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Conversaciones sobre la implicación de los países en la investigación de la malaria

27.6.2023
mesa country ownership
Foto: Kamija Phiri, Rebecca Pwalia and Yaw Bediako

Con Kamija Phiri, Rebecca Pwalia and Yaw Bediako

Un colega africano mío compartió hace poco una observación interesante: "Todos vemos a la malaria como el enemigo, pero tendemos a pasar por alto el hecho de que esta enfermedad fue posiblemente lo que impidió con mayor fuerza que el proyecto colonial progresara".

El empeño desesperado de los "imperios" por derrotar a este formidable enemigo moldeó profundamente la investigación sobre la malaria. Dejó una mancha en su historia y continuó influyendo en la toma de decisiones para su control y eliminación. 

Una carta abierta publicada en 2021 ponía de manifiesto un dato sorprendente: las instituciones de investigación de África dirigidas a nivel local, que desempeñan un papel crucial en el avance de la investigación sobre la malaria, solo recibieron el 1% de la financiación total asignada a la ayuda contra la malaria en 2017. Esta carta, junto con otras publicaciones fundamentales, como el artículo de Abdisalan Noor "Country ownership in global health" (Apropiación nacional de la salud mundial), han contribuido a impulsar el tan necesario debate sobre la "apropiación nacional". 

Para enriquecer el discurso global y amplificar las voces de nuestros y nuestras colegas, MESA ha iniciado una serie de entrevistas con diferentes perfiles de la comunidad de la malaria. Destacan su opinión sobre la apropiación nacional y sus perspectivas sobre formas concretas de apoyar el objetivo final de los países de trazar sus propios caminos contra la malaria.

Aquí adelantamos un diálogo con tres investigadores africanos inspiradores: Kamija Phiri (KP), Rebecca Pwalia (RP) y Yaw Bediako (YB).

¿Qué significa para usted "apropiación nacional"?

KP: Las cuestiones de investigación deben ser impulsadas por el país, para resolver los problemas locales y satisfacer las necesidades locales. La apropiación nacional es también la apropiación de los procesos de investigación. Esto no se limita a llevar a cabo la investigación, sino que también abarca la propiedad intelectual, los resultados y los datos. Si hay muestras biológicas, cómo y dónde se procesan y quién está a cargo de ellas, todo esto tiene que estar bien articulado y ser siempre propiedad del país.

RP: La apropiación nacional implica que los países se hagan cargo de sus estrategias de control de la malaria implicando a los y las líderes, así como a las partes interesadas. También significa asumir la responsabilidad de desarrollar políticas y esbozar sus objetivos y visiones en su contexto local para eliminar la malaria.

YB: Apropiación nacional significa que los países endémicos toman la iniciativa a la hora de decidir qué tipo de programas de control necesitan y qué tipo de investigación creen que debe realizarse. Estamos en una época en la que se reconoce que sigue siendo necesaria la financiación externa, pero eso no debe socavar la soberanía de cada país a la hora de determinar su programa local.

¿Cuáles son los retos específicos a los que se enfrentan los investigadores e investigadoras de la malaria en África?

KP: El mayor reto que se me ocurre es tener investigadoras que dirijan proyectos sobre la malaria. No hay muchos investigadores en África en general, pero de los pocos que hay, la mayoría son hombres. Es hora de que invirtamos en capacidad y nos aseguremos de que hay más investigadoras. Creo que el otro reto es que a veces no somos tan proactivas ni tenemos tantas ganas de solicitar subvenciones. He formado parte de muchos comités de concesión de subvenciones y veo que llegan muy pocas propuestas de países africanos. Quizás pensamos que no somos lo suficientemente buenos y nos cuestionamos a nosotros mismos y, al final, dejamos pasar las oportunidades. 

RP: La falta de mentores es el principal reto. Puedes pasarte toda la vida yendo a la escuela y acabar sin saber hacia dónde te diriges porque no tienes a nadie que te guíe. Si tuviéramos esa orientación, sobre todo en el campo de la ciencia, tendríamos muchos más científicos africanos, especialmente mujeres científicas. Yo tuve la suerte de encontrar oportunidades y de recibir orientación de investigadores y directores de alto nivel. Por eso, en mi laboratorio, también hago todo lo posible por orientar y tutelar a las personas jóvenes del equipo. La financiación es el otro reto. Debido a la falta de financiación, a menudo no podemos asistir a reuniones y conferencias, con lo que perdemos conocimientos importantes y oportunidades de establecer redes y colaborar.

YB: La financiación es nuestro mayor reto. Como hay poca financiación local para nuestro trabajo, la mayoría de nosotros nos financiamos con subvenciones de fuentes externas, normalmente con sede en Europa o Norteamérica. Esto nos coloca en una posición bastante vulnerable en la que tenemos que equilibrar el deseo de perseguir ideas que nos parecen interesantes con la necesidad de alinear nuestros intereses con lo que las agencias de financiación consideran prioritario. Otro reto es la logística de la ciencia. Llevar un anticuerpo a mi laboratorio de Acra (Ghana) puede costar cinco veces más que si el laboratorio estuviera en Londres. 

Llevar un anticuerpo a mi laboratorio de Acra (Ghana) puede costar cinco veces más que si el laboratorio estuviera en Londres.

¿Cuáles son los avances más prometedores en el panorama de la investigación africana?

