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Recordemos a las mujeres científicas que cambiaron nuestras vidas

11.2.2019

Ilustración del libro "La ciencia que se esconde en los saberes de las mujeres"

[11 de febrero – Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia]

 

Te propongo que ahora hagas el mismo ejercicio que me sugirieron hacer a mí para escribir esta entrada del blog. Cierra los ojos, te doy diez segundos para pensar en cinco mujeres científicas. ¿Has conseguido nombrarlas? Tranquilo/a si no lo has conseguido. ¿Sabes que las científicas solo representan un 8% del total del personal de investigación estudiado en los libros de texto de secundaria? Y en el campo de la tecnología este porcentaje baja al 1%. Sin embargo, seguramente estás utilizando ahora el wifi, basado en la técnica de transmisión en el espectro ensanchado descubierta en los años 40 por la inventora Hedy Lamarr (aunque no se le reconoció el mérito hasta 1997).

Te propongo que ahora hagas el mismo ejercicio que me sugirieron hacer a mí para escribir esta entrada del blog. Cierra los ojos, te doy diez segundos para pensar en cinco mujeres científicas. ¿Has conseguido nombrarlas?

Seguro que, a muchas personas, la primera mujer que nos viene a la cabeza es Marie Curie, la primera mujer en obtener un premio Nobel. Como dato, ha sido la única en conseguirlo en más de una ocasión y su hija Irène Joliot-Curie también lo recibió. Solo dos mujeres han recibido el premio Nobel en Física, cuatro en Química y doce en Fisiología o Medicina. Una de las más recientes, Tu Youyou, por descubrir las artemisininas, principal fármaco para combatir la malaria a día de hoy.

¿Por qué nos cuesta tanto nombrar a mujeres científicas? A pesar del limitado acceso a los estudios y al menosprecio recibido por parte de sus compañeros en el ámbito científico, las mujeres sí han tenido un papel fundamental en ciencia. Unas fueron autodidactas, otras estudiaron bajo un pseudónimo masculino y muchas de las que sí accedieron a una buena educación superior fueron invisibilizadas por sus maridos, familiares varones o compañeros.

A pesar del limitado acceso a los estudios y al menosprecio recibido por parte de sus compañeros en el ámbito científico, las mujeres sí han tenido un papel fundamental en ciencia

Es el caso de la química Rosalind Franklin, responsable de descubrir la estructura de doble hélice que tiene el ADN, un hallazgo clave que ayudó a que James Watson y Francis Crick ganaran el Nobel en 1962 (sin otorgarle ningún reconocimiento). O de la física Lise Meitner, descubridora de la fisión nuclear por la que su compañero de laboratorio recibió el Nobel en 1944. O de la astrofísica Jocelyn Bell, primera en describir el púlsar (una estrella de neutrones que emite radiación periódica) por la que su director de tesis obtuvo el Nobel en 1974. Y así podríamos seguir…

Ilustración del libro "La ciencia que se esconde en los saberes de las mujeres"

 

La pregunta que me hicieron para reflexionar y escribir este artículo fue ¿Quién te inspiró para dedicarte a la ciencia? La primera mujer que se me ocurre es la única que no es científica, mi abuela. Siempre nos contaba la historia de su profesora cuando fue a visitar a su madre para insistir en que continuara estudiando, pero no pudo. Por ese sueño no cumplido, mi abuela nos repetía constantemente a las cinco nietas: “Tenéis que ser investigadoras”.

Por ese sueño no cumplido, mi abuela nos repetía constantemente a las cinco nietas: “Tenéis que ser investigadoras”

Las siguientes mujeres que me inspiraron fueron mis profesoras de Microbiología Clínica y Parasitología Sanitaria, Maribel Gegúndez Cámara y Consuelo Giménez Pardo. En clase de Parasitología, por primera vez, me di cuenta del impacto que podía tener la lucha contra las enfermedades que llevábamos años estudiando, sobre las comunidades más pobres y desatendidas.

En esas clases, recuerdo cómo nos hablaron de dos mujeres españolas investigadoras. Una era Pilar Mateo, que combate enfermedades tropicales transmitidas por vectores, como el Chagas, buscando soluciones cotidianas e innovadoras como una pintura insecticida para las paredes de casas en comunidades rurales.

La otra, Clara Menéndez, que ha dedicado toda su carrera a prevenir y tratar la malaria en poblaciones vulnerables como mujeres embarazadas y sus bebés mediante el uso de mosquiteras impregnadas en insecticidas y el tratamiento preventivo contra la malaria durante el embarazo, entre otros.

Tras realizar el Máster de Investigación Clínica de ISGlobal, donde conocí grandes investigadoras en salud global, me incorporé a la Iniciativa de Salud Materna, Infantil y Reproductiva de ISGlobal, donde la mayoría de investigadoras son mujeres y son también mi fuente de inspiración como Azucena Bardají y Raquel González.

Ilustración del libro "La ciencia que se esconde en los saberes de las mujeres"

 

Ahora tengo muchos más referentes, de mi edad o incluso más jóvenes, compañeras de la beca de doctorado, físicas, químicas, matemáticas etc. de distintos países. Cada una ha tenido que afrontar diversas barreras y retos personales para llegar a donde está ahora.

El pasado importa. Importa reconocerlo y hacerle justicia. Hace unas semanas, en un evento de Women’s March Barcelona, tuve la oportunidad de escuchar y conocer a la investigadora en Filología Carme Font, que recientemente ha recibido una beca del Consejo Europeo valorada en 1,5 millones de euros, para analizar el discurso de la escritura de autoras de los siglos XV y XVII. Leyó un par de textos de autoras no conocidas, y resaltó cómo es importante buscar en la historia y en la literatura las obras de estas mujeres para aprender del pasado, entenderlo, escuchar sus voces y volver a ellas en nuestras luchas contra el sistema patriarcal en el que vivimos.

Es importante buscar en la historia y en la literatura las obras de estas mujeres para aprender del pasado, entenderlo, escuchar sus voces y volver a ellas en nuestras luchas contra el sistema patriarcal en el que vivimos

Pero no quiero terminar con una conclusión negativa, sino con un mensaje de acción. En nuestras manos está actuar y cambiar la situación. Es importante reconocer a las mujeres investigadoras y visibilizar su papel en el avance de la humanidad, y en ciencia en particular, para generar referentes que fomenten el empoderamiento en las niñas de hoy que serán las químicas, físicas, astronautas, médicas etc. de mañana.

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