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La paradoja de ISGlobal: a propósito del 25 aniversario del CISM

15.6.2021
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Foto: ISGlobal - Entrada del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) en Mozambique.

[Este texto está escrito por Clara Menéndez y Pedro L. Alonso. Es el primero de una serie de artículos que publicaremos en los próximos meses para conmemorar el 25º aniversario del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM)]

 

Este mes de junio recordamos que hace un cuarto de siglo, un grupo de investigadores de la Fundació Clínic de Barcelona y del Ministerio de Salud de Mozambique se establecieron en la villa de Manhiça en el sur del país. Esto significó el comienzo del Centro de Investigaçao em Saúde de Manhiça (CISM), una iniciativa novedosa de los gobiernos de Mozambique y España con financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Pocos podrían imaginar que ese paso sería determinante para que 15 años después se creara el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

Este mes de junio recordamos que hace un cuarto de siglo, un grupo de investigadores de la Fundació Clínic de Barcelona y del Ministerio de Salud de Mozambique se establecieron en la villa de Manhiça en el sur del país

El objetivo del “proyecto Manhiça” era establecer un centro de investigación y desarrollo en una zona rural del país que descansara sobre tres pilares complementarios: generar conocimiento a través de la investigación en los problemas prioritarios de salud de esas poblaciones, fortalecer el capital humano a través de la formación de técnicos e investigadores del país, y la asistencia sanitaria a las comunidades que acogían el centro.

Estos objetivos abordaban algunas de las reconocidas brechas, aún existentes, entre los países económicamente más desarrollados y los menos: el déficit en capital humano adecuadamente formado y el hecho de que el 90% del presupuesto mundial de investigación y desarrollo se dirige prioritariamente hacia las enfermedades que afectan a los sectores más ricos de la población mundial. Esto deja huérfanas a algunas de las enfermedades que más afectan a la humanidad: las llamadas enfermedades relacionadas con la pobreza. Enfermedades que son consecuencia y causa de pobreza y subdesarrollo. Enfermedades que representan también una falla que las leyes del mercado no resuelven.

 

El CISM ha tenido un importante papel en la mejora de la salud en Mozambique.

 

En definitiva, el CISM nacía con la aspiración de contribuir a resolver las intolerables brechas de equidad que representa el hecho de que el lugar donde se nace continúa determinando las posibilidades de sobrevivir los primeros años de vida y posteriormente tener una vida sana y productiva; o que el riesgo de morir durante el embarazo, el parto o el puerperio sea 50 veces mayor en Mozambique que en España. Principios y misión que inspirarían años después la creación de ISGlobal. Todo esto ocurría en un país que acababa de salir de una larga guerra civil, precedida por una guerra de liberación nacional y la constitución de un nuevo estado independiente en 1974. Un país que estaba en los últimos lugares de los índices de desarrollo humano. Un país que representaba el paradigma de los retos del desarrollo y la salud global.

El Centro de Investigaçao em Saúde de Manhiça (CISM) nacía con la aspiración de contribuir a resolver las intolerables brechas de equidad que representa el hecho de que el lugar donde se nace continúa determinando las posibilidades de sobrevivir los primeros años de vida y posteriormente tener una vida sana y productiva

Como toda obra humana, el desarrollo del CISM durante estos primeros 25 años ha tenido luces y sombras. Sin embargo, no es exagerado catalogar su corta historia como una de éxito. Se han desarrollado programas de investigación que han contribuido a avanzar el conocimiento, y en algunos casos influir tanto en las políticas nacionales como en políticas globales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), especialmente en el ámbito de la malaria. El centro se ha situado en la vanguardia de la salud global a partir de la evaluación de vacunas, fármacos y nuevas estrategias de lucha contra la malaria, tuberculosis, sida, neumonías, enfermedades diarreicas y otras enfermedades infecciosas prevalentes en países de baja renta; sin dejar de lado otros problemas de salud como son la salud materno-infantil no infecciosa o mejores instrumentos para definir las causas de muerte y la carga de enfermedad.

Los problemas se han abordado desde una óptica multi- e interdisciplinar, con la participación de médicos, biólogos, entomólogos, demógrafos, geógrafos, antropólogos, economistas y otras disciplinas científicas. El CISM ha contribuido a la formación de un cuadro importante de científicos y técnicos mozambiqueños (también españoles), estableciendo a la Universidad de Barcelona (UB) como un socio académico de referencia para el país, especialmente en relación con la formación de doctorandos.

Finalmente, y no menos importante, ha prestado una atención médica continua y de calidad a decenas de miles de personas a través del hospital de Manhiça y los centros de salud primaria del distrito, muchos de ellos rehabilitados o reconstruidos por el CISM.

