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¿Están nuestras ciudades y comunidades preparadas para afrontar nuevas crisis? Lo que hemos aprendido de la respuesta a la pandemia

04.1.2022
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Foto: Mariona Gil / Ayuntamiento de Barcelona.

[Este texto ha sido escrito por Carlos Illán, experto en Desarrollo y Agenda 2030 y Leire Pajín, directora de Desarrollo Global de ISGlobal]

 

Las crisis originadas a partir de la pandemia de la COVID-19 han mostrado el vínculo intrínseco entre la provisión de servicios públicos a nivel local y los sistemas sanitarios, y la importancia que tales servicios revisten para la protección de las personas y del planeta, y para la promoción de la prosperidad y el cuidado para todos y todas. La pandemia ha resultado particularmente crítica al revelar profundas vulnerabilidades en los sistemas sanitarios, los servicios esenciales y la seguridad alimentaria, y la falta de preparación frente a las crisis de muchos gobiernos, a todos los niveles. También ha revelado el vínculo directo entre la provisión de servicios públicos a nivel local y los sistemas sanitarios, y ha puesto de relevancia su importancia en la protección de las personas y del planeta. La creación de políticas locales y regionales sostenibles ha resultado esencial para preservar la seguridad de nuestras comunidades, vinculando así los sistemas sanitarios, los servicios públicos y las agendas universales de desarrollo.

En ISGlobal somos conscientes del importante papel que las ciudades, y la planificación urbana en particular, desempeñan en la promoción de la buena salud y el bienestar, en especial en el contexto de los desafíos globales como la COVID-19. Por ejemplo, nuestra Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y Salud aborda los retos presentados por la urbanización, situando la salud y el bienestar en el centro del desarrollo urbano y afrontando problemas como los altos niveles de contaminación atmosférica y de ruido, los efectos de la “isla de calor”, la falta de espacios verdes y el estilo de vida sedentario.

En ISGlobal somos conscientes del importante papel que las ciudades, y la planificación urbana en particular, desempeñan en la promoción de la buena salud y el bienestar, en especial en el contexto de los desafíos globales como la COVID-19

Más recientemente, hemos analizado la forma en que gobiernos locales y regionales han respondido a la pandemia en ciudades y territorios de todo el mundo, prestando especial atención a la conexión entre tales respuestas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Nuestro trabajo ha sido incluido en el informe Towards the Localization of the SDGs (Hacia la localización de los ODS) presentado por el Global Taskforce of Local and Regional Governments (Grupo de Trabajo Local de Gobiernos Locales y Regionales) en el Foro Político de Alto Nivel de la ONU sobre Desarrollo Sostenible (FPAN, o HLPF según sus siglas en inglés), la plataforma base para el seguimiento y la revisión de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

 Edu Bayer / Ayuntamiento de Barcelona

 

El resultado de nuestro análisis se basa en más de 1.000 respuestas específicas a la COVID-19 implementadas por ciudades y territorios en todo el mundo, obtenidas de 55 fuentes de información. Demostramos que, aunque la salud y el bienestar se abordan explícitamente en el ODS 3, la salud también está presente, ya sea como una condición previa o como un resultado final colateral, en otros ODS. Comprender las interrelaciones entre ODS, por consiguiente, sigue siendo fundamental para el desarrollo sostenible si las sociedades deben abordar la pandemia actual y recuperarse de ella. Adaptamos el enfoque de “Salud en todas las políticas” (HiAP) de la OMS, un poderoso y operativo prisma mediante el que pueden llevarse a cabo políticas públicas a través de diferentes sectores, y hemos acuñado el término “ ODS 3+ ”, que promueve la permeabilidad de la salud y el bienestar como un medio y un fin a la vez en la Agenda 2030, mirando más allá del ODS 3. Considera la salud de forma holística y establece explícitamente conexiones con los otros ODS.

Hemos analizado la forma en que gobiernos locales y regionales han respondido a la pandemia en ciudades y territorios de todo el mundo, prestando especial atención a la conexión entre tales respuestas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)

¿Qué hemos aprendido de nuestro análisis?

En primer lugar, la crisis ha destacado la necesidad de desarrollar ciudades y territorios que cuiden de su ciudadanía y defiendan sus derechos fundamentales de acceso a la salud pública, a una vivienda adecuada, a los servicios básicos y al sustento. En este sentido, la crisis de la COVID-19 ha demostrado cómo las estrategias basadas en la participación, la solidaridad y el respeto por los derechos humanos pueden generar nuevas vías hacia un desarrollo inclusivo.

El resultado de nuestro análisis se basa en más de 1.000 respuestas específicas a la COVID-19 implementadas por ciudades y territorios en todo el mundo, obtenidas de 55 fuentes de información

En segundo lugar, la crisis también ha puesto de manifiesto la necesidad de revisar el diseño urbano y las políticas públicas, y de promover la solidaridad, en línea con el concepto de “ciudades que cuidan”. Cada vez más gobiernos locales están entendiendo la importancia de: abordar las desigualdades espaciales y sociales; proporcionar una distribución más equitativa de los servicios; salvaguardar los sustentos; y garantizar espacios públicos abiertos, actividades culturales y servicios para todos. Estos espacios deben ser inclusivos y contribuir a satisfacer las necesidades de los habitantes locales.

Martí Petit / Ayuntamiento de Barcelona

 

En tercer lugar, la necesidad de mejorar los edificios y la habitabilidad y de hacerlos más accesibles y eficientes en términos energéticos es algo que la crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto, así como la necesidad de espacio de calidad para vivir. Las soluciones de movilidad blanda proliferaron a lo largo del año pasado, pero la COVID-19 ha reducido la demanda de sistemas de transporte público a nivel mundial. Esto amenaza con incrementar el uso de vehículos privados motorizados, que contribuyen en gran medida a los impactos negativos en salud y medio ambiente. Invertir en la mejora de la habitabilidad y salvaguardar las opciones de movilidad pública sostenible, así como avanzar en la movilidad blanda y la proximidad y reverdecer las ciudades a través de la planificación, pueden proporcionar beneficios en múltiples sectores.

La crisis ha destacado la necesidad de desarrollar ciudades y territorios que cuiden de su ciudadanía y defiendan sus derechos fundamentales de acceso a la salud pública, a una vivienda adecuada, a los servicios básicos y al sustento

En cuarto lugar, las formas de alcanzar modelos más sostenibles de producción y consumo para las ciudades y territorios siguen aumentando. Aquí se incluyen modelos basados en la economía circular y modelos basados en la proximidad de la producción y el consumo. Sin embargo, el ritmo al que se expanden dichos modelos sigue siendo insuficiente. Su adopción también conlleva ciertos desafíos, y requiere un abordaje sistémico y holístico que va más allá de cualquier sector particular.

A medida que la conversación se dirige hacia la recuperación, debemos abordar los fracasos y las lagunas observados durante la pandemia, con el objetivo de preparar nuestras comunidades para que sean más resilientes y puedan enfrentarse mejor a posibles crisis recurrentes de una naturaleza similar.