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¿Cómo afectan los factores medioambientales al desarrollo del cerebro de niños y adolescentes?

Convocatoria de prensa

13.10.2014

Los días 16 y 17 de octubre, neurocientíficos, neurólogos, neuropsicólogos, psiquiatras y neuroepidemiólogos se reunirán en CosmoCaixa Barcelona, convocados por B·Debate, una iniciativa de Biocat y de la Obra Social “la Caixa”. Esta edición está liderada por el Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), centro de la alianza ISGlobal.

El aire que respiramos, la contaminación atmosférica, la calidad del agua, la alimentación, los químicos industriales y el consumo de alcohol son algunos de los factores ambientales que repercuten sobre la salud de las personas. En las etapas precoces de la vida, desde la gestación hasta la adolescencia, los elementos adversos del ambiente pueden tener consecuencias negativas en el desarrollo cerebral de los jóvenes.

Los científicos discutirán sobre los conocimientos actuales del impacto de los condicionantes ambientales en el desarrollo cerebral de niños y adolescentes, así como la influencia de estos elementos en el período prenatal –durante la gestación–. Los estudios del cerebro en niños y adolescentes aportan información primordial para comprender los patrones normales de funcionamiento y desarrollo neuronal, pero hasta ahora no se han utilizado técnicas de neuroimagen en grandes estudios poblacionales, como resonancias magnéticas estructurales y funcionales para conocer las conexiones y estructuras neuronales.

El cerebro es plástico

El cerebro es un órgano plástico con la capacidad de aprender y memorizar, entre otros procesos cognitivos complejos que nos hacen humanos. “El cerebro es el órgano que necesita más tiempo para desarrollarse”, comenta sobre la configuración neuronal Jordi Sunyer, líder científico del B·Debate y codirector del CREAL.

El desarrollo del cerebro humano es secuencial y cada fase cuenta. En edad infantil y adolescente necesita la interacción con el ambiente para configurarse, pero también es más sensible que un cerebro maduro delante de los agentes agresivos. Los factores químicos y otros condicionantes ambientales negativos pueden perjudicar al sistema nervioso y desarrollo neuronal.

“El desarrollo del cerebro sigue una serie de fases de maduración que se tienen que completar en un plazo de tiempo y secuencia específicos porque este órgano pueda configurarse y funcionar de manera óptima”, resume sobre la vulnerabilidad del cerebro infantil y adolescente frente influencias externas Philippe Grandjean, profesor de salud ambiental de la Escuela de Salud Pública de Harvard (Estados Unidos), que participará en este B·Debate.

Aplicaciones en prevención, tratamientos y política

La investigación en este campo permite identificar cuáles son las amenazas de la vida cotidiana que impactan sobre el desarrollo cerebral de niños y jóvenes. “Hasta ahora los radiólogos habían evaluado casos clínicos de enfermedades, pero nosotros queríamos saber qué puede aportar la neuroimagen al análisis del neurodesarrollo”, dice Jordi Júlvez, coordinador del B·Debate e investigador del CREAL.

Los científicos determinan qué factores influyen en enfermedades que pueden expresarse durante el resto de la vida y hasta acelerar su aparición, como las patologías neurodegenerativas del Parkinson y la demencia tipo Alzheimer.

“La finalidad última es la prevención, mediante la descripción de las exposiciones y las interacciones con el ambiente que perjudican el desarrollo cerebral”, apunta Sunyer. El líder científico de este B·Debate comenta que la epidemiología es una ciencia muy aplicada porque está muy cerca de la gente. Por eso el conocimiento científico tendría que entrar en las políticas de salud pública de los gobiernos.

Entre los asistentes a B·Debate cabe destacar a:

•Jordi Sunyer: Líder científico de este B·Debate y codirector del CREAL. Doctor en Medicina y Cirugía, sus líneas de investigación principales se centran en las enfermedades respiratorias (asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica), la contaminación ambiental y las enfermedades cardiorrespiratorias, y los efectos de los contaminantes sobre el desarrollo neuroconductual infantil. Acaba de recibir el premio John Goldsmith, el más prestigioso en el ámbito de la investigación en medio ambiente y salud.

•Jordi Júlvez: Coordinador de este B·Debate e investigador del CREAL. Doctor en epidemiología y salud pública, coordina la investigación en neurodesarrollo del proyecto INMA – Infancia y Medio Ambiente. Este año ha publicado en JAMA Pediatrics un estudio que muestra como los niños que pasan más horas delante del televisor duermen menos horas.

•Philippe Grandjean (ingles): Profesor de salud ambiental de la Escuela de Salud Pública de Harvard (Estados Unidos). También es responsable de la unidad de investigación en medicina ambiental de la Universidad del Sur de Dinamarca y consultor en toxicología de la Agencia Nacional de Salud de Dinamarca. Su investigación se focaliza en los efectos adversos de ciertos productos químicos en el desarrollo neuronal de los niños.

El programa detallado del B·Debate (http://www.bdebate.org/) “Environment and child brain development. The challenges in the global context” (El entorno ambiental y el neurodesarrollo del niño.