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Traslación e Impacto

ODS 3: Salud y bienestar

04.09.2025

¿Qué es el ODS 3 y por qué es clave?

El ODS 3 es clave porque una sociedad saludable es condición necesaria para cualquier progreso social, económico y ambiental sostenible. Este objetivo abarca metas fundamentales como reducir la mortalidad materna e infantil; poner fin a epidemias como el sida, la tuberculosis, la malaria y enfermedades tropicales desatendidas o la cobertura sanitaria universal y acceso a medicamentos y vacunas seguros y asequibles, entre otros.

Origen del ODS 3

Tiene su origen en la evolución de los esfuerzos internacionales por mejorar la salud global, especialmente desde finales del siglo XX, entre otros la Conferencia de Alma-Ata, Kazajistan (1978), que marcó un hito al declarar que la salud es un derecho humano fundamental y promovió la atención primaria de salud como base para lograr el bienestar, o la Declaración del Milenio (2000), cuyos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM, 2000–2015) fueron el antecedente directo de los ODS. Tres de sus ocho objetivos estaban directamente relacionados con la salud: reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna y, combatir el VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades.

Importancia internacional del ODS 3

Se trata de un ODS clave por varias razones: primero, porque la salud es un derecho humano básico. Sin salud, las personas no pueden estudiar, trabajar ni desarrollarse plenamente. Además, la salud es un pilar para el desarrollo sostenible, ya que mejores niveles de salud impulsan la productividad, reducen la pobreza y fortalecen los sistemas sociales y económicos. Por último, es un ámbito interconectado con otros ODS. Por ejemplo: Educación (ODS 4): los niños enfermos no asisten a la escuela; Igualdad de género (ODS 5): las mujeres sin acceso a salud sexual y reproductiva ven limitada su autonomía; Cambio climático (ODS 13): el clima afecta enfermedades transmitidas por vectores, calidad del aire, etc.

La importancia internacional del ODS 3 radica en su papel central para garantizar sociedades saludables, equitativas y sostenibles en todo el mundo para prevenir que más de 5 millones de niños menores de 5 años mueran al año por causas prevenibles o que 1 de cada 2 personas en el mundo carezca de acceso completo a servicios de salud esenciales. El ODS 3 impulsa la expansión del acceso a servicios de salud esenciales y asequibles, un tema clave en la agenda de organismos como la OMS, el Banco Mundial o GAVI (la alianza para las vacunas). Además, enfrentar enfermedades infecciosas (como el VIH, la tuberculosis o la COVID-19), epidemias o los efectos del cambio climático sobre la salud requiere respuestas coordinadas a nivel internacional. El ODS 3 refuerza ese marco común de actuación.

 

Metas e indicadores del ODS 3

Mortalidad materna e infantil

Una de las metas prioritarias del ODS 3 es reducir la mortalidad materna mundial a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos. Sin embargo, en 2020, la tasa global era de 223 muertes maternas, con regiones como África subsahariana registrando cifras hasta siete veces más altas que el promedio mundial. La mayoría de estas muertes son prevenibles mediante atención prenatal, partos seguros y servicios básicos de salud sexual y reproductiva.

Respecto a la infancia, se busca poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y niños menores de cinco años. En 2022, 4,9 millones de niños menores de 5 años murieron, la mayoría en los primeros meses de vida. La meta es reducir esta cifra a menos de 25 muertes por cada 1.000 nacidos vivos (niños menores de 5 años) y menos de 12 por cada 1.000 (recién nacidos). La atención sanitaria oportuna, la nutrición adecuada y la educación de las madres son factores clave para alcanzar este objetivo.

Enfermedades transmisibles y no transmisibles

El ODS 3 busca poner fin a las epidemias de VIH/SIDA, tuberculosis, malaria y enfermedades tropicales desatendidas. Aunque se han logrado avances importantes, en 2022 todavía hubo 630.000 muertes por VIH, 1,3 millones por tuberculosis y 608.000 por malaria. Estas enfermedades afectan sobre todo a contextos con sistemas de salud frágiles, pobreza y falta de acceso a tratamientos.

Simultáneamente, las enfermedades no transmisibles (ENT) —como el cáncer, la diabetes o las enfermedades cardiovasculares— representan un desafío creciente. Son responsables de cerca del 74% de todas las muertes en el mundo, es decir, alrededor de 41 millones de muertes anuales. Se busca reducir en un tercio la mortalidad prematura por ENT mediante promoción de la salud, detección temprana y acceso a tratamiento.

