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El agua: el eslabón invisible en la expansión de la resistencia a los antibióticos

03.11.2025
One Health Day agua resistencias
Foto: Canva

En la expansión global de la resistencia a los antibióticos, el agua actúa como un puente invisible entre humanos, animales y medio ambiente

Durante muchos años, el mal uso y el abuso de los antimicrobianos han impulsado la aparición y diseminación de microorganismos resistentes, hasta el punto de ser considerada una “pandemia silenciosa”.
Pero este problema no solo afecta a las personas: también impacta a los animales y al medio ambiente.

One Health.

El papel del agua en la resistencia a los antibióticos

Dentro del medio ambiente, el agua se considera uno de los vehículos más importante de bacterias y genes de resistencia a los antibióticos.

Las aguas residuales —provenientes de hogares, hospitales o granjas— se tratan en plantas depuradoras para eliminar materia orgánica, contaminantes y microorganismos. Parte de esta agua depurada vuelve a los ríos, y otra parte se reutiliza para regar cultivos, calles o parques. Con episodios de sequía cada vez más frecuentes, el uso de esta agua regenerada será cada vez mayor.

Aunque el tratamiento elimina la mayoría de bacterias fecales, en el agua regenerada persisten bacterias ambientales (consideradas “normales” en el ambiente) capaces de adquirir y transferir genes de resistencia.

¿Por qué es un riesgo?

Estas bacterias ambientales rara vez causan infecciones graves, salvo en personas inmunodeprimidas, por lo que se consideran patógenos oportunistas. Sin embargo, pueden actuar como “puentes” de resistencia: al entrar en contacto con bacterias patógenas, les pueden transmitir los genes de resistencia adquiridos, y hacerlas así más difíciles de tratar al causar una infección.

Del agua al plato: un riesgo alimentario

El riego con aguas contaminadas puede transmitir bacterias resistentes a los alimentos. Un ejemplo de contaminación de alimentos vegetales fue el brote atribuido a los “pepinos españoles” (finalmente causado por brotes de soja regados con aguas fecales en Alemania), que afectó a más de 2.000 personas y causó 22 muertes.

El agua nos conecta a humanos, animales y medio ambiente: es un vehículo clave en la diseminación de la resistencia a los antibióticos. Así que proteger los recursos hídricos y mejorar los tratamientos de depuración son pasos esenciales para frenar esta amenaza global

El papel de la ganadería y la contaminación química

El abuso histórico de antibióticos en animales de consumo —incluidos los peces— ha contribuido a esta crisis. Aunque hoy está regulado, estamos pagando las consecuencias de décadas anteriores. Las bacterias resistentes de origen animal pueden llegar al agua a través de las heces.
Además, los vertidos de sustancias químicas, antibióticos y otros residuos en ríos y mares pueden favorecer mutaciones bacterianas que aumenten su resistencia a los antibióticos, ya que las bacterias buscan protegerse de estas sustancias, a veces también expresando determinados genes que les confieren resistencia a los antibióticos..

Cuidar el agua, proteger la salud

El agua nos conecta a humanos, animales y medio ambiente: es un vehículo clave en la diseminación de la resistencia a los antibióticos. Así que proteger los recursos hídricos y mejorar los tratamientos de depuración son pasos esenciales para frenar esta amenaza global.