Publicador de contenidos
javax.portlet.title.customblogportlet_WAR_customblogportlet (Blog Health is Global)

La inequidad de género en respuesta al nuevo coronavirus

27.4.2020

Los brotes de enfermedad afectan a hombres y mujeres de manera diferente. Según los primeros estudios, el virus SARS-CoV-2 causa una mayor mortalidad en los varones. Esto puede deberse a cuestiones de sexo (biológico) o de género (hábitos no saludables como alcoholismo o tabaquismo). Sin embargo, las pandemias y sus medidas de contención empeoran las ya existentes desigualdades a las que ya se enfrentan mujeres y niñas.

Según los primeros estudios, el virus SARS-CoV-2 causa una mayor mortalidad en los varones. Sin embargo, las pandemias y sus medidas de contención empeoran las ya existentes desigualdades a las que ya se enfrentan mujeres y niñas

¿Quiénes asumirán una mayor carga de cuidados durante el tiempo que dure el confinamiento? (cuidados a niños y niñas, a personas mayores en sus casas, en residencias, a personas infectadas en hospitales…)

¿Quiénes se verán más afectadas por la pérdida del trabajo no formal? (asistentas del hogar, cuidadoras etc.)

¿Quiénes tendrán más complicaciones a la hora de adecuar la jornada laboral (teletrabajo) con las y los pequeños de la casa?

¿Quiénes sufrirán más violencia física, verbal y sexual durante el tiempo durante el confinamiento?

¿Quiénes tendrán una peor salud mental cuando acabe la crisis?

¿Quiénes serán más afectadas por la falta de acceso a métodos seguros de planificación familiar, control prenatal, y durante el parto, durante estos meses?

¿Quiénes serán duramente explotadas, esclavizadas, cuando se pueda volver a “consumir” mujeres, como antes del confinamiento; para compensar la falta de ingresos durante estos meses?

Ante la falta de un enfoque de género en las medidas adoptadas en la lucha contra el coronavirus y preocupadas por sus posibles consecuencias, diversas instituciones y asociaciones como UNFPA, ONU Mujeres, y Women In Global Health, entre otras, han desarrollado una serie de recomendaciones. Asimismo, surgió el grupo de trabajo ‘Gender and COVID-19 Working Group’ con el fin de generar conocimiento colectivo en respuesta a la pandemia con un enfoque de género, basándonos en las repercusiones que la falta de planificación ha supuesto en anteriores ocasiones; escuchando a mujeres expertas en salud global y compartiendo recursos (oportunidades de financiación, de aprendizaje online etc.) y redes de colaboración entre ellas. Parece que mientras ellos se pelean públicamente en las redes por mostrar los datos menos basados en la evidencia, ellas establecen las vías para colaborar entre distintas disciplinas y países.

Según apuntan estas instituciones, las mujeres constituyen el 70% del personal sanitario de primera línea al frente de la epidemia a nivel mundial, sin embargo, solo representan el 25% en los puestos de toma de decisión en materia de políticas de salud. Esta falta de representación en puestos de liderazgo, ha resultado en unas demandas insatisfechas por parte de mujeres y niñas, como ocurrió por ejemplo en la epidemia de ébola de 2014-2016 y de Zika en 2016. También existe esta falta de representación en los medios, ¿por qué apenas se entrevista a las epidemiólogas?

Las mujeres constituyen el 70% del personal sanitario de primera línea al frente de la epidemia a nivel mundial, sin embargo, solo representan el 25% en los puestos de toma de decisión en materia de políticas de salud

De las gafas a la operación de vista

Para poder atender todas estas necesidades durante la pandemia de COVID-19, es necesario desarrollar la visión de género y entender los roles de género y las inequidades que las mujeres y niñas afrontan día a día.

Como explican en su libro las activistas Zua Méndez y Teresa Lozano, mejor conocidas como Towanda Rebels, esta nueva visión de género va más allá de usar unas “gafas” para ver y analizar una situación; sino que se trata de una “operación de la vista”, porque una vez integremos la visión de género, analizaremos la realidad de una nueva manera, en todos los aspectos de nuestra vida.

