016, Barcelona, Poster #SAT-178. @RBaptistaLeite

 

Con esta misma perspectiva de abogacía en salud, presidí un foro colaborativo organizado por la iniciativa HA-REACT, una acción conjunta europea para la prevención y la reducción de daños en los ámbitos del VIH y otras co-infecciones (European Joint Action on HIV and Co-infection Prevention and Harm Reduction). La mayor parte del foro se centró en una sencilla evaluación de lo que se ha conseguido gracias  a la iniciativa HA-REACT, ahora que está llegando a sus últimos meses.

Dada la complejidad de las acciones conjuntas de la UE, no resulta sorprendente que a las personas les cueste entender y aceptar este tipo de acciones. La iniciativa HA-REACT no es una excepción: incluye ocho programas de trabajo implementados en 18 estados miembros, por parte de 22 socios y de 14 socios colaboradores. Aun así, fue muy desalentador leer que uno de los pocos indicadores utilizados para evaluar esta acción conjunta fuera el siguiente: ¿ha tenido HA-REACT un impacto, incluyendo a nivel de medidas políticas?

Esto representa un malentendido fundamental acerca de cómo funcionan este tipo de acciones conjuntas. No se trata de proyectos para promover la implementación de políticas per se, dado que los países ya se han comprometido a llevar a cabo las intervenciones del proyecto. Además, escogen a sus propios socios para llevar a cabo las intervenciones, siendo muchos de ellos instituciones o agencias estatales.

Por otro lado, la iniciativa HA-REACT ha creado unas condiciones mejores para la promoción y la abogacía: fortaleciendo las relaciones entre las entidades gubernamentales y los socios encargados de la implementación, generando  más conocimiento basado en la evidencia acerca de las intervenciones efectivas, desarrollando proyectos piloto que cada país puede continuar y expandir posteriormente... y demostrando que la Comisión Europea está firmemente comprometida con la reducción de daños en personas que se inyectan drogas.

Se trata de una situación muy distinta a la de países tan diversos como Filipinas, Rusia, Turquía y los Estados Unidos. Ahora que HA-REACT llega a su fin, espero que la Comisión Europea continúe actuando para apoyar la reducción de daños, el fin del VIH y la eliminación de las hepatitis víricas, en línea con los compromisos adquiridos por sus Estados miembros para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las estrategias de la OMS sobre la hepatitis víricas y el VIH.

Más información

Vídeo sobre la reducción del daño de HA-REACT

Folleto de reducción del daño de HA-REACT