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Análisis y Desarrollo Global

¿Cómo reparar un modelo de I+D que no funciona?

El proyecto 'Ciencia para Pacientes' organiza un taller en Madrid con profesionales de diferentes disciplinas para debatir sobre un nuevo modelo de innovación farmacéutica

17.06.2019

Desafíos y oportunidades para reparar un modelo de Investigación y Desarrollo (I+D) que no funciona. Este fue el tema central de un taller que reunió a expertos y expertas de diferentes perfiles el pasado 13 de junio en Madrid, para debatir la manera de fomentar una innovación farmacéutica más transparente y responsable. El proyecto 'Ciencia para Pacientes' es financiado por la Open Society Foundations y liderado por ISGlobal, centro impulsado por “la Caixa”.

El desarrollo y acceso a medicamentos que responden a las necesidades de la población es un elemento fundamental para el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 (salud y bienestar para todos). Sin embargo, es evidente que el modelo actual de innovación farmacéutica no va en este sentido. La solución requiere la participación de diferentes actores, incluyendo el estado, el sector privado, la sociedad civil y la comunidad científica. “En la primera fase del proyecto, nos enfocamos en la opinión de la comunidad científica, un actor importante pero no siempre escuchado” explica Eva Martich, coordinadora del proyecto. “Ahora, estamos involucrando a diversos actores en las diferentes etapas de desarrollo de un fármaco, desde la investigación hasta la comercialización”. 

Trabajar sobre las prioridades, los precios y la transparencia

Claudia Vaca, de la Universidad Nacional de Colombia, abrió el debate subrayando las “cinco verdades incómodas” sobre el modelo actual de innovación biomédica: el acceso es inequitativo, deja fuera enfermedades de países pobres, hay un divorcio entre valor y precio, se desconoce el costo real de la I+D, y no obedece a las prioridades en salud. Presentó los resultados de un análisis realizado con el gobierno de su país, y que contó con la participación de la comunidad científica.  

Joan Bigorra, director de innovación en ISGlobal, resaltó la importancia de los incentivos para generar un cambio de comportamiento por parte de la industria. Todos coincidieron en el papel del sector público en establecer estos incentivos, y en alinearlos con las prioridades en salud. Un ejemplo exitoso es el desarrollo del fexinidazol, el primer medicamento para la enfermedad del sueño, en el que se coordinaron recursos de diferentes donadores a nivel global y se involucró a la industria farmacéutica. El debate también se centró en cómo aumentar la transparencia a lo largo de todo el proceso, desde la financiación y publicación de ensayos clínicos, la aprobación de medicamentos, o la negociación de precios, y se citaron algunos ejemplos positivos, como la “National Institute for Health and Care Excellence” (NICE) en el Reino Unido.

“Tenemos previsto un segundo taller en septiembre, para extraer las principales conclusiones de este ejercicio de análisis y debate” explica Martich. “Después, nuestro objetivo es hacerlas llegar a los diferentes actores nacionales e internacionales y contribuir así a generar un modelo de innovación que ponga la ciencia al servicio de los pacientes,” añade.