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Para mejorar la salud y la movilidad, necesitamos nuevos modelos urbanos

14.9.2021
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Foto: Jack Fifield. - Prova del model de barri amb poc trànsit a Londres, 2020.

Uno de los grandes desafíos de las ciudades es la (subóptima) planificación urbana y del transporte, con calles dominadas por coches en muchas ciudades. Por ejemplo, una ciudad como Barcelona tiene una de las mayores densidades de tráfico, contaminación atmosférica y niveles de ruido de Europa, que son responsables de unas 3.000 muertes prematuras al año. El 60% del espacio público lo utilizan los coches, pero solo uno de cada cuatro viajes se hace en automóvil, y podría utilizarse de forma más saludable.

Durante la pandemia de la COVID-19, las ciudades comenzaron a expulsar a los coches, aumentar el espacio para el transporte activo y aumentar sus carriles para bicicletas. Muchas de estas iniciativas comenzaron antes de la pandemia, pero se han acelerado durante la crisis del coronavirus. Durante los confinamientos, alrededor del 90% de los conductores de automóviles no echaron de menos su trayecto, mientras que alrededor del 90% de los ciclistas sí extrañaron muchos o algunos aspectos del mismo. Y la contaminación del aire y los niveles de ruido se redujeron considerablemente.

Durante la pandemia, las ciudades comenzaron a expulsar a los coches, aumentar el espacio para el transporte activo y aumentar sus carriles para bicicletas. Muchas de estas iniciativas comenzaron antes de la pandemia, pero se han acelerado durante la crisis del coronavirus

Ciudades como Viena, Boston, Oakland, Filadelfia y Minneapolis han cerrado calles para dar más espacio a los peatones y ciclistas. Estos cierres temporales de carreteras y otras medidas a corto plazo están sirviendo como prueba para cambios que eventualmente pueden volverse permanentes. Un estudio alemán reciente que utilizó contadores de bicicletas en 106 ciudades europeas mostró que las 20 ciudades que habían aumentado considerablemente su red de bicicletas (de media en 11,5 kilómetros) durante la pandemia de COVID-19 también vieron un aumento de bicicletas del 11% al 40% en comparación con los que no lo hicieron.

Por tanto, ¿es hora de repensar nuestros modelos urbanos? En el siglo XX, las ciudades parecían estar diseñadas para los coches, pero en el siglo XXI deberíamos apostar por las ciudades para las personas. Las urbes deben ser inteligentes, sostenibles, habitables, equitativas y saludables, deben aplicar soluciones basadas en la naturaleza, tener una economía circular y promover la movilidad activa y los espacios verdes. Pueden hacerlo mejorando el uso del suelo e implementando nuevos modelos.

¿Es hora de repensar nuestros modelos urbanos? En el siglo XX, las ciudades parecían estar diseñadas para los coches, pero en el siglo XXI deberíamos apostar por las ciudades para las personas.

Nuevos modelos urbanos

Se están introduciendo una serie de nuevos conceptos urbanos en varias ciudades que de alguna manera están abordando estos problemas, como las supermanzanas, los barrios de tráfico reducido, la ciudad de 15 minutos, la ciudad sin automóviles o una combinación de estos. ¿Cuáles son algunos de los posibles impactos?

Las supermanzanas, Barcelona

En Barcelona están previstas más de 500 supermanzanas, que reducen el tráfico motorizado y proporcionan espacio para personas, viajes activos y zonas verdes. Reducirán la contaminación del aire y los niveles de ruido, los efectos de isla de calor y aumentarán los espacios verdes y la actividad física y, por lo tanto, podrían evitar cerca de 700 muertes prematuras cada año en Barcelona.

Zona de juegos en la calle Sancho de Ávila dentro de la Supermanzana del Poblenou, Barcelona. Foto: Paola de Grenet / Ayuntamiento de Barcelona.

Barrios de tráfico reducido, Londres

Se están aplicando principios similares en los barrios de tráfico reducido. Forman parte de una serie de cambios en el paisaje urbano relativamente baratos y rápidos, que están siendo promovidos o financiados por el gobierno como medidas de emergencia para proporcionar entornos más seguros para caminar e ir en bicicleta (ante el contagio por la COVID-19 y ante el riesgo de lesiones por accidentes de tráfico) y, en consecuencia, para desalentar el uso del transporte privado motorizado.

