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La epidemia del sida en África subsahariana: poner el foco en la salud masculina para que hombres y mujeres salgan ganando

03.5.2017

¿Por qué hay más mujeres que contraen el sida pero más hombres que mueren por culpa de esta enfermedad?

En 2015, cerca del 70% de los 37 millones de personas infectadas por el virus del sida vivían en el África subsahariana. A diferencia de las infecciones en Europa, el principal modo de transmisión del VIH en África es a través de relaciones sexuales heterosexuales y la incidencia de infecciones nuevas es mayor en mujeres que en hombres.

Tras la infección, y en ausencia de tratamiento, las personas infectadas mueren con una media de ocho años. Sin embargo, si se comienza el tratamiento antirretroviral (ARV) de por vida en la etapa temprana de la infección, la esperanza de vida es casi igual a la de una persona no infectada. Durante los últimos 15 años, se han hecho enormes avances en la ampliación del ARV y en la reducción de la mortalidad en África subsahariana. Sin embargo, la muerte asociada al sida sigue siendo más frecuente en hombres que en mujeres.

¿Por qué hay más mujeres que contraen el sida pero más hombres que mueren por culpa de esta enfermedad? Sabemos que los hombres acuden menos a hacerse la prueba del sida y, cuando finalmente son diagnosticados, suele ser en una fase avanzada, que es menos sensible a los ARV. Además, tras el diagnóstico, las mujeres inician y siguen más que los hombres el tratamiento con ARV.

Por tanto, el diagnóstico tardío y la deficiente retención en el tratamiento antirretroviral aumenta la mortalidad en hombres. Además, se suma que los hombres a los que no se les han realizado pruebas y que no reciben tratamiento continúan transmitiendo el VIH a sus compañeras. Estas diferencias de género podrían ser uno de los factores causantes del aumento de la incidencia del VIHen las mujeres y la alta mortalidad de la enfermedad en los hombres.

Las normas del género masculino (...) pueden crear barreras para que estos soliciten la realización de pruebas del sida y se comprometan con el tratamiento

Tras una década de programas con los que se han logrado grandes éxitos, ¿por qué sigue existiendo una falta de apoyo institucional a las pruebas y la atención del sida específicamente en hombres? En 2004, cuando comenzó la implementación de los programas de tratamiento antirretroviral en el África subsahariana, se le dio prioridad a la realización de pruebas del sida a mujeres en edad reproductiva y a la prevención de la transmisión de madre a hijo.

En 2013, la implementación de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el uso de ARV de por vida para todas las mujeres embarazadas, conocida como Opción B+, proporcionó a las mujeres múltiples oportunidades de iniciar el tratamiento antirretroviral. Esto es así en especial en los países del África subsahariana donde las mujeres tienen una media de 5-6 hijos. Dichos programas han sido sumamente satisfactorios en la reducción de la transmisión materno infantil del VIH y en la prolongación de la supervivencia de las mujeres. Los programas dirigidos a los hombres han promovido principalmente los beneficios para sus compañeras e hijos más que para su propia salud.

Aunque puede que no seamos conscientes del poder que ejercen cada día las normas sociales de género, estas contribuyen a determinar las nociones sociales de masculinidad y feminidad. En muchas zonas del mundo, las instituciones funcionan según las normas tradicionales de género, que pueden resumirse de forma simplista en que las mujeres son más vulnerables y los hombres son más autosuficientes. Es relativamente fácil entender que las normas del género masculino, como la masculinidad percibida, la dominación, la autosuficiencia y la toma de riesgos, pueden crear barreras para que estos soliciten la realización de pruebas del sida y se comprometan con el tratamiento.

La promoción del valor de la salud masculina parece tan importante como mantener los programas para la prevención y asistencia del sida en mujeres y niños. Con este fin, los programas y políticas internacionales han comenzado a promocionar el apoyo orientado a los hombres para la realización de pruebas y asistencia del sida en el África subsahariana. Esto incluye la realización de los tests a nivel comunitario y en el lugar de trabajo, la circuncisión masculina y horas de atención clínica adaptadas a hombres.

Es el momento de replantearse el concepto de masculinidad y otorgar a los hombres el poder de controlar su salud y buscar apoyo cuando sea necesario

Hay una tarea muy importante pero aún más complicada que es la de enfrentarse a las normas de género perjudiciales que aumentan los riesgos para la salud tanto en hombres como en mujeres. Respecto a las mujeres, se suele abordar a través de programas de empoderamiento y educación. Sin embargo, en el África subsahariana, solo ha habido esfuerzos aislados para incorporar en las normas masculinas la idea de que necesitar apoyo no es incompatible con la identidad masculina.

Es el momento de replantearse el concepto de masculinidad y otorgar a los hombres el poder de controlar su salud y buscar apoyo cuando sea necesario. La incorporación de programas sanitarios orientados a los hombres en las regiones del África subsahariana con alta prevalencia del VIH podría ser una solución con la que todos, hombres y mujeres, saldrían ganando. Menos hombres morirían a causa del sida y menos mujeres contraerían la enfermedad.