No es exagerado catalogar su corta historia como una de éxito. El centro se ha situado en la vanguardia de la salud global

El CISM ha respondido a su visión fundacional, transformándose en el año 2008 en una fundación mozambiqueña, declarada de utilidad pública, constituida por los representantes de los dos Estados, junto con el Instituto Nacional de Salud, la Universidad Eduardo Mondlane, la Fundaçao para o Desenvolvimento da Comunidade y la Fundació Clínic de Barcelona (representando tanto a la UB como al Hospital Clínic). Un desarrollo novedoso en el panorama internacional, respondiendo a una visión de vanguardia de la cooperación internacional, promoviendo el liderazgo efectivo de la sociedad civil y las instituciones académicas y el gobierno del país, asumiendo la propiedad y gestión de un centro que en poco tiempo se situó entre los centros líderes del continente africano. Como con frecuencia recuerda Graça Machel (doctor honoris causa por la Universidad de Barcelona en 2008), el CISM ha contribuido a que cuando Mozambique ha ocupado la primera página de medios internacionales prestigiosos con noticias positivas y de esperanza, esa noticia estuviera fechada en Manhiça.

 

El CISM ha contribuido a la formación de un cuadro importante de científicos y técnicos tanto mozambiqueños como españoles.

 

Con frecuencia, la historia de los centros de investigación médica en África responde a un legado colonial, representando una antena o laboratorio de campo de las instituciones de la metrópoli correspondiente. En este sentido, la historia del CISM y de la salud global en Barcelona supone una paradoja.

La creación del CISM por parte de la cooperación entre España y Mozambique se impulsó desde un grupo muy reducido de profesionales del Ministerio de Salud de Mozambique y del Hospital Clínic-Universitat de Barcelona. El CISM captó en poco tiempo la atención de múltiples actores y personalidades de los dos países fundadores, así como de otros lugares. Son literalmente decenas de presidentes y jefes de gobierno, ministros, secretarios de Estado, Consellers en Cap, consellers, rectores, embajadores, académicos y periodistas los que han visitado el CISM desde su creación. De esta larga lista, recordaremos algunos eventos o visitas notables, que el tiempo ha demostrado que fueron particularmente relevantes para el desarrollo de la salud global en Barcelona.

El CISM captó en poco tiempo la atención de múltiples actores y personalidades de los dos países fundadores, así como de otros lugares. Son literalmente decenas de presidentes y jefes de gobierno, ministros, secretarios de Estado, Consellers en Cap, consellers, rectores, embajadores, académicos y periodistas los que han visitado el CISM desde su creación

Visita del presidente de Mozambique Joaquim Chissano y de S.M. la Reina Doña Sofía al CISM en 1998.

 

La visita del presidente de Mozambique Joaquim Chissano y de S.M. la Reina Doña Sofía para inaugurar las nuevas instalaciones y laboratorios en mayo del 1998 aportó impulso político y visibilidad, y estableció las bases de lo que vendría después durante la siguiente década prodigiosa.

La visita del presidente de Mozambique Joaquim Chissano y de S.M. la Reina Doña Sofía para inaugurar las nuevas instalaciones y laboratorios en mayo del 1998 aportó impulso político y visibilidad, y estableció las bases de lo que vendría después durante la siguiente década prodigiosa

En julio del año 2000, apenas unos meses después de las devastadoras inundaciones del sur de Mozambique, Regina Rabinovich, por entonces directora de la Malaria Vaccine Initiative, visitó el CISM. De esta forma se inició la cooperación directa con la Fundación Bill & Melinda Gates, con los ensayos de la vacuna de malaria (RTS,S). Posteriormente, en septiembre del año 2003, el CISM fue el primer centro de investigación que Bill y Melinda Gates visitaron en África, consolidando así la colaboración con su Fundación, que continúa hasta la fecha. Unas semanas antes, Núria Casamitjana, vicerrectora de la UB, visitó el centro y estableció las bases para una acción estratégica de vanguardia por parte de la UB.

 

Laboratorio del CISM. 

 

La Fundación ”la Caixa” ya había apoyado varios proyectos asistenciales y de investigación en el ámbito de la tuberculosis y el VIH/sida a través del programa de cooperación internacional. En mayo del año 2005, la Infanta Doña Cristina de Borbón, directora del Área Internacional de la Fundación ”la Caixa”, viajó oficialmente por primera vez a Mozambique y al CISM. Esta visita marcó el inicio de una larga y fecunda relación entre ”la Caixa” y la investigación, formación y asistencia en salud global.

Por otro lado, el estímulo de Joan Rodés y Antoni Trilla, actual decano de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud UB, y el apoyo continuado en el tiempo de la dirección del Hospital Clínic (Raimon Belenes, Josep Maria Piqué, Josep Maria Campistol), así como la constatación de la oportunidad y necesidad de fortalecer las capacidades de investigación en Barcelona para complementar y optimizar las actividades y oportunidades que representaba el CISM, llevó en 2006 a la creación, junto con la UB y la Generalitat de Catalunya, del Centre de Recerca en Salut Internacional de Barcelona (CRESIB), el primer centro de investigación de España centrado en los problemas de salud de las poblaciones más desfavorecidas. La consellera de Salut de la Generalitat de Catalunya, Marina Geli, acompañada por el director general de Salud Pública, Antoni Plasència, visitó Manhiça en septiembre del año 2007, refrendando el compromiso de la Generalitat de Catalunya con la salud global y el papel de la investigación, formación y asistencia en los países más pobres del mundo.