Este modelo disminuye el tráfico mediante el uso de bolardos, jardineras y cámaras para eliminar el tráfico de la zona mientras se mantiene el acceso de los vehículos motorizados a todas las viviendas. El espacio es más seguro, más agradable para caminar e ir en bicicleta (gracias a la reducción del tráfico motorizado).

Jardineras que marcan el inicio de un barrio de tráfico reducido en Walworth (Londres). 2020. Foto: Secretlondon.

La ciudad de 15 minutos, París

París está introduciendo el concepto de "la ciudad de 15 minutos", donde el trabajo, la escuela, el ocio y otras actividades se encuentran a 15 minutos a pie de la casa. La ciudad de 15 minutos requerirá un replanteamiento bastante radical de nuestras ciudades y una mezcla de diferentes grupos de población en lugar de la distribución actual por estatus socioeconómico y, por lo tanto, es probable que reduzca las desigualdades. También disminuirá la necesidad de viajes de larga distancia y, por lo tanto, las emisiones de CO2, la contaminación del aire y los niveles de ruido.

La ciudad de 15 minutos. Foto: Ubique.

 

La ciudad libre de coches, Vauban (Friburgo) y Hamburgo

Hamburgo planea ser una ciudad libre de automóviles para el 2034, en parte para abordar la crisis climática. Las ciudades sin coches reducirían el tráfico motorizado privado innecesario y brindarían un acceso fácil al transporte público y activo. Por tanto, reducirían la contaminación del aire y los niveles de ruido, aumentarían la actividad física y crearían espacio para espacios verdes. Un ejemplo exitoso es Vauban en Friburgo (Alemania), que es un barrio sin coches y con viviendas sostenibles.

Vauban, Freiburg (Alemania). Foto: Lieven Soete.

Principios comunes

Estos modelos tienen en común el objetivo de reducir el uso del transporte motorizado privado y aumentar el transporte público y activo (caminar e ir bicicleta) y, por lo tanto, reducir la contaminación del aire, el ruido y los efectos de isla de calor y aumentar la actividad física y, como resultado, promover y mejorar la salud. Los modelos invierten la pirámide de planificación del transporte, donde la prioridad de los coches se reemplaza por dar prioridad al transporte público y a caminar e ir en bicicleta. Caminar es un medio de transporte fácil, sostenible y saludable para viajes de hasta tres kilómetros, mientras que ir en bicicleta hasta siete kilómetros y más con bicicletas eléctricas. Los beneficios adicionales son que reducen las emisiones de CO2 y abordan la crisis climática y los impactos en la salud relacionados.

Pirámide de planificación de transporte óptima

Caminar debería ser un derecho humano básico, pero con demasiada frecuencia no es tan fácil salir por la puerta a cualquier destino debido a una variedad de dificultades. Tiene muchos beneficios para la salud, incluida la reducción de la mortalidad prematura y las enfermedades cardiovasculares y la mejora de la salud mental. Los aspectos importantes del entorno construido que pueden fomentar el caminar son, por ejemplo, la accesibilidad para peatones, la densidad residencial, la conectividad de las calles, el acceso o la disponibilidad de destinos y servicios, la infraestructura y el paisaje urbano, y la seguridad.

Aumentar la red de carriles bici y, por tanto, el número de ciclistas, es una forma de reducir el tráfico motorizado y las emisiones de CO2 y hacer crecer la movilidad activa y, de esta manera, mejorar os niveles de actividad física y la salud de las personas. Esto da a las personas la oportunidad de incorporar la actividad física con los desplazamientos diarios, ya que a menudo no se dispone de tiempo suficiente para ir al gimnasio. Así, poner un carril bici separado en cada calle podría evitar 250 muertes prematuras al año en una ciudad como Barcelona por el aumento de la actividad física. Se ha avanzado mucho en la creación y el aumento de carriles para bicicletas, pero solo funcionan si son seguros y forman parte de una red integrada.

La ciudad ciclista de Utrecht. Foto: Stan Schrama / Unsplash.

Lo que comparten también estos nuevos modelos urbanos es el acceso a espacios verdes, que son importantes, por ejemplo, para la salud mental, la función cognitiva y la esperanza de vida de las personas. La disponibilidad de espacios verdes varía considerablemente entre las ciudades y tampoco se distribuyen por igual, ya que algunas personas tienen fácil acceso a estos espacios, mientras que otras no. No solo se necesitan nuevos desarrollos como parques, sino también más verde en las calles. Necesitamos excavar el asfalto y plantar más árboles, lo que reduciría los efectos de la isla de calor, contribuiría al secuestro de CO2 y a una mejor salud.

