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Investigación

Cristina Villanueva: “El agua del grifo debe cumplir una normativa mucho más estricta que la embotellada”

Entrevista en Facebook Live con la jefa del programa de Contaminación del Agua de ISGlobal

21.04.2017

¿Conocemos el agua que consumimos? Con esta pregunta como punto de partida y con motivo del Día Mundial del Agua, mantuvimos una entrevista en directo a través de Facebook Live con Cristina Villanueva, jefa del programa de Contaminación del Agua de ISGlobal, quien habló sobre los efectos en nuestra salud de los contaminantes que hay en el agua. La resumimos a continuación:

Hemos analizado especialmente la exposición durante el embarazo y también los efectos respiratorios en las piscinas

¿Cuáles son las líneas de trabajo del programa de Contaminación del Agua de ISGlobal?
Básicamente, investigamos la relación que hay entre los contaminantes del agua y nuestra salud. Nos hemos centrado en los contaminantes a los que estamos más expuestos y que, por tanto, nos podrían afectar más, como son los subproductos de la desinfección. Hemos querido estudiarlo, ya que es un grupo de contaminantes que se encuentra en todas las aguas tratadas de consumo y al que, por tanto, todos estamos expuestos. Por otro lado, otro contaminante prevalente en el agua de consumo al que también nos hemos dedicado es el nitrato. Hemos analizado especialmente la exposición durante el embarazo y también los efectos respiratorios en las piscinas.

Cuando se habla de agua y salud, hemos escuchado a hablar de “cáncer, trastornos reproductivos, problemas respiratorios…" ¿Nos tenemos que preocupar?
Justamente, estamos investigando para saber si tenemos que preocuparnos o no. Es un tema que inquieta, se está estudiando y de entrada no tiene por qué decir que haya que preocuparse.

¿Qué son los subproductos de la desinfección que encontramos en el agua?
Son compuestos químicos que se generan cuando el desinfectante, normalmente el cloro, reacciona con la materia orgánica. La cloración ha sido un avance para la salud pública que nadie cuestiona, el agua se tiene que desinfectar para evitar enfermedades de transmisión vírica. A pesar de esto, hay unos daños colaterales, se forman estos químicos indeseados y se están haciendo estudios para saber si pueden afectar a nuestra salud.

Una de las peculiaridades de los subproductos es que generan centenares de compuestos: unos contaminantes son volátiles y se pueden inhalar, otros no lo son, algunos son permeables a la piel… Hay una complejidad grande y, por tanto, puede haber diferentes efectos en la salud. Además, hay varias rutas de exposición implicadas: inhalación, exposición dérmica e ingestión.

Inicialmente, algunos estudios mostraron que sí podía haber un riesgo para la salud, pero las últimas investigaciones realizadas, también por ISGlobal, concluyen que no hay efectos negativos.

Unos de los efectos más consistentemente asociados con la exposición a los trihalometanos durante muchos años es el riesgo de cáncer de vejiga

¿Qué sabemos hasta ahora sobre los subproductos de la desinfección?
Los primeros que se identificaron en el agua de consumo fueron los trihalometanos, en el año 1974. Desde entonces, se han hecho diversos estudios y se empezó investigando la asociación con el cáncer. Unos de los efectos más consistentemente asociados es que la exposición durante muchos años aumenta el riesgo de cáncer de vejiga.

También se ha investigado otros tipos de cáncer, como el colorrectal o de mama, y aquí hay evidencias mucho menos claras. Se está estudiando, además, los efectos durante el embarazo. Aquí la evidencia es poco clara, aunque hay más consistencia en los efectos que tienen que ver con el desarrollo intrauterino: hay un pequeña asociación con tener menos peso al nacer.

En cuanto a los efectos respiratorios, se realizaron estudios observacionales en niños que habían ido a piscinas en edades muy tempranas, y se lanzó la alarma de que esto podía desencadenar en asma infantil. De nuevo, tenemos el caso que los primeros estudios mostraban una asociación, pero recientes investigaciones lo han desmentido. De hecho, desde ISGlobal hemos publicado más bien lo contrario, que podría ser beneficioso para la función pulmonar y respiratoria.

Entonces, ¿el mensaje que lanzáis es de prudencia y de tranquilidad…?
Sí, exacto. Son unos químicos que en principio sería mejor que no estuvieran pero es mejor desinfectar que no hacerlo. Sí que hay una asociación clara con el cáncer de vejiga. Sí que hay que tener prudencia para algunos efectos, pero para otros parece ser que no hay tanto motivo de preocupación.

El agua se impregna de todo lo que hay en el ambiente en el que circula. Por tanto, puede contener muchas sustancias

Tenemos entendido que el agua es H2O, pero ¿qué más hay en el agua que consumimos?
El agua en la naturaleza no existe como H2O pura. De hecho, el agua se impregna de todo lo que hay en el ambiente en el que circula. Por tanto, puede contener muchas sustancias. Algunas pueden ser positivas incluso para la salud, no todo es negativo. Hay contaminantes regulados y también los denominados emergentes que no se analizan. Por ejemplo, en el agua de los ríos, que después se utiliza para potabilizar, se ha encontrado residuos que vienen del consumo de las personas: medicamentos, productos de cosmética, filtros solares, etc.

Antes has comentado que otro de los compuestos que también estudiáis es el nitrato, ¿podrías hablarnos de esta línea de trabajo?
El nitrato llega principalmente al agua por el uso de los fertilizantes en la agricultura, el agua de las lluvia los arrastra y pueden llegar a los acuíferos y ríos. También se asocia a la ganadería intensiva porque están en los excrementos de los animales, y esto también contamina los aguas subterráneas. El uso doméstico también puede generar una cantidad pequeña de nitrato. Es un elemento que forma parte de la naturaleza, lo que pasa es que hemos alterado su ciclo natural.

¿Y qué sabemos de las posibles consecuencias del nitrato sobre la salud?
El nitrato en sí mismo no es problemático, pero se reduce a nitrito con las bacterias que tenemos en la boca. Uno de los problemas más descritos es lo que se denomina metahemoglobinemia o síndrome del bebé azul: el nitrito compite en la sangre con el transporte de oxígeno y provoca una especie de ahogo. Esto se ha visto sobre todo en niños alimentados con leches con fórmulas preparadas con agua con altos niveles de nitrato. También genera nitrosaminas, que se sabe que a nivel de laboratorio provoca cáncer. La ley regula que no se llegue a estos niveles altos, pero la preocupación está en si a exposiciones más bajas o a lo largo de toda la vida esto puede desencadenar en cáncer. Es una línea de trabajo abierta.

El agua del grifo debe cumplir una normativa estricta y podemos, por tanto, beberla con una cierta tranquilidad

¿Qué agua debemos beber, la mejor opción es el agua del grifo filtrada? (Yolanda Surriel)
Esta es una pregunta habitual, de entrada no puedo hacer recomendaciones porque no hay suficiente evidencia. El agua del grifo debe cumplir una normativa estricta y podemos, por tanto, beber agua del grifo con una cierta tranquilidad. Por otro lado, tenemos el agua embotellada que cumple una regulación mucho más laxa, no se analizan ni de lejos el número de compuestos químicos que sí se miran en el agua del grifo.

Sobre los filtros, en realidad, sabemos muy poco. Sí que conocemos que se reducen algunos contaminantes, pero también se puede disminