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El rostro femenino de la migración en Marruecos

05.10.2022
migration morocco
Foto: Canva

[Este texto ha sido escrito por Sara Arias, Country Coordinator (Morocco) en ISGlobal, y Aïda Kheireddine, Fek Tayri]

Debido a su posición geográfica, Marruecos se ha convertido en los últimos años en un país de tránsito y de acogida para la población migrante procedente de diferentes países del África subsahariana y de otros en conflicto de Oriente Medio, como Siria y Yemen. Según las estimaciones de Naciones Unidas, Marruecos contaba en 2020 con 102.400 personas migrantes (el 0,3% de su población), de las cuales el 48,5% eran mujeres. 

Esas cifras indican que la migración va adquiriendo, cada vez más, un rostro femenino. Hoy en día, las mujeres se mueven aún más que antes y se encuentran con situaciones difíciles en las que se entremezclan la opresión sufrida como mujeres y la opresión sufrida como extranjeras. De hecho, existe una relativa falta de sensibilidad de género en el derecho migratorio.

Hoy en día, las mujeres se mueven aún más que antes y se encuentran con situaciones difíciles en las que se entremezclan la opresión sufrida como mujeres y la opresión sufrida como extranjeras.

Los flujos migratorios en esta región son complejos y heterogéneos y Marruecos debe hacer frente a la gestión de esta realidad, lo que supone un verdadero reto en términos de políticas públicas, incluidas las relativas a la salud. El Ministerio de Sanidad marroquí ha puesto en marcha varias políticas para mejorar la salud de las mujeres migrantes. Por un lado, el Plan Estratégico Nacional de Salud e Inmigración 2021-2025 busca mejorar el acceso de las personas migrantes en situación de vulnerabilidad a los servicios de salud, respetando los derechos humanos y las condiciones de igualdad y equidad. Por otro, la nueva Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva 2021-2030, elaborada en colaboración con el UNFPA, promueve el derecho a la salud sexual y reproductiva en el país. 

Otro aspecto que afecta a la salud de las mujeres es la violencia de género. Como en todos los países, Marruecos sufre la lacra de la violencia que afecta a las mujeres, que constituyen más de la mitad de la sociedad. El Estado marroquí ratificó la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer en 1993 y se ha comprometido, desde hace décadas, a mejorar su legislación y sus políticas públicas para hacer frente a la violencia contra las mujeres. En 2018 entró en vigor la Ley 103-13 de lucha contra la violencia de género, que proporciona un marco legal para que las mujeres se protejan en cierta medida de la violencia que puedan sufrir. Gracias a ello, se han creado unidades de atención a la mujer en hospitales, juzgados, comisarías y gendarmería, donde agentes sociales registran las denuncias de las mujeres y las acompañan en los procedimientos de este sistema para garantizar su derecho a la protección.

En teoría, dicha ley y los recursos legales conciernen a todas las mujeres independientemente de su situación legal. Sin embargo, hay mujeres que no tienen acceso o que tienen dificultades para hacerlo, como las mujeres transexuales, las que viven en regiones aisladas y las migrantes, entre otras.

Sensibilizar a las mujeres migrantes en situación de vulnerabilidad sobre la salud sexual y reproductiva y la violencia de género 

En el marco del Observatorio de Salud del Mediterráneo, ISGlobal, en colaboración con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y Alianza por la Solidaridad, ha realizado varios talleres de sensibilización para mujeres migrantes sobre salud sexual y reproductiva y violencia de género para mejorar su conocimiento sobre estos temas y desarrollar sus capacidades para acceder a los canales de salud y justicia.

 

Durante los meses de mayo, junio y septiembre de 2022, en Rabat, 150 mujeres de diferentes países como Guinea Conakry, la República Democrática del Congo y Nigeria fueron invitadas a participar en talleres dirigidos por Aïda Kheireddine, experta en género y migración, y Maroua Khouya, matrona con amplios conocimientos de los problemas específicos de salud sexual y reproductiva de las mujeres en Marruecos. 

Un alto número de mujeres migrantes dieron testimonio de las agresiones que sufren a diario, sobre todo de tipo sexual y sexista por parte de hombres, que a veces las amenazan con denunciarlas a la policía por no tener permiso de residencia. A la pregunta: "¿A quién recurres para que te proteja contra la violencia?", las mujeres participantes suelen responder: "Unicamente a Dios", lo que indica una protección limitada o incluso casi inexistente, debido a su escaso acceso a la justicia, y refuerza su estado de inseguridad en Marruecos.

Un alto número de mujeres migrantes dieron testimonio de las agresiones que sufren a diario, sobre todo de tipo sexual y sexista por parte de hombres, que a veces las amenazan con denunciarlas a la policía por no tener permiso de residencia.

Durante los talleres se recalcaron las estrategias existentes para combatir la violencia de género y se propusieron algunas soluciones para mejorar el acceso a la justicia como facilitar a las mujeres un servicio de traducción, eliminar el requisito de tener un permiso de residencia para presentar la denuncia o formar al personal administrativo sobre los derechos de las personasmigrantes y las buenas prácticas a llevar a cabo con una perspectiva de género. Además, se informó a las participantes de la existencia de los mecanismos extrajudiciales de otras instituciones, como la Comisión Regional de Derechos Humanos y las delegaciones del Defensor del Pueblo del Reino, que ofrecen la posibilidad de denuncia y de mediación para los y las titulares de derechos cuando se agotan los recursos judiciales. 

El aislamiento de las mujeres migrantes las hace aún más vulnerables, por lo que una de las preguntas formuladas al final de los talleres fue: "¿Qué sistema de solidaridad existe entre las mujeres migrantes y la población marroquí?” Las respuestas muestran la importancia de la solidaridad para aliviar el trauma, pero desgraciadamente aún existen muchas barreras para este proceso entre ellas como el racismo y la desconfianza que dificultan la creación de vínculos entre las mujeres migrantes y el contexto local.

Desgraciadamente aún existen muchas barreras para este proceso entre ellas como el racismo y la desconfianza que dificultan la creación de vínculos entre las mujeres migrantes y el contexto local.

Las soluciones que se propusieron para reforzar los vínculos entre las mujeres podrían consistir en la creación de espacios comunitarios e interculturales gestionados por mujeres migrantes para mujeres migrantes, con tiempo para compartir e intercambiar con las mujeres marroquíes y la población local en general. Esto podría ser una verdadera herramienta de solidaridad, empoderamiento y de convivencia.