Esta nueva visión de género va más allá de usar unas “gafas” para ver y analizar una situación; sino que se trata de una “operación de la vista”, porque una vez integremos la visión de género, analizaremos la realidad de una nueva manera, en todos los aspectos de nuestra vida

La perspectiva de género resulta fundamental para detectar diferencias injustas entre hombres y mujeres, y así poder tomar las medidas de equidad oportunas. Esta visión de género ha de ser incorporada en la respuesta frente a epidemias, tanto en el reporte de datos desagregados por sexo, el número total de mujeres y hombres que trabajan dentro de cada grupo de investigación, su posición, jerarquía etc., valorando positivamente la incorporación de mujeres científicas en todos los ámbitos de trabajo. Pero, además, la perspectiva de género ha de incorporarse en las investigaciones, a la hora de discutir los resultados y desarrollar las conclusiones de los estudios.

Los roles de género, normas sociales y comportamientos que se espera de nosotras y de nosotros, son roles adquiridos, aprendidos, que perpetúan unos estereotipos de masculinidad y femineidad acordes al sistema patriarcal en el que hemos sido educados y educadas. Estos roles están siendo terriblemente perpetuados durante las medidas contra la COVID-19, como sugerimos, afectando a las mujeres de manera significativa.

Género, pobreza y violencia

Además, la pobreza afecta de manera desproporcionada a las mujeres en todo el mundo, quienes soportan la carga de los cuidados, del trabajo informal, del no remunerado, y la existente brecha salarial en el trabajo formal (incluido el sanitario); así como un evaluación de la carrera académica que no tiene en cuenta estos determinantes. Todas estas situaciones, se suman a unas instituciones patriarcales e inmóviles, que agravan la situación de las mujeres durante la pandemia.

La pobreza afecta de manera desproporcionada a las mujeres en todo el mundo, quienes soportan la carga de los cuidados, del trabajo informal, del no remunerado, y la existente brecha salarial en el trabajo formal (incluido el sanitario)

Por ejemplo, desde la Policía Nacional de España se dijo en varias ruedas de prensa, que las denuncias por violencia de género habían disminuido. Este dato, así aislado, además de ser falso representa una falta de interés por parte del cuerpo policial por ir a la raíz del problema e intentar entender los motivos. Pero claro, si no entendemos la violencia de género como un problema, no indagaremos más.

Me asusta que millones de personas escuchen este mensaje y se piensen que es cierto, que el hecho de que haya menos denuncias no tiene absolutamente nada que ver con la menor capacidad de las mujeres maltratadas de hacer frente a esta situación estando literalmente encerradas entre unas paredes, 24 horas y siete días a la semana con el agresor.

Recientemente se ha constatado el aumento de denuncias por violencia machista, tanto en España como en varios de los países que adoptaron estas medidas de confinamiento sin un plan específico. De hecho, ONU Mujeres recoge en este documento las recomendaciones para realizar investigación con mujeres que están sufriendo violencia durante el confinamiento para garantizar al máximo posible su seguridad. Es por eso que debemos ir alerta escuchando noticias estos días, y dudar de todo aquello que parezca sospechoso. Esta visión de género había que haberse integrado en nuestra vida mucho antes, mucho antes de dictaminar unas medidas que ponen en riesgo la vida de las mujeres y la infancia en todo el mundo; sin hablar siquiera de la falta de visión para implementar estas medidas en otros países, como en África subsahariana o el continente americano.

ONU Mujeres recoge recomendaciones para realizar investigación con mujeres que están sufriendo violencia durante el confinamiento para garantizar al máximo posible su seguridad

Denunciar la inequidad de género y querer hacerle frente requiere un cambio radical del sistema, desde el pensamiento a la acción, y seguramente sea algo incómodo o una postura no muy aplaudida dentro y fuera de la comunidad científica. Sin embargo, es el momento de hacerlo.

Se necesita una mirada feminista para abordar las graves repercusiones de la pandemia de manera global, interdisciplinar y transversal; fomentando el pensamiento crítico en el ejercicio para alcanzar la equidad de género y el cumplimiento de los derechos humanos de todas y todos.

Más información 

 
Fotos: Rawpixel