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¿Debería permitirse la actividad física durante la pandemia causada por el coronavirus?

Serie COVID-19 y estrategia de respuesta #4

23.04.2020

Este documento forma parte de una serie de notas de debate que abordan preguntas fundamentales sobre la COVID-19 y las estrategias de respuesta. Los trabajos han sido elaborados sobre la base de la mejor información científica disponible y pueden ser actualizados a medida que esta evolucione.

Redactado por los investigadores de ISGlobal Sarah Koch, Jill Litt, Carolyn Daher y Mark Nieuwenhuijsen, el documento aborda la necesidad de realizar actividad física, esencial para una buena salud física, mental y social, y recomienda incluirla urgentemente en la estrategia de desconfinamiento.

 

El confinamiento en España

La salud física, mental y social, así como el bienestar, mejoran con la práctica de actividad física regular, tanto en la infancia como en adolescentes, personas adultas y mayores. España adoptó medidas extremas para reducir la propagación de la COVID-19, incluyendo el confinamiento total en los hogares, y permitiendo a la ciudadanía abandonar sus casas únicamente para acceder a servicios esenciales como la compra de alimentos, ir al banco y recibir asistencia médica en farmacias u hospitales. Según los datos proporcionados por Fitbit sobre la monitorización de la actividad física mediante dispositivos móviles, los niveles de actividad física se redujeron en un 38% al cabo de una semana de confinamiento. Todavía no se han estimado los impactos sobre la salud provocados por esta drástica reducción en la actividad física, pero se espera que sean extensos y graves.

Para poner esta reducción de la actividad física y la subsiguiente amenaza para la salud en una perspectiva más amplia: incluso antes de la pandemia de COVID-19, sólo el 24% de los adolescentes, el 66% de los adultos y el 68% de las personas mayores en España cumplían con las recomendaciones de la OMS relativas a la actividad física

Importancia del acceso a la actividad física en el exterior

Entre los efectos beneficiosos de la actividad física regular, en especial durante la pandemia de la COVID-19, se incluyen: 

  • Salud inmunológica y respiratoria. El ejercicio aumenta la capacidad del sistema inmunitario y es importante para el mantenimiento de la función respiratoria.
  • Salud mental. Permite autogestionar y liberar estrés.
  • Salud metabólica. En situación de estrés se tiende a incrementar el aporte calórico de las dietas. El ejercicio físico ayuda a no ganar peso.
  • Salud cardiovascular. El estrés psicológico, las dietas poco equilibradas y la falta de actividad física son factores de riesgo fundamentales para la enfermedad cardiovascular, y todos ellos se han visto alterados por la crisis de la COVID-19. 
  • Salud ósea. Como consecuencia del aumento del tiempo sedentario, la salud ósea está en riesgo, en especial en niños y niñas, adolescentes y personas mayores. Para el crecimiento y el mantenimiento de unos huesos sanos, se necesita un nivel elevado de fuerza con esfuerzos de impacto y cizalladura. 
  • Salud social y emocional. La actividad física ayuda a construir y mantener la conexión social. Los programas de ejercicio físico en grupo permiten a personas de todas las edades y de todos los entornos profesionales y socioeconómicos encontrarse e interaccionar, combatiendo así la amenaza global de la soledad percibida. 

¿Quién puede beneficiarse de la actividad física al aire libre?

Todo el mundo se beneficia de la actividad física al aire libre. Sin embargo, las personas con una infección por COVID-19 activa, o quienes se estén recuperando de una, deben consultarlo con el personal médico antes de volver a realizar ejercicio. Según parece, el riesgo de contraer o transmitir la COVID-19 en espacios exteriores es inferior al riesgo de hacerlo en espacios interiores. La actividad física al aire libre, en especial en espacios verdes y azules (es decir en parques, costas o lagos) proporciona numerosos beneficios, y representa la oportunidad de permanecer físicamente activas. Por consiguiente, es fundamental proporcionar acceso a la actividad física en espacios exteriores tan pronto como sea posible.

¿Qué se necesita?

Las estrategias de desconfinamiento deben incluir oportunidades para realizar actividad física de forma segura. Es necesario implementar medidas que permitan el mantenimiento de la distancia física 

  • Proporcionar espacio: aceras más anchas y carriles bici extra, en especial los que proporcionen acceso a espacios verdes y azules; deben implementarse rutas que faciliten el transporte activo hacia los servicios esenciales y el trabajo. 
  • Acceso a espacios exteriores amplios. Deben retirarse los coches y otros obstáculos de las plazas de mercado, de las áreas abiertas en los parques y de las carreteras alrededor de la costa y de los lagos, para que puedan ser utilizadas como áreas para la actividad física con distanciamiento. 
  • Uso de la tecnología para ayudar a gestionar y programar el uso del espacio.
  • Medidas para permitir el distanciamiento físico. La actividad física debe realizarse en solitario o con miembros del mismo hogar o cuidadores cuando sea necesario. 
  • Aumentar los horarios de parques, plazas de mercado y espacios donde realizar actividad física.
  • Realizar distintas marcas en el suelo para indicar una distancia de 1,5 metros. 
  • Acceso a los servicios de higiene de manos.
  • Aumento de los procedimientos de limpieza.

Recomendaciones

La actividad física es esencial para una buena salud física, mental y social, y debería incluirse en la estrategia de desconfinamiento.