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Los vínculos entre la contaminación del aire y la COVID-19

30.3.2022
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Foto: Icsilviu / Pixabay

[Este texto ha sido publicado originalmente en catalán en el boletín EspaiS@lut de la Diputación de Barcelona.]

Desde el principio de la pandemia de COVID-19 se ha especulado sobre si podría existir una relación entre la contaminación atmosférica y la propagación del virus. Este fue precisamente el objeto de estudio de una investigación cuyos resultados se dieron a conocer en la revista Environmental Health Perspectives. Las conclusiones de este trabajo científico apuntan a que niveles más elevados de contaminación atmosférica no necesariamente llevan a un mayor riesgo de infección por COVID-19, pero en casos de exposición prolongada a la contaminación del aire sí se observa un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad entre aquellas personas que se infectan con el virus. Se trata de un estudio coliderado por ISGlobal y por el proyecto GCAT| Genomes for Life- Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol (IGTP) de Badalona.

Antes de la publicación de esta investigación, ya una serie de estudios habían sugerido que las regiones con mayores niveles prepandémicos de contaminación atmosférica tuvieron una mayor incidencia de casos y muertes por COVID-19 en las primeras oleadas de la pandemia. Sin embargo, la explicación de esta asociación todavía no está clara; podría ser que la contaminación aumentara la transmisión viral por vía aérea, o bien que aumentara la susceptibilidad de una persona a infectarse o enfermar de COVID-19. "El problema es que los estudios previos se basaron en casos confirmados, que fueron diagnosticados, pero pasaron por alto todos los casos asintomáticos o que no se diagnosticaron", explicaba Manolis Kogevinas, investigador de ISGlobal y primer autor del estudio.

Niveles más elevados de contaminación atmosférica no necesariamente llevan a un mayor riesgo de infección por COVID-19, pero en casos de exposición prolongada a la contaminación del aire sí se observa un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad entre aquellas personas que se infectan con el virus

El equipo investigador decidió combinar la tecnología desarrollada por el equipo de la Dra. Carlota Dobaño para medir una serie de anticuerpos antivirales en una cohorte de individuos residentes en Cataluña (la cohorte COVICAT), con información sobre la exposición residencial de estos individuos a contaminantes atmosféricos (NO2, PM2,5, hollín y ozono) .

“Este es el primer estudio que realiza un cribado masivo de anticuerpos anti-SARS-CoV-2 en una cohorte de personas adultas para examinar la asociación entre su exposición prolongada a la contaminación del aire antes de la pandemia, la infección por SAR-CoV-2 y la enfermedad”, comentaba Cathryn Tonne, coautora senior del estudio junto a Dobaño.

Mayor carga infecciosa y gravedad de síntomas

El estudio incluyó a 9.605 participantes en total, entre los que había 481 casos confirmados (5%). Además, se tomaron muestras de sangre a poco más de 4.000 participantes para determinar la presencia y cantidad de anticuerpos IgM, IgA e IgG frente a cinco antígenos virales. El 18% de estas personas presentaba anticuerpos frente al virus, pero no se encontró asociación entre infección y exposición a contaminantes. Sin embargo, para las personas seropositivas (es decir, que se infectaron), sí se encontró asociación entre una mayor exposición a dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas finas (PM2,5) y niveles más elevados de IgG contra los cinco antígenos virales (lo que indica mayor carga infecciosa o gravedad de síntomas).

Para la población total (los 9.605 participantes) se halló una asociación entre mayor exposición a NO2 o PM2,5 y enfermedad (síntomas), sobre todo para los casos graves que terminaron en el hospital o en terapia intensiva. La asociación con PM2,5 fue más fuerte para hombres mayores de 60 años y personas que vivían en zonas desfavorecidas.

La evidencia más contundente hasta ahora

"Nuestro estudio proporciona la evidencia más contundente hasta ahora sobre la asociación entre contaminación del aire y COVID-19", comentaba Kogevinas.

"Los resultados van en línea con la asociación entre contaminación y hospitalización que se ha descrito para otras infecciones respiratorias como la gripe o la neumonía". La contaminación también podría contribuir favoreciendo condiciones crónicas, como las cardiovasculares o las respiratorias, que aumentan el riesgo de enfermar gravemente por COVID-19.

La contaminación también podría contribuir favoreciendo condiciones crónicas, como las cardiovasculares o las respiratorias, que aumentan el riesgo de enfermar gravemente por COVID-19

“La combinación de los riesgos genéticos individuales que identificamos previamente en los participantes de COVICAT y estos nuevos datos sobre el impacto ambiental causado por la exposición a la contaminación del aire contribuirán a comprender la compleja interacción y los mecanismos existentes en el detrás de la gravedad de la COVID-19”, afirmaba Rafael de Cid, del IGTP.

Las y los autoras subrayan que los resultados proporcionan un argumento adicional en relación a los beneficios para la salud pública de reducir los niveles de contaminación atmosférica, y ponen en evidencia el impacto de los factores ambientales sobre las enfermedades infecciosas.