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Si no se trata de la malaria, ¿cuál es la causa de la fiebre?

08.5.2019

Hospital del Distrito de Manhiça (Mozambique)

 

La malaria puede considerarse una de las enfermedades más devastadoras que han afectado a la humanidad. Ha estado presente a lo largo de la historia, y ha ejercido un terrible impacto sobre la supervivencia humana. Esta enfermedad, por sí sola, impuso una apabullante carga para la salud pública en la población residente en áreas donde dicha infección se transmitía con gran frecuencia. Tal es así que el término “fiebre” se consideró tradicionalmente un sinónimo de malaria, dado que la temperatura corporal elevada era el síntoma más característico de la enfermedad. De forma parecida, el término “quinina”, que debería referirse exclusivamente a uno de los agentes terapéuticos más comunes contra la malaria, se había utilizado de forma muy laxa para referirse a los “medicamentos para la fiebre”, lo que incluía cualquier pastilla o jarabe administrados cuando se percibía que una persona estaba “caliente”. 

El término “fiebre” se consideró tradicionalmente un sinónimo de malaria, dado que la temperatura corporal elevada era el síntoma más característico de la enfermedad

El diagnóstico de la malaria experimentó una profunda revolución con la introducción y la aplicación generalizada de las pruebas de diagnóstico rápido (PDR, o RDTs según sus siglas en inglés). Dichos análisis inmuno-cromatográficos de flujo lateral para la detección de antígenos son extremadamente fáciles de utilizar y pueden proporcionar un diagnóstico robusto en el mismo lugar donde se recibe la atención médica, evitando así la necesidad de llevar a cabo análisis diagnósticos más complejos y que requieran energía. Así pues, las PDR para la malaria han democratizado el diagnóstico de dicha enfermedad, y en consecuencia hoy en día se consideraría inconcebible diagnosticar la malaria basándose exclusivamente en su sintomatología.

Hospital del Distrito de Manhiça (Mozambique)

 

Sin embargo, en estos últimos años, y en especial a lo largo de la pasada década, la incidencia de la malaria ha ido disminuyendo de forma ininterrumpida a nivel global, y en algunas áreas ya no representa la causa principal de fiebre en la población, a diferencia de lo que sucedía anteriormente. Por ejemplo, en el año 2003, cuando fui por primera vez a Manhiça -un área rural en el sur de Mozambique- a trabajar como pediatra, la malaria era, de lejos, la primera causa de consulta al sistema sanitario, que provocaba más del 60% de las hospitalizaciones y casi la mitad del total de visitas ambulatorias. Después de la tendencia a la disminución mencionada anteriormente, la malaria causó en los últimos dos años (2017-2018) menos del 15-20% de todos los ingresos pediátricos, y sólo el 2,5% del total de visitas ambulatorias. Por consiguiente, no resulta difícil comprender que la proporción de pacientes visitados en entornos como Manhiça y cuya fiebre sea consecuencia de la malaria está disminuyendo rápidamente. Pero entonces, si no se trata de la malaria, ¿cuál es la causa de la fiebre?

Se trata de una pregunta muy importante que requiere una respuesta apropiada, dado que los algoritmos de gestión de pacientes febriles dependen en gran medida de la comprensión de la causa subyacente de la fiebre, para poder iniciar el tratamiento más adecuado. Sin lugar a dudas, los profesionales de la salud que trabajan en zonas donde la malaria es endémica se enfrentan cada vez más al reto diagnóstico y terapéutico de decidir qué hacer con los pacientes febriles cuya prueba de malaria es negativa.

Los profesionales de la salud que trabajan en zonas donde la malaria es endémica se enfrentan cada vez más al reto diagnóstico y terapéutico de decidir qué hacer con los pacientes febriles cuya prueba de malaria es negativa

Y ésta es una de las preguntas que el estudio FIEBRE (Febrile Illness Evaluation in a Broad Range of Endemicities, un estudio sobre la evaluación de la enfermedad febril en un amplio rango de zonas endémicas) intenta responder. El estudio FIEBRE está coordinado por la London School of Tropical Medicine and Hygiene (LSHTM), y tiene lugar de forma simultánea en cinco países a nivel mundial (Mozambique, Malaui y Zimbabue en el África subsahariana, y Laos y Myanmar en el sudeste asiático); en el contexto de este estudio, se estudia exhaustivamente a los adultos y niños con fiebre para investigar los principales patógenos asociados con el aumento de la temperatura corporal.

Además de la malaria y de otros virus y bacterias frecuentes y de los que se conoce bien que pueden causar fiebre, existe una amplia variedad de patógenos menos frecuentes a estudiar. Entre dichos patógenos se encuentran los parásitos sanguíneos, así como las septicemias provocadas por bacterias, micobacterias u hongos; también deben tenerse en cuenta el tifus y la fiebre maculosa, y algunos arbovirus como el dengue, el chikungunya, el Zika y la encefalitis japonesa (entre otros). Estos patógenos se investigarán de forma sistemática, lo que permitirá establecer por primera vez una estimación robusta y representativa de la etiología de la fiebre en ambos continentes.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

The first volunteer has enrolled this week in the #FIEBRE project! With this study, we aim to identify causes of fever in children and adults in sub-Saharan Africa and southeast Asia, and assess antimicrobial resistance. Have a good kick off, FIEBRE team! ������ ¡Esta semana se ha sumado el primer voluntario al proyecto FIEBRE! Con este estudio, queremos identificar las causas de la fiebre en la población infantil y adulta en el África Subhariana y el sudeste asiático, y evaluar la resistencia antimicrobiana. ¡Buen inicio de proyecto, equipo de FIEBRE! ������ #antimicrobialresistance #AMR #fiebre #fever #Mozambique #resistenciaantimicrobiana #antibióticos #antibiotics #ISGlobal

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El estudio FIEBRE pretende reclutar a más de 12.000 pacientes y a cerca de 3.000 controles sanos de la comunidad, y obtener por primera vez una descripción detallada de las causas de la fiebre sobre una población de estudio tan amplia. El estudio FIEBRE también proporcionará una plataforma fantástica para la monitorización de la sensibilidad antimicrobiana a los patógenos detectados, permitiendo así la generación de datos muy útiles en relación con una de las principales crisis de salud global de nuestro tiempo: la resistencia a los antibióticos.

El estudio FIEBRE pretende reclutar a más de 12.000 pacientes y a cerca de 3.000 controles sanos de la comunidad, y obtener por primera vez una descripción detallada de las causas de la fiebre sobre una población de estudio tan amplia

En el Hospital del Distrito de Manhiça, en Mozambique, los investigadores del Centro de Investigação em Saúde de Manhiça (CISM), en estrecha cooperación con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), han estado reclutando pacientes para el estudio a lo largo de los últimos cuatro meses. Más de 300 niños y niñas ya han sido incluidos en el estudio, y el reclutamiento de personas adultas ha empezado hace poco. Es probable que la información generada mediante este proyecto sea muy relevante tanto a nivel nacional como internacional, y que permita una gestión más especializada de la fiebre, el síntoma más frecuente de enfermedad, que históricamente ha significado el anuncio de problemas imminentes para la población de los países pobres.