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Gripe aviar: ¿debemos preocuparnos?

25.10.2022
Scott Bauer, U.S. Department of Agriculture _Pixnio
Foto: Scott Bauer / Pixnio

El virus de la gripe aviar se está extendiendo geográficamente, e infectando nuevas especies de aves y algunos mamíferos. Por el momento, los casos en humanos siguen siendo raros y no se ha detectado transmisión entre personas.

 

[Este texto ha sido escrito por Yvette Moya-Angeler, técnica de comunicación en ISGlobal, y Adelaida Sarukhan, redactora científica en ISGlobal. Se ha actualizado el 27/02/2023.]

 

La gripe aviar es una enfermedad infecciosa que afecta a las aves. Está causada por los virus de la gripe de tipo A, que pertenecen a la familia Orthomyxoviridae.

Existen varias cepas del virus de la gripe aviar. Las de alta patogenicidad (IAAP), incluyendo algunas cepas H5 y H7, tienen una letalidad muy elevada, sobre todo en aves domésticas (los gansos y patos parecen ser más resistentes a enfermar).

La gripe aviar es muy contagiosa entre aves y se puede expandir de granja a granja mediante el traslado de animales o de material infectado (productos, vehículos, jaulas, pienso, ropa, etc.). La enfermedad también se puede transmitir por el contacto entre aves migratorias y aves domésticas.

¿Por qué han sonado las alarmas con la gripe aviar?

El pasado invierno Europa vivió una ola de gripe aviar sin precedentesEn su expansión afectó a 37 países, desde las islas Svalbard, en el océano Ártico, hasta el sur de Portugal y Ucrania. Se detectaron 2.467 focos en aves de corral (que llevaron a sacrificar 47,7 millones de aves) y 3.573 casos en aves silvestres.

La circulación del virus de la influenza aviar altamente patógena (IAAP) no es nueva pero, tras un periodo de estabilidad epidemiológica, desde el 2020 han aumentado los focos de contagio.

El European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) recoge en su última actualización que el número de instalaciones de aves de corral infectadas entre el 11 de junio y el 9 de septiembre de 2022 fue cinco veces superior al observado en el mismo periodo de 2021.

Durante los meses señalados se detectaron 788 casos de virus de la IAAP en 16 países europeos: 56 en aves de corral, 22 en aves cautivas y 710 en aves silvestres.

Según este centro de vigilancia, varias especies de aves marinas que se reproducen en colonias a lo largo de la costa noroeste de Europa mostraron una mortalidad generalizada y masiva por el subtipo H5N1 de gripe aviar, el que está afectando de forma predominante a Europa y el que más preocupa en los últimos años. Son niveles de detección nunca vistos y representan un riesgo continuo de infección para las aves domésticas. Más teniendo en cuenta que el otoño, época de aves migratorias, no ha hecho más que empezar.

La gripe aviar en España

En el otoño del 2022 se reportaron dos casos asintomáticos en trabajadores de una granja de Guadalajara (Castilla-La Mancha), los primeros detectados en España. Sin embargo, debido a la ausencia de anticuerpos frente al virus y a la baja carga viral que presentaban los trabajadores, el equipo investigador ha llegado a la conclusión que se trataba de falsos positivos.

 

Foto: Dattatreya Patra / Unsplash

¿Las personas pueden contraer gripe aviar?

Se trata de un virus altamente patogénico para las aves pero el riesgo para las personas es por ahora muy bajo. Pueden contagiarse solo en casos excepcionales y por un contacto directo con aves infectadas o sus excrementos, sin medidas higiénico-sanitarias. En todo el mundo, desde enero de 2003 y hasta el 25 de noviembre de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha registrado 868 infecciones humanas por virus de la gripe aviar A (subtipo H5N1) en 21 países, la mayoría en Asia y en personas que convivían estrechamente con aves infectadas. El 18 de enero de 2023 la OMS alertó del primer caso notificado de infección humana causada por el virus de la gripe aviar A(H5) en la región de América Latina y el Caribe: se trataba de una niña de nueve años con síntomas graves, en Ecuador. El caso supuso la séptima infección humana del actual clado H5 y la tercera notificada como grave.

