La vacunación contra la COVID-19 induce respuestas duraderas de anticuerpos y células B
El estudio siguió a 113 personas de una cohorte de personal sanitario en Cataluña durante tres años
08.04.2025
Tres dosis de la vacuna de ARNm contra la COVID-19 inducen respuestas duraderas de anticuerpos y células B de memoria, según un estudio de 113 trabajadores sanitarios en Cataluña que fueron seguidos durante tres años. El estudio, liderado por ISGlobal en colaboración con la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu (FPDBA) y publicado en Cell Reports, también muestra que la exposición al virus antes de la vacunación deja una huella distinta en el sistema inmunitario sin comprometer la calidad de la respuesta de anticuerpos.
Las células B de memoria son esenciales para mantener una respuesta inmunitaria a largo plazo: proliferan rápidamente al reencontrarse con el antígeno y se diferencian en células secretoras de anticuerpos. “Existe la creencia de que los anticuerpos inducidos por la vacuna contra el SARS-CoV-2 decaen rápidamente, pero la evidencia reciente sugiere que permanecen bastante estables con el tiempo”, afirma Gemma Moncunill, coautora sénior del estudio junto con su colega de ISGlobal Carlota Dobaño.
Como parte del proyecto europeo END-VOC, el equipo de investigación evaluó la durabilidad y la calidad de las respuestas de anticuerpos y células B de memoria contra el SARS-CoV-2 en 113 personas de una cohorte de trabajadores sanitarios (CovidCatCentral) a las que se hizo un seguimiento durante 3 años desde el inicio de la pandemia.
Células B duraderas
Los resultados revelan que las personas- hubieran sido infectadas por el SARS-CoV-2 o no antes de recibir su primera dosis de vacuna- desarrollaron respuestas comparables de anticuerpos y de células B de memoria casi un año y medio después de completar la vacunación con tres dosis de ARNm.
“Con el tiempo, observamos un aumento progresivo en la proporción de células B de memoria que reconocen el dominio de unión al receptor (RBD) de la proteína Spike, lo que indica una continua selección ante la exposición a nuevas variantes”, explica Luis Molinos-Albert, primer autor del estudio. Cabe destacar que estas células B específicas para el RBD se asociaron con un menor número de infecciones en personas vacunadas que no habían estado expuestas al virus antes de la vacunación. Mientras tanto, las personas que habían estado expuestas al virus antes de la vacunación desarrollaron una subclase atípica de células B de memoria que se mantuvo estable con el tiempo. “Probablemente se deba al entorno diferente que genera la vacunación primaria con ARNm en comparación con la infección viral”, dice Dobaño, "pero aún no sabemos si esta subipo de células es perjudicial o beneficioso”, añade.
En general, los resultados del estudio muestran que ambos grupos (previamente expuestos o no) desarrollaron respuestas de memoria eficientes, pero que haber sido infectado antes deja una huella distintiva en el sistema inmunitario. “Nuestros datos destacan la durabilidad de las respuestas inmunitarias al SARS-CoV-2, pero también sugieren que las vacunas actualizadas dirigidas a nuevas variantes podrían mejorar aún más la inmunidad, especialmente en aquellos previamente infectados”, concluye Moncunill.
Cambio a anticuerpos IgG4 tras la vacunación repetida
En un estudio relacionado con la misma cohorte, el equipo de investigación encontró un aumento en una subclase específica de anticuerpos dirigidos al virus conocidos como IgG4, después de tres dosis de ARNm. Las personas vacunadas con los niveles más altos de anticuerpos IgG4 e IgG2, que tienen una menor capacidad para neutralizar el virus y activar otras funciones inmunitarias, tenían un mayor riesgo de infectarse a pesar de estar vacunadas.
Referencias
Molinos-Albert L, Rubio R, Martín-Pérez C et al. Long-lasting antibody B-cell responses to SARS-CoV-2 three years after the onset of the pandemic. Cell Reports. 2025. DOI: 10.1016/j.celrep.2025.115498
Marín-Pérez C, Ruiz-Rius S, Ramírez-Morros A et al. Post-vaccination IgG4 and IgG2 class switch associates with increased risk of SARS-CoV-2 infections. J Infection. 2025. DOI: 10.1016/j.jinf.2025.106473