Seúl, Corea del Sur.

Desarrollos más recientes

Durante la pandemia, muchas personas han empezado a trabajar desde casa (es decir, el teletrabajo), lo que reduce la necesidad de desplazamientos y disminuye la contaminación del aire y las emisiones de CO2 de los trayectos, aunque puede provocar un aumento de las fuentes de contaminación residenciales.

La pregunta es si esta tendencia se manentendrá y en qué medida debemos fomentar e incentivar el teletrabajo, al menos unos días a la semana. Desafortunadamente, el comercio electrónico ha crecido dramáticamente, y esto puede llevar al cierre de tiendas locales y calles comerciales a largo plazo y un aumento del tráfico y la contaminación a corto plazo, debido a las entregas a domicilio. Por tanto, es importante hacer más atractivas las compras locales. La peatonalización de las calles o la reducción del tráfico motorizado son buenas formas de aumentar las ventas de pequeños comercios. Podría apoyar la economía local y desalentar el comercio electrónico.

Enfoques, políticas e inversiones sistémicas y holísticas

Las ciudades son sistemas complejos y para abordar sus desafíos necesitamos enfoques sistémicos y holísticos que tengan en cuenta muchos factores diferentes y circuitos de retroalimentación, y aborden la sostenibilidad (es decir, la crisis climática), la habitabilidad, la salud y la equidad simultáneamente. Con demasiada frecuencia encontramos silos por sector en las ciudades, lo que detiene la implementación de estos enfoques que abordan múltiples desafíos. Necesitamos enfoques con la participación de múltiples partes interesadas y disciplinas e inversiones suficientes.

Las ciudades son sistemas complejos y para abordar sus desafíos necesitamos enfoques sistémicos y holísticos que aborden la sostenibilidad (es decir, la crisis climática), la habitabilidad, la salud y la equidad simultáneamente

La COP26 en Glasgow y el lanzamiento de las nuevas guías de calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2021 ejercen nuevas presiones sobre las ciudades para que actúen y reduzcan sus impactos climáticos y niveles de contaminación del aire. Más que nunca, es hora de actuar y producir múltiples beneficios, incluyendo la salud. Pero las ciudades tienen grandes desafíos, como son las leyes obsoletas de zonificación que impiden el uso mixto del suelo, esencial para la movilidad activa.

Cualquier nueva política, acción o legislación, incluso para nuevos desarrollos urbanos, debería incluir indicadores de planificación que mejoren la salud, lo que a menudo no es el caso. Además, cualquier cambio debe evaluarse formalmente para determinar los efectos sobre la sostenibilidad y la habitabilidad: las evaluaciones del impacto en la salud se deben utilizar para evaluar cuáles son los escenarios de planificación más saludables.

La COP26 en Glasgow y la publicación de las nuevas guías de calidad del aire de la OMS en 2021 ejercen nuevas presiones sobre las ciudades para que actúen y reduzcan sus impactos climáticos y niveles de contaminación del aire

Pero hay grandes oportunidades, y la crisis de COVID-19 puede tener un lado positivo y podría acelerar los cambios que necesitan nuestras ciudades. Recientemente, la OMS publicó un manifiesto para una recuperación saludable de la COVID-19, incluida la construcción de ciudades saludables y habitables. Estas ideas necesitan apoyo e inversiones. Los paquetes de estímulo financiero en el marco de la COVID-19, como el Plan de Infraestructura de la administración Biden y el Pacto Verde de la UE y el Next Generation Funding, pueden contribuir en gran medida a mejorar las prácticas urbanas y de transporte y brindar una excelente oportunidad para mejorar la salud pública.

Los nuevos modelos urbanos son una gran oportunidad para acercar a diferentes sectores y actores y mejorar de nuevo el vínculo entre urbanismo y salud.

Más información

Este texto está basado en el estudio:

Mark J. Nieuwenhuijsen, New urban models for more sustainable, liveable and healthier cities post covid19; reducing air pollution, noise and heat island effects and increasing green space and physical activity, Environment International, 2021. doi.org/10.1016/j.envint.2021.106850.