En febrero de 2023, en Camboya (provincia de Prey Veng) se notificó la muerte de una niña de 11 años por gripe aviar. El padre de la niña también dio positivo, aunque no desarrolló síntomas. Los otros contactos testados resultaron negativos para el virus. El análisis genómico indicó que se trataba de un clado del virus H5N1 que circulaba en la región desde hacía varios años, y no del clado más reciente que estaba circulando a nivel global.

El riesgo para la población general a día de hoy es casi nulo. Como recuerda el Ministerio de Sanidad, “el número de casos humanos sigue siendo muy reducido en comparación con la cantidad total de aves afectadas”. Y en Europa, a pesar de la elevada densidad de las macrogranjas, que propician la rápida extensión de los virus, los animales viven separados de los núcleos habitados. Tan solo han de extremar las precauciones las personas que trabajan en granjas y en contacto con aves, como los servicios veterinarios o el personal encargado de la eliminación de las aves afectadas. Aun así, es mejor evitar el contacto con aves silvestres y, si se encuentra alguna enferma o muerta, hay que comunicarlo a las autoridades veterinarias de la Comunidad Autónoma para que la retiren y analicen.

 

¿Qué síntomas tiene la gripe aviar en humanos? ¿Es peligrosa?

Una persona infectada por el virus de la gripe aviar puede desarrollar una enfermedad que va desde una infección leve de las vías respiratorias superiores (fiebre y tos) hasta una neumonía grave, sepsis con shock, síndrome de dificultad respiratoria aguda e incluso la muerte.

Se considera muy peligrosa en humanos ya que resulta mucho más letal que la gripe o que la COVID-19, hasta el punto de que más de la mitad de las personas que se han infectado con el subtipo H5N1 han muerto (868 infecciones reportadas, 457 muertes).

¿Una persona infectada de gripe aviar puede transmitir el virus a otra persona?

De momento no constan casos de contagio entre personas. El virus que ahora circula entre aves no tiene la capacidad de transmitirse de forma “eficaz” entre humanos. Pero hay que mantener la vigilancia por si en algún momento adquiere esa habilidad mediante una mutación. La posibilidad aún parece remota pero está ahí.

Un brote preocupante en visones

Un hecho preocupante es la reciente publicación de un brote de gripe aviar en una granja de visones en Galicia, España, el pasado mes de octubre. Se trata del primer brote conocido en que se documenta transmisión de una cepa altamente patógena (H5N1) entre mamíferos. Los animales mostraron signos clínicos y la mortalidad subió hasta el 4.3%. Los animales se sacrificaron y ninguno de los trabajadores en la granja resultó positivo para el virus. Pero es una señal de alarma de que este tipo de eventos podría facilitar la transmisión a y entre humanos.

 

Foto: Dattatreya Patra / Unsplash

¿Debo tomar precauciones si consumo carne de aves o huevos?

No es necesario. Hasta el momento no hay evidencia científica de que la gripe aviar se transmita a través de la cadena alimentaria. Las personas pueden contraer el virus si inhalan las gotitas que estornudan las aves infectadas o el polvillo de sus lechos o sus excrementos.

¿Por qué el virus se expande tan rápidamente entre países?

Se cree que las rutas de las aves migratorias juegan un papel en la diseminación geográfica del virus. Algunas publicaciones apuntan a que las anátidas (los patos, gansos o cisnes), y sobre todo las que son migratorias, son huéspedes naturales del virus. Es posible que el cambio climático también juegue un papel: si cambian las rutas migratorias, las aves silvestres portadoras del virus llegan a nuevos territorios.

Además, la enfermedad puede diseminarse de un país a otro a través del tráfico internacional ilegal de aves vivas.

¿Qué podemos hacer ante la gripe aviar?

Hay que seguir trabajando con una perspectiva de One Health (Un Sola Salud), que tenga en cuenta que la salud humana, animal y planetaria van unidas. Tres cuartos de las enfermedades emergentes provienen hoy de animales: se trata de enfermedades zoonóticas en las que un patógeno salta de un animal al ser humano. Estos brotes de virus emergentes no se van a detener, porque la globalización, la agresión a los ecosistemas, la irrupción en los hábitats naturales y la cría masiva de animales favorecen su aparición.