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Inmunización materna: protegiendo a las madres y a sus hijos en las primeras etapas de vida

04.5.2015

Los anticuerpos maternos inducidos por las vacunas se transfieren de la madre al feto de forma activa a través de la placenta aportando de este modo una protección pasiva al feto y al recién nacido Las vacunas son una de las herramientas preventivas más eficaces disponibles hoy en día para reducir las enfermedades infecciosas y sus complicaciones y secuelas. La inmunización materna ha emergido como una intervención prometedora, que representa una oportunidad excepcional para proteger a las mujeres embarazadas y a sus bebés de enfermedades que causan una morbilidad y una mortalidad considerables. Durante los primeros meses de vida, la transferencia de inmunoglobulinas maternas a través de la placenta protege parcialmente a los recién nacidos. Los anticuerpos maternos, no obstante, no llegan a alcanzar en muchos casos unos niveles óptimos y en consecuencia no siempre confieren una protección adecuada al recién nacido. Sin embargo, los anticuerpos maternos inducidos por las vacunas se transfieren de la madre al feto de forma activa a través de la placenta, aportando de este modo una protección pasiva al feto y al recién nacido frente a enfermedades prevenibles, en particular durante el periodo crítico que representa los primeros meses de vida, cuando el bebé todavía no dispone de la capacidad de responder a las vacunas.

En los países más pobres, las consultas prenatales representan una oportunidad excelente para conseguir una protección máxima de las madres y sus recién nacidos con un contacto mínimo El impacto de las enfermedades que pueden prevenirse mediante la administración de vacunas durante el embarazo se concentra principalmente en los países más pobres. En estas áreas, las consultas prenatales representan una oportunidad excelente para conseguir una protección máxima de las madres y sus recién nacidos con un contacto mínimo, dado que en estas zonas con escasez de recursos las oportunidades de llegar a la población a través del sistema de salud son limitadas. Por lo que los programas de inmunización materna deben estar integrados en el control prenatal, beneficiando esta estrategia no solo a las mujeres embarazadas, sino también a sus recién nacidos, y contribuyendo al fortalecimiento de los sistemas de salud de estos países. Uno de los mayores obstáculos que deben superarse para conseguir que la inmunización materna sea una realidad es la falta de datos fiables sobre la carga de morbilidad de las enfermedades que podría prevenirse mediante vacunas durante el embarazo, así como de su seguridad y  eficacia de las vacunas en las mujeres embarazadas. Como consecuencia de esto, las mujeres embarazadas y sus bebés acaban no teniendo acceso a intervenciones que sean seguras y eficaces, lo que representa a un círculo vicioso con menos oportunidades para los grupos de población que precisamente son más vulnerables. En la actualidad, se recomienda la administración durante el embarazo de la vacuna (inactivada) contra la gripe, la vacuna contra el tétanos y la vacuna (acelular) contra la tos ferina. Sin embargo, la vacuna antitetánica es la única vacuna ampliamente implementada en países con escasos recursos, y a pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la gran mayoría de estos países no recomiendan vacunar frente a la gripe a las mujeres embarazadas. Ninguna otra vacuna durante el embarazo se recomienda en estas áreas.

El disponer de datos de calidad y evidencia suficiente, de diferentes contextos tanto desde el punto de vista geográfico como epidemiológico, sobre la carga de carga de morbilidad de enfermedades que se pueden prevenir con vacunas durante el embarazo, y sobre su seguridad y eficacia, es un requisito indispensable en la discussion, identificación y futuro desarrollo de políticas de inmunización maternal en países con escasos recursos. A lo largo de la próxima década, muchos de estos países introducirán en sus programas de inmunización rutinaria nuevas vacunas con capacidad para salvar vidas. Priorizar la inmunización materna representaría un paso decisivo para la mejora de la salud de las mujeres y de sus hijos de una forma costo-efectiva, equitativa y basada en la evidencia