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Eliminar el impacto de la hepatitis viral empieza por reconocer la salud del hígado como una prioridad global

28.7.2025
World Hep Day 2025
Foto: Canva

Acabar con la hepatitis viral es posible, pero solo si dejamos de marginar la salud hepática de la agenda sanitaria mundial.

 

Cada año, el Día Mundial contra la Hepatitis (28 de julio) nos recuerda una cruda realidad: podemos acabar con una enfermedad prevenible, pero solo si dejamos de marginar la salud hepática de la agenda sanitaria mundial. A pesar de que se avanza para reducir las nuevas infecciones por hepatitis, cada día 6.000 personas se infectan con hepatitis viral y las muertes por esta enfermedad siguen en aumento. Es una paradoja que ya no podemos permitirnos ignorar.

A nivel global, tenemos lo necesario para eliminar la hepatitis viral. Existen nuevas herramientas de diagnóstico, tratamientos eficaces y vacunas que salvan vidas. Pero el acceso a ellos depende en gran medida del lugar donde se viva. En muchos países de ingresos bajos y medios, estas herramientas siguen sin estar disponibles, son inasequibles o simplemente están fuera del alcance de quienes más las necesitan. Esa brecha en el acceso, sumada a la escasa sensibilización de la población, el estigma, los sistemas de salud con fondos insuficientes, la atención fragmentada y la inercia política, sigue costando vidas. Incluso los profesionales sanitarios a menudo carecen de las herramientas o la formación necesarias para reconocer a tiempo los signos de una enfermedad hepática. El lema de este año, Vamos a desglosarlo”, es un llamamiento a derribar esos obstáculos, uno por uno.

La salud hepática: el panorama más amplio que estamos pasando por alto

El cáncer de hígado, a menudo resultado de una hepatitis viral no diagnosticada o de un daño hepático avanzado, como en los casos de esteatosis hepática metabólica/esteatohepatitis metabólica (antes conocidos como NAFLD/NASH en inglés), va en aumento. Conocer el estado de la salud hepática es el primer paso para prevenir el cáncer de hígado. Debemos identificar a los millones de personas que viven con enfermedades hepáticas no diagnosticadas, tanto virales como metabólicas, e integrar la salud hepática en las respuestas locales y globales, con un enfoque integrado, equitativo y preventivo. Las enfermedades hepáticas abarcan causas tanto infecciosas como no transmisibles, y nuestra respuesta debe reflejar esa complejidad.

Si seguimos abordando las enfermedades hepáticas por separado, perderemos la oportunidad de una respuesta más inteligente y sostenible.

Problemas compartidos, soluciones compartidas

La hepatitis viral y la esteatosis hepática metabólica/esteatohepatitis metabólica pueden tener orígenes diferentes, pero enfrentan los mismos desafíos sistémicos:

  • Diagnóstico tardío por falta de concienciación, escasa alfabetización sanitaria y programas de cribado deficientes.
  • El estigma, que está asociado a conductas o características consideradas inaceptables por otros.
  • Sistemas de salud fragmentados y complejos, que no logran conectar los síntomas, los riesgos y la atención.

¿La solución? Un enfoque integrado de salud hepática que sitúe a la persona en el centro. Necesitamos sistemas de salud que puedan detectar la hepatitis y la esteatosis hepática al mismo tiempo, que ofrezcan educación clara a los pacientes y proporcionen una atención que no se limite al diagnóstico.

Los servicios integrados implican menos diagnósticos perdidos, un uso más eficiente de los recursos y mejores resultados a largo plazo para los pacientes.

En este Día Mundial contra la Hepatitis, pedimos a los líderes que rompan el silencio sobre la enfermedad hepática

Desde la hepatitis viral hasta la esteatosis hepática, las enfermedades hepáticas crónicas son un reto creciente de salud pública, pero la salud del hígado sigue estando desatendida.

Nuestro llamamiento a la acción:

  • Cumplir los compromisos para eliminar la hepatitis viral de aquí a 2030, ampliando el acceso al diagnóstico, tratamiento y atención, especialmente en comunidades desatendidas.
  • Invertir en la salud hepática como parte de la atención primaria y de los sistemas de salud comunitarios.
  • Ampliar la vacunación contra el VHB, incluida la dosis al nacer, como estrategia de prevención del cáncer de hígado.
  • Reconocer que la salud hepática está en la intersección entre las enfermedades infecciosas y las no transmisibles (ENT), y que un enfoque integrado fortalece ambas respuestas.

Al priorizar la salud hepática, creamos las condiciones necesarias para alcanzar los objetivos de eliminación de la hepatitis viral establecidos por la OMS, protegiendo millones de vidas y construyendo sistemas de salud más sólidos y resilientes para todos.