Cobertura sanitaria universal y acceso a medicamentos

La salud mental se ha convertido en una prioridad creciente dentro del ODS 3, con el objetivo de reducir las tasas de suicidio y mejorar el tratamiento de trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias. Cada año, más de 700.000 personas mueren por suicidio, y millones viven con trastornos no tratados debido al estigma y la falta de servicios adecuados, especialmente en países de ingresos bajos y medios.

Por otra parte, la seguridad vial y la prevención de accidentes son componentes clave del bienestar. Los accidentes de tráfico causan más de 1,19 millones de muertes anuales y son la principal causa de muerte entre personas de 5 a 29 años. El ODS 3 busca reducir estas cifras mediante políticas de prevención, infraestructura segura y regulación efectiva del tránsito y el consumo de sustancias.

Políticas públicas e investigación en salud

El cumplimiento del ODS 3 exige políticas públicas sólidas, inversión sostenida y una mirada intersectorial. Muchos países siguen destinando menos del 5% de su PIB a salud, lo que limita la capacidad de ofrecer atención equitativa y de calidad. Además, es clave fortalecer la gobernanza, la participación social, los sistemas de información sanitaria y el enfoque de equidad territorial.

La investigación científica y la innovación en salud también son motores esenciales del progreso. La pandemia de COVID-19 mostró cómo la inversión en ciencia puede salvar millones de vidas, pero también evidenció desigualdades en el acceso al conocimiento y las tecnologías. Invertir en investigación —especialmente en enfermedades desatendidas y sistemas de salud— es crucial para anticipar amenazas futuras y mejorar la salud global de forma equitativa.

Cómo mide Naciones Unidas el ODS 3

La ONU mide el ODS 3 a través de 27 indicadores oficiales que monitorean aspectos clave de la salud global (mortalidad, enfermedades, acceso a servicios, contaminación, etc.). Estos indicadores son fundamentales para valorar avances, detectar brechas y orientar políticas públicas de salud sostenibles. Cada meta tiene indicadores numéricos asociados, definidos por la Comisión de Estadística de la ONU en coordinación con organismos especializados, principalmente la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los países recopilan y reportan datos periódicamente, que luego son consolidados y publicados por organismos de la ONU. Los indicadores permiten comparar tendencias en salud global, identificar desigualdades y diseñar políticas públicas basadas en evidencia.

Estos datos se publican en plataformas oficiales como UN SDG Indicators Database o WHO Global Health Observatory, así como los Informes anuales de progreso de la Agenda 2030.

La visión de ISGlobal para el ODS 3

ISGlobal adopta el enfoque de salud en todas las políticas propuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que insta a considerar las repercusiones de las políticas públicas en la salud de la población, evidenciando que ODS diferentes al ODS 3 también están relacionadas con ella. La evidencia científica muestra que variables como, por ejemplo, la educación, el género, las condiciones laborales o el medio ambiente en el que se desenvuelven las personas, tienen un impacto directo sobre la salud. Además, la pandemia de COVID-19 ofrece un ejemplo de la conexión entre la sostenibilidad ambiental y la importancia de la biodiversidad y la salud humana a nivel planetario, sin fronteras. En este sentido, desde hace varios años venimos proponiendo un abordaje amplio y transversal de la salud dentro de la Agenda 2030, que denominamos ODS3+.

Estrategia ISGlobal 2020‑2030 para los ODS

Combinando la investigación sobre enfermedades transmisibles con el estudio de enfermedades crónicas y sus causas ambientales y climáticas, ISGlobal ha asumido progresivamente los principios de la Agenda 2030, reforzando el papel del conocimiento, la innovación y el desarrollo de capacidades para la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Desde 2020, ha desarrollado una estrategia interna alineada con la Agenda 2030 para reforzar su impacto en la formulación de políticas, promover la sostenibilidad institucional y comprometerse de forma transparente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La Estrategia ODS 2020-2030 refleja la vinculación directa de la institución con los ODS 3 (salud), 11 (ciudades) y 17 (alianzas), seguida por los ODS 4 (educación), 5 (género), 8 (trabajo decente), 10 (desigualdad), 12 (consumo y producción responsables) y 13 (cambio climático). El documento también presenta 17 objetivos estratégicos que la institución considera prioritarios para la contribución efectiva de ISGlobal a la Agenda 2030, y establece una serie de indicadores de desempeño para monitorear la implementación de las acciones previstas en cinco áreas de trabajo: sostenibilidad, equidad, investigación e innovación, incidencia política e impacto en la salud.