KP: En los dos últimos años ha habido algunos logros realmente buenos, como la vacuna contra la malaria. Algo que me toca más de cerca es la investigación de mi grupo sobre la nueva estrategia innovadora para prevenir la malaria en niños y niñas gravemente anémicos. Hemos demostrado que si se administra a estos niños un antimalárico durante los tres primeros meses tras el alta se puede reducir drásticamente el riesgo de muerte en casi un 90% y el riesgo de reingreso hospitalario en casi un 70%. Así lo ha recomendado la Organización Mundial de la Salud y estoy muy orgulloso de mi equipo por haberlo conseguido. 

RP: Estamos asistiendo a un aumento de la colaboración dentro del país para la toma de decisiones basada en pruebas. Por ejemplo, el grupo de investigación de entomología médica de mi instituto colabora con el Programa Nacional de Eliminación de la Malaria de Ghana para recopilar datos sobre la resistencia a los insecticidas de los mosquitos causantes de la malaria, con el fin de fundamentar las políticas. Además, muchos científicos y científicas formados en el extranjero han regresado con redes y conocimientos, lo que ha aumentado la capacidad de África para llevar a cabo investigaciones que antes no eran posibles, como la investigación genómica avanzada.

YB: El avance más prometedor de la última década ha sido la toma de conciencia, sobre todo por parte de financiadores y socios extranjeros, de la necesidad de que los países se identifiquen con los proyectos. Necesitamos soluciones africanas para problemas africanos. Ahora se presta más atención al apoyo a los líderes africanos de la ciencia, y los jóvenes investigadores e investigadoras como yo estamos más capacitados para perseguir nuestras ideas. En mi ámbito de trabajo estamos asistiendo a la aparición de la bioempresa en África y estamos empezando a ver la ciencia como algo más que una actividad académica.

Muchos científicos y científicas formados en el extranjero han regresado con redes y conocimientos, lo que ha aumentado la capacidad de África para llevar a cabo investigaciones que antes no eran posibles.

¿Cómo pueden contribuir los investigadores e investigadoras africanos de la malaria a los procesos por los que se establecen las prioridades para eliminar la enfermedad?

KP: Nosotros, los investigadores, tenemos que pasar a la siguiente fase, la de hacer partícipes a los responsables políticos de nuestros resultados para que los adopten como política. Actualmente estoy trabajando con el Ministerio de Sanidad de Malawi, intentando garantizar la adopción de la estrategia de quimioprevención de la malaria tras el alta. Esto ha incluido horas de reuniones mensuales, presentaciones a diversos comités y estar disponible para proporcionar información y asesoramiento. Es mucho trabajo que los investigadores no están acostumbrados a hacer, pero si no nos comprometemos, no podremos influir en los planes de eliminación de la malaria.

RP: Además de investigar, los investigadores deberían colaborar con los líderes comunitarios, los gobiernos y los programas nacionales contra la malaria. También deberíamos explorar oportunidades de financiación local para llevar a cabo investigaciones sobre soluciones alternativas que exploren las formas basadas en la naturaleza con las que nuestros antepasados se protegían de enfermedades como la malaria. Pero lo más importante es que nuestros gobiernos reconozcan la importancia de trabajos como el control de vectores e incentiven a los científicos y las científicas africanos para que avancen en sus investigaciones.

YB: Utilizo la analogía de nuestra lucha por la independencia. La independencia no te la dan, tienes que tomarla. Como científicos africanos, tenemos que empezar a colaborar, dar un paso adelante y demostrar calidad. Tenemos que demostrar que somos capaces de hacer ciencia a un nivel competitivo internacionalmente y que tenemos capacidad de liderazgo para proponer soluciones. África puede enseñar mucho al mundo en materia de asistencia sanitaria asequible y tenemos que hacer visible nuestro trabajo y demostrar el valor que África aporta al discurso mundial.

Si no nos comprometemos, no podremos influir en los planes de eliminación de la malaria.

Esta serie de entrevistas es un intento de desentrañar la "apropiación nacional" para explorar cómo los países donde la malaria es endémica están tomando las riendas de su propia narrativa.

Kamija Phiri es catedrático de la Universidad Kamuzu de Ciencias de la Salud (Malawi). También es el fundador de la Unidad de Formación e Investigación de Excelencia (TRUE), una organización de investigación independiente con sede en Malawi. Forma parte de la Junta Consultiva Nacional de Malaria de Malawi, que asesora al Ministerio de Sanidad en todos los asuntos relacionados con el control de la malaria, y ha recibido varios premios, entre ellos el Merle A. Sandee Health Leadership Award 2012 en África.

Rebecca Pwalia es asistente del director de investigación de los Laboratorios de Vestergaard-Noguchi Memorial Institute for Medical Research Vector Labs en Ghana, donde dirige un equipo de 12 científicos investigadores para el desarrollo de herramientas de control de vectores. Le apasiona el avance de la mujer en la ciencia y trabaja activamente para promover oportunidades para las mujeres en el campo del control de vectores.

Yaw Bediako es inmunólogo y director general de Yemaachi Biotech, una empresa emergente con sede en Acra (Ghana). También es investigador en el Centro de África Occidental de Biología Celular de Patógenos Infecciosos de la Universidad de Ghana. Bediako fue seleccionado como Calsestous Juma Science Leadership Fellow por la Fundación Bill y Melinda Gates y es miembro afiliado de la Academia Africana de Ciencias.