El rector de la UB, Marius Rubiralata, también como presidente de la Fundació Clínic, visitó Mozambique y participó en la creación de la Fundaçao Manhiça en el año 2008. La involucración de la UB, inspirada por Núria Casamitjana, auténtico motor intelectual de la Salud Global en la UB, se profundizó con la creación del Observatorio de Salud Global y la posterior contratación de quien escribe como catedrático de Salud Global –la primera cátedra de esta disciplina en España–. En esas fechas, y como consecuencia del interés de la dirección del Hospital Clínic por dicha disciplina, se creó el primer servicio de Salud Internacional en un hospital en España.

 

Pedro L. Alonso junto Pascoal Mocumbi. Su incansable apoyo al proyecto de Manhiça, primero como Primer Ministro de Mozambique y más tarde como primer Presidente de la Fundación Manhiça, ha sido una pieza clave para que el CISM alcanzara los 25 años de vida.

 

El impulso final ocurrió en el año 2008. Por un lado, la concesión del Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional al CISM ayudó a consolidar el concepto de la Investigación en Salud Global como herramienta estratégica de la cooperación internacional entre las instituciones y la opinión pública. El apoyo constante de la Infanta Doña Cristina al CISM y al marco conceptual que lo inspira fue instrumental para que Isidre Fainé y Jaume Lanaspa (presidente y director de la Fundación ”la Caixa”, respectivamente) la acompañaran en febrero del año 2008 en una visita al CISM. Solo un mes después de su regreso, Fainé me llamó a su despacho. Como a muchos otros, la visita a Manhiça le había mostrado crudamente las desigualdades insoportables que existen en nuestro planeta, y especialmente las causas y consecuencias que estas provocan en niños y niñas, adolescentes y mujeres embarazadas de las zonas rurales, donde estas poblaciones quedan atrapadas en el círculo vicioso de enfermedad y pobreza. La convicción, compartida por la Infanta Doña Cristina de Borbón, Isidre Fainé y Jaume Lanaspa, de que era necesario poner la ciencia, la equidad y la compasión al servicio de los países mas pobres llevó a la creación del primer Instituto de Salud Global de España en el año 2010.

Tal vez pocos de los que actualmente trabajan y se benefician de contar con un Instituto de Salud Global en Barcelona son conscientes de la historia y las raíces de ISGlobal. Es importante reconocer que el CISM y la actividad en salud global ha permitido la formación de un gran número de científicos de nuestro país y ha proporcionado oportunidades para desarrollar proyectos y atraer recursos financieros, lo que no habría sido posible de otra forma.

Es importante reconocer que el CISM y la actividad en salud global ha permitido la formación de un gran número de científicos de nuestro país y ha proporcionado oportunidades para desarrollar proyectos y atraer recursos financieros, lo que no habría sido posible de otra forma

En definitiva, la indudable certeza es que, sin el CISM no existiría ISGlobal. Conocer las raíces y ser fieles a los fundamentos intelectuales que inspiran nuestra acción resulta esencial en todas las facetas de la vida. Y es importante recordarlo en el contexto actual, en el que la desigualdad en salud continúa creciendo, el lugar donde uno nace sigue determinando nuestro futuro y, sobre todo, la salud global -especialmente en lo que se refiere a la salud de los más pobres y vulnerables en los países más pobres- sigue siendo un imperativo ético y una necesidad compartida. “No roots no fruits”, como diría Marcel Tanner.

Una aclaración antes de cerrar esta breve nota, orientada a la creación de ISGlobal y el papel determinante que el CISM ha desempeñado en ella. No hemos recogido en este texto la contribución central de centenares o miles de mozambiqueños de todos los estamentos. La población del distrito, el personal sanitario, los investigadores del centro, el personal de apoyo, y las autoridades distritales, provinciales y nacionales. Reconocer y destacar su contribución será materia de otro escrito que, necesariamente, será más largo y detallado.

La indudable certeza es que, sin el CISM no existiría ISGlobal. Y es importante recordarlo en el contexto actual, en el que la desigualdad en salud continúa creciendo, el lugar donde uno nace sigue determinando nuestro futuro y, sobre todo, la salud global sigue siendo un imperativo ético y una necesidad compartida

Tal vez nuestro colega y amigo Eusébio Macete, quien ha dirigido el CISM durante 10 años, pueda abordar esta tarea en una próxima entrada de esta serie dedicada al 25 aniversario del centro. Pero no podemos ni queremos acabar sin destacar, entre todos, un nombre: Pascoal Mocumbi. Su decisión de apostar por la investigación científica en enfermedades endémicas de su país y su incansable apoyo al proyecto de Manhiça, primero como Primer Ministro de Mozambique y más tarde como primer Presidente de la Fundación Manhiça, ha sido una pieza clave para que el CISM alcanzara los 25 años de vida.