Proyectos relevantes y estudios

ISGlobal impulsa programas de investigación orientados al ODS 3 y a otros ODS con impacto directo o indirecto en la salud, transformando el conocimiento en soluciones prácticas. Entre ellos, destaca el programa sobre Salud Materna, Infantil y Reproductiva centrado en mejorar el control de la malaria en embarazadas y niños, identificar causas de mortalidad materna e infantil, y evaluar la inmunización materna. Por su parte, el programa sobre Clima, contaminación atmosférica, naturaleza y salud urbana que estudia los efectos del cambio climático y las exposiciones urbanas (como contaminación, temperatura, espacios verdes y ruido) sobre la salud, así como los beneficios sanitarios de las políticas climáticas.

Otras líneas de acción vinculadas a la promoción de los ODS son las impulsadas desde el área de Traslación e Impacto. Por ejemplo, a través del refuerzo de la salud como estrategia de intervención de la cooperación española ofreciendo nuevas ideas para mejorar su impacto, o trabajando en el terreno para mejorar la equidad en salud con nuevos modelos de acción y proyectos de desarrollo basados en la evidencia científica que generamos y en colaboración estratégica con socios en Bolivia, Marruecos y Mozambique. 

Alianzas con la OMS y redes globales

ISGlobal forma parte del Pacto Mundial de Naciones Unidas en España y participa activamente en redes y espacios de colaboración para avanzar en la implementación de los ODS. A nivel local y autonómico, integra la Red Barcelona + Sostenible, el Consejo Asesor Académico de la Agenda 2030del Ayuntamiento de Barcelona, la Alianza Catalunya 2030 impulsada por la Generalitat, y el Consejo Asesor del Observatorio ODS liderado por Fundación” la Caixa” y Esade. En el ámbito internacional, coordina la iniciativa Health for All junto a instituciones académicas de China e India, dentro de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN), bajo el liderazgo de Jeffrey Sachs. También forma parte del Consejo Asesor de la Red Española para el Desarrollo Sostenible (REDS).

ODS 3 y su vinculación con otros objetivos

La salud está profundamente entrelazada con otros ODS que, aunque no mencionan la salud de manera explícita, tienen un impacto decisivo en sus determinantes sociales. ODS como el 1 (fin de la pobreza), 2 (hambre cero), 4 (educación de calidad), 5 (igualdad de género), 6 (agua limpia y saneamiento), 10 (reducción de las desigualdades), 11 (ciudades sostenibles) y 13 (acción por el clima), entre otros, inciden de manera indirecta pero significativa en la salud de las poblaciones.

  • El ODS 1, sobre la erradicación de la pobreza, es clave para la salud, ya que la pobreza limita el acceso a servicios sanitarios, alimentación adecuada, vivienda y condiciones laborales seguras, aumentando la vulnerabilidad ante enfermedades.
  • El ODS 2 busca acabar con el hambre y mejorar la nutrición, lo cual es esencial para prevenir problemas como la desnutrición, la anemia, la obesidad y las enfermedades crónicas. Una buena alimentación es fundamental para el desarrollo integral a lo largo de la vida.
  • El ODS 4, que promueve una educación de calidad, mejora la salud al facilitar el conocimiento sobre hábitos saludables, el uso adecuado de los servicios sanitarios y el autocuidado, especialmente en poblaciones jóvenes.
  • El ODS 5, centrado en la igualdad de género, tiene un impacto directo en la salud sexual y reproductiva, en el acceso equitativo a los servicios sanitarios y en la protección frente a la violencia de género.
  • El ODS 6 garantiza el acceso universal al agua potable y al saneamiento, elementos esenciales para prevenir enfermedades infecciosas que afectan especialmente a las poblaciones más pobres.
  • El ODS 10, que promueve la reducción de las desigualdades, también mejora la equidad en salud, ya que factores como el nivel socioeconómico, la etnia o el lugar de residencia condicionan el acceso a atención sanitaria de calidad.
  • El ODS 11, sobre ciudades sostenibles, destaca la importancia de un urbanismo saludable: aire limpio, transporte activo, espacios verdes y entornos seguros favorecen la salud física y mental en contextos urbanos.
  • El ODS 13, centrado en la acción climática, subraya cómo el cambio climático agrava los riesgos para la salud, especialmente en poblaciones vulnerables, mediante enfermedades respiratorias, fenómenos extremos y mayor inseguridad alimentaria..

Para una visión integral, visita Objetivos de Desarrollo Sostenible y Salud Global.