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Investigación

Entrevista a Teresa Aguado: el valor de las vacunas

La Dra. Teresa Aguado ejerce de asesora para ISGlobal en proyectos relacionados con vacunas e inmunización

09.07.2013

Teresa Aguado, doctora en Inmunología por la Universidad de Barcelona, acumula más de dos décadas de experiencia al servicio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en cuya Iniciativa de Investigación para Vacunas ejerció de coordinadora de investigación y desarrollo de productos durante 14 años. Asimismo, ha contribuido de manera decisiva al establecimiento de diversos partenariados público-privados para investigación y desarrollo de vacunas y con anterioridad llevó a acabo investigación básica en enfermedades autoinmunes y en tolerancia inmunológica durante 11 años. En esta nueva etapa, la Dra. Aguado ejerce de asesora para ISGlobal en proyectos relacionados con vacunas e inmunización.

Es doctora en inmunología y ha dedicado toda su carrera a las vacunas ¿qué es lo que le atrae tanto de este campo?

En parte creo que es mi formación de base, que combina mis conocimientos de inmunología con los de formulación farmacéutica. Una vez me inicié en el área, ha representado para mí una verdadera pasión pues percibo las vacunas como una de las intervenciones de salud pública más costo-efectivas que existen. Además, encierran un gran potencial para contribuir a acabar con la mortalidad infantil, para expandir su uso a otros grupos de edad y para abordar otros retos: nuevas enfermedades  (nuevas vacunas) y nuevas usos (vacunas terapéuticas, vacunas contra antígenos "no convencionales").

Solemos asociar las vacunas a las etapas de la infancia. Sin embargo, sus últimos proyectos profesionales se han centrado en las vacunas para adultos y poblaciones de edad avanzada ¿Qué beneficios podría aportarnos?

La vacunación mas allá del periodo infantil puede tener múltiples beneficios, incluyendo el completar la tarea iniciada. Esto se puede conseguir a) a través de la administración de dosis de recuerdo y b) de vacunas más adaptadas a administrarse en la vida adulta.

El sistema inmune, como otros órganos y sistemas de nuestro organismo, es susceptible de envejecer. Vacunar correctamente en la edad adulta, a partir de la adolescencia, puede contribuir a la calidad de vida y a un envejecimiento saludable. Es posible que en un futuro próximo se hable de manera creciente de "un programa de inmunización a lo largo de la vida". Además, uno podría imaginar que la oportunidad ofrecida por el contacto con el personal sanitario en el momento de la vacunación es una valiosa puerta de entrada a otras intervenciones de salud pública, adaptadas a las necesidades del entorno o población que se considere en cada caso.   

¿Seguirán siendo las vacunas una herramienta tan coste efectiva en personas mayores con menos años de vida por delante?

En principio, sí. Las consideraciones son, sin embargo, diferentes de las que uno se plantea para la inmunización en la infancia, cuyo objetivo mayor, aunque no único, es combatir la mortalidad infantil. El problema a resolver en esas otras situaciones es el de ofrecer calidad de vida y, al mismo tiempo, aliviar los costos incurridos al tratar u hospitalizar. Los estudios epidemiológicos que documenten correctamente las situaciones y los de costo–efectividad nos proporcionarán las respuestas adecuadas.  

Existen grupos críticos con las vacunas. ¿Cuales son los mayores malentendidos que tenemos acerca de la inmunización?

Las vacunas, como cualquier otro fármaco o producto biológico, son un gran instrumento pero no perfecto. Pueden, en determinadas circunstancias, tener algún efecto secundario dentro de un rango aceptado por las autoridades sanitarias, incluidas las reguladoras y el público en general. Hay que valorar la relación riesgo/beneficio. A medida que las enfermedades infecciosas se combaten y la incidencia de casos declina, la tolerancia de la población a las reacciones adversas también disminuye. Un buen ejemplo es la vacuna contra la tosferina, de la que existe una vacuna "a células enteras" y una vacuna "a subunidades".

En este caso, en la mayoría de países desarrollados la vacuna "a células enteras"  ha sido reemplazada por la vacuna "a subunidades". Esta última es mucho menos reactogénica (causa menos efectos secundarios) pero posiblemente también algo menos inmunogénica (la inmunidad no es tan buena). Sin embargo, como los casos de tosferina en estos países han disminuido considerablemente, la relación riesgo/beneficio es tal que se prefiere la vacuna de tipo "a subunidades". En países en desarrollo, la incidencia de tosferina es mayor, de tal modo que justifica la utilización de la vacuna "a células enteras" que siendo más reactogénica es también más inmunogénica. Estas diferencias en la selección de productos para diferentes poblaciones basadas en el balance riesgo/beneficio, si no son correctamente explicados a los profesionales de salud (incluyendo vacunadores) y a la población en general pueden llevar a malos entendidos y causar perjuicio a los programas nacionales de vacunación.

En general,  hay un gran problema de comunicación. Debería haber un esfuerzo constante por explicar de manera completa, sencilla y totalmente transparente - a diferentes niveles según la audiencia - esa relación mencionada de riesgo/beneficio de las vacunas. 

¿Cuál es el mayor obstáculo para la inmunización universal: la financiación, el acceso o la apreciación inadecuada del poder de la inmunización?

Como mencionas, los obstáculos son varios. La financiación contribuye de manera importante pero ni mucho menos es el único. Por citar algunos factores determinantes podríamos destacar a) el tener la infraestructura necesaria para distribuir y vacunar correctamente, b) el tener la suficiente cantidad de producto disponible donde y cuando se necesite, c) la sostenibilidad del esfuerzo una vez introducida la(s) vacunas(s) y d) la percepción equivocada de la relación riesgo/beneficio.

Actores clave en el mundo de la salud global como la OMS, UNICEF o la Fundación Bill y Melinda Gates se han unido para impulsar la inmunización a nivel global a través del proyecto de Colaboración para la Década de Vacunas, cuyo secretariado ha sido coordinado por ISGlobal junto con PATH y el Sabin Vaccine Institute ¿Qué opinión le merece este proyecto?

Para mi es una de las mejores cosas que pueden ocurrir, que diferentes socios encuentren un terreno de trabajo compartido para alcanzar metas beneficiosas, sin por ello sacrificar su independencia y su modo de acción. El proyecto de Colaboración para la Década de Vacunas y su Plan de Acción Global de Vacunas (GVAP) ofrece una serie de objetivos y una hoja de ruta para la próxima década, dándole en gran medida la palabra -y la responsabilidad- a los países, que son los que al fin y al cabo implementan las medidas adoptadas.

¿Qué papel cree que puede jugar ISGlobal en la investigación e implantación de vacunas, tanto en niños como en adultos?

ISGlobal está contribuyendo ya de manera clave a  la salud global por su implicación en el área de enfermedades tropicales y de salud materno-infantil. Lo hace a través de centros de excelencia y de colaboraciones en lugares estratégicos de todos los continentes. Sin embargo, el liderazgo ejercido junto con el Sabin Vaccine Institute, coordinando el documento "Década de Vacunas" -la nueva hoja de ruta mundial para todas las actividades relacionadas con las vacunas y la inmunización en esta década- ha proporcionado visibilidad a sus capacidades en esta área. ISGlobal se ha posicionado como una institución con capacidad de emprender proyectos de inmunización con una visión novedosa y, al mismo tiempo, poseyendo conocimiento real de las necesidades de los países que más necesitan las nuevas vacunas.