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Al borde del colapso: lo que aprendimos en la 2ª Conferencia Global sobre Puntos de No Retorno

30.7.2025
Approaching the Edge What We Learned at the 2nd Global Tipping Points Conference
Foto: Canva

La 2ª Conferencia sobre Puntos de No Retorno advirtió que los principales sistemas climáticos están cerca del colapso —con graves riesgos para la salud—, pero aún hay margen para cambiar el rumbo.

 

Desde el deshielo de Groenlandia hasta la creciente fragilidad del Amazonas, la 2ª Conferencia Global sobre Puntos de No Retorno (Exeter, Reino Unido, julio de 2025) lanzó un mensaje contundente: la humanidad se acerca rápidamente a umbrales planetarios irreversibles. Organizada por el Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter, junto con el Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático y el Instituto Max Planck de Geoantropología, esta reunión internacional congregó a destacados científicos y expertos para evaluar cuán cerca estamos realmente de algunos de los puntos de no retorno más peligrosos de la Tierra, y qué se puede hacer todavía.

Los cuatro sistemas en mayor riesgo

Nuevas evidencias presentadas en la conferencia sugieren que la Antártida Occidental y la capa de hielo de Groenlandia, la selva amazónica y la Circulación Meridional de Retorno del Atlántico (AMOC, por sus siglas en inglés) están peligrosamente cerca de superar umbrales críticos de transición, más de lo que se pensaba. Los puntos de no retorno de estos sistemas podrían cruzarse antes de que termine este siglo si seguimos al ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero, lo que desencadenaría consecuencias ambientales, económicas y sanitarias a gran escala.

  • Un nuevo estudio con datos satelitales reportó un aumento sustancial de la salinidad superficial en el Océano Austral, lo que indica que aguas más cálidas están alcanzando la superficie y han contribuido al deshielo marino cerca de la Antártida desde 2015.
  • Además, el hielo marino en la región está en declive sistemático desde 2016, y se ha derretido una superficie equivalente al tamaño de Groenlandia durante ese periodo, el mayor cambio ambiental en la Tierra actualmente.
  • Por su parte, la AMOC, una de las principales corrientes oceánicas del planeta, se proyecta que entre en un estado extremadamente débil o colapse justo después del año 2100 bajo un escenario de altas emisiones, e incluso podría ocurrir bajo escenarios más moderados. Por tanto, ya no puede considerarse un escenario de baja probabilidad, y es aún más alarmante que haya indicios de un colapso aún más temprano, antes de 2100.
  • También la selva amazónica podría sufrir un colapso ecológico a gran escala tan pronto como con un calentamiento global de 1,9°C, muy por debajo del umbral anteriormente asumido de 2°-4°C, debido al impacto combinado del cambio climático, el uso del suelo y la deforestación.

El coste de la inacción: salud, gobernanza e inequidad global

Los puntos de no retorno no deben verse como fenómenos ambientales aislados: tienen implicaciones muy graves para la salud humana. El aumento del nivel del mar, la inseguridad alimentaria generalizada, los desplazamientos forzados y los nuevos riesgos de enfermedades infecciosas están entre las consecuencias en cascada que podrían desencadenar.

Parece haber fundamentos legales para exigir responsabilidades a los gobiernos y obligarlos a mitigar el cambio climático de forma que se proteja la salud pública

Un mensaje clave de la conferencia: parece haber fundamentos legales para exigir responsabilidades a los gobiernos y obligarlos a mitigar el cambio climático de forma que se proteja la salud pública. Un número cada vez mayor de estudios jurídicos respalda la idea de que los Estados tienen el deber de alinear sus políticas de emisiones con un presupuesto global de carbono compatible con el objetivo de 1,5°C y mantener el calentamiento global por debajo de los 2°C, debido al impacto dañino que ciertos puntos de no retorno climáticos pueden tener en la salud.

Aun así, como enfatizaron muchos ponentes, se nos está acabando el tiempo. Una declaración colectiva, respaldada por la mayoría de los participantes de la conferencia, pidió “una acción urgente y sin precedentes” por parte de los líderes políticos para prevenir puntos de no retorno climáticos y daños irreversibles para la humanidad.

