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Análisis y Desarrollo Global

¿Es la salud mental la pandemia después de la COVID-19?

Serie | COVID-19 y estrategia de respuesta #32

26.03.2021

[Este documento forma parte de una serie de notas de debate que abordan preguntas fundamentales sobre la crisis de la COVID-19 y las estrategias de respuesta. Los trabajos han sido elaborados sobre la base de la mejor información científica disponible y pueden ser actualizados a medida que esta evolucione.]

 

La pandemia de COVID-19 ha afectado a la salud de las personas, pero también a sus objetivos, su dinámica familiar, su rol laboral y su estabilidad económica. En este sentido, constituye una crisis global sin precedentes que ha ejercido un impacto sobre la salud mental a través de múltiples mecanismos de forma simultánea, y que requiere una actuación urgente.

Escrito por Ximena Goldberg, Oriana Ramírez, Matilda van den Bosch, Liudmila Liutsko y Berta Briones (ISGlobal), el documento analiza los distintos mecanismos a través de los cuales la pandemia está repercutiendo en la salud mental, teniendo en cuenta determinantes sociales como el contexto económico.

Los cambios abruptos en los hábitos diarios, el miedo al contagio, la posible desconexión de la naturaleza y las modificaciones de los roles familiares (por el teletrabajo, la escolarización en casa o incluso el desempleo) se han traducido a veces en niveles altos de estrés a lo largo de semanas o incluso meses, y han podido provocar ansiedad, depresión y otros trastornos de salud mental. Cabe destacar, además, que durante el confinamiento domiciliario la violencia en el hogar aumentó significativamente.

El documento también aborda los aspectos neurobiológicos del estrecho vínculo entre la enfermedad de la COVID-19 y los trastornos de salud mental. Alrededor del 30-60% de los pacientes con COVID-19 sufren manifestaciones del sistema nervioso central y periférico. Y, por otro lado, padecer esquizofrenia constituye el segundo factor de riesgo de muerte por COVID-19, solo por detrás de la edad.

Estos problemas de salud mental relacionados directamente con la infección irán disminuyendo a medida que se vaya controlando la propagación del virus, pero los asociados al trauma y al impacto socioeconómico de la pandemia aumentarán incluso después de que se haya conseguido la inmunidad poblacional.

Las cinco autoras del documento proponen algunas medidas que podrían ser tomadas y promovidas de manera inmediata, y que ponen especial atención en los colectivos que presentan un mayor riesgo de sufrir trastornos de salud mental: niños y niñas, adolescentes y personas jóvenes, mujeres, personas mayores, personas con problemas de salud preexistentes, personas inmigrantes y refugiadas, y personas que trabajan en primera línea sanitaria y en trabajos esenciales.

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