Esperanza en acción: ciencia, sociedad y puntos de inflexión positivos

Hay señales alentadoras en la rápida adopción de energías renovables y vehículos eléctricos, lo que demuestra que están ocurriendo “puntos de inflexión positivos” que se retroalimentan. Pero el progreso actual no es suficientemente rápido y debe acelerarse en los próximos años para evitar umbrales catastróficos.

También avanza la colaboración científica. El lanzamiento de TIPMIP (Proyecto de Comparación de Modelos de Puntos de No Retorno) supone un paso adelante fundamental. Esta nueva iniciativa, alineada con el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), reúne a grupos de modelización climática para estudiar escenarios de superación y dinámicas de inflexión. Investigadores e investigadoras del Hub de Cambio Climático y Planetario de ISGlobal contribuyen a TIPMIP a través del proyecto financiado por la Unión Europea TipESM, analizando cómo la desestabilización de la Amazonía en ciertas regiones y bajo la influencia de El Niño puede aumentar los riesgos de propagación de patógenos, una preocupación que se encuentra en la intersección entre salud humana y la salud planetaria.

Un llamamiento a una comunicación más inteligente y una gobernanza más sólida

Los participantes también coincidieron en que la comunidad científica debe hacer más para comunicar los peligros y la urgencia de los puntos de no retorno al público, los responsables políticos y los medios de comunicación. Al mismo tiempo, los medios de comunicación también están equivocándose y deben dejar de dar el mismo espacio a personas que no son científicas para opinar sobre este tema. Además, deben enfocarse en educar a la población sobre lo que se sabe del cambio climático y destacar la conexión entre el clima y la salud. El concepto de incertidumbre debe explicarse con cuidado, y no seguir siendo una excusa para que los políticos “den largas al asunto”. También hay que abordar la desinformación y la subestimación del riesgo climático, especialmente por parte del sector financiero y los seguros.

Los medios están equivocándose y deben dejar de dar el mismo espacio a personas que no son científicas para opinar sobre este tema

Se debatió también el papel de la geoingeniería, que sigue siendo controvertido. Aunque algunos sostienen que opciones como la gestión de la radiación solar merecen ser exploradas, la comunidad dedicada a los puntos de no retorno climáticos hizo hincapié en que la reducción de las emisiones debe ser prioritaria, y que la geoingeniería está asociada a resultados inciertos y contradictorios, además de conllevar riesgos complejos en materia de ética, justicia y gobernanza. Solo las reducciones vinculantes (y no voluntarias) de las emisiones podrían lograr resultados significativos, y este debería ser un mensaje clave en la próxima COP30 en Brasil.

La ventana para actuar se está cerrando. Pero si adoptamos políticas basadas en la ciencia, rendición de cuentas legal y cooperación profunda, aún podemos cambiar el rumbo hacia un futuro más favorable y estable

Es importante destacar que la conferencia animó a replantearse no solo las tecnologías, sino los propios sistemas de gobernanza. Un ejemplo de ello es Malasia, donde el enfoque de salud planetaria se ha integrado en la planificación del desarrollo nacional y los planes de estudio universitarios. Es una demostración de lo que se puede conseguir con voluntad política y liderazgo local. Además, se presentó una iniciativa para elaborar una nueva Constitución Global que evite el colapso de la civilización. Cualquiera puede contribuir a ella aquí. Los participantes de la conferencia estuvieron de acuerdo en que se necesita la gobernanza global para aplicar políticas que frenen el cambio climático. No obstante, podría ser inteligente pensar primero en la gobernanza local y comunitaria, para evitar puntos de no retorno que luego generen un efecto de retroalimentación hacia la gobernanza internacional que se necesita.

¿La conclusión?

Los riesgos para los sistemas de la Tierra se encuentran ahora en niveles muy alarmantes. Como han subrayado Johan Rockström y otros, ya cumplen con los criterios de riesgos globales de alto impacto, que podrían “matar o dañar gravemente a más del 10 % de la población humana”. Con un calentamiento de 1,5°C hay cinco y hasta siete elementos de punto de no retorno en riesgo; nos estamos acercando peligrosamente a ellos. Por encima de los 2°C, entramos en una zona de riesgo muy alto para estos elementos. La ventana para actuar se está cerrando. Pero si adoptamos políticas basadas en la ciencia, la responsabilidad jurídica y una cooperación profunda, aún tenemos la oportunidad de dirigir el planeta hacia un futuro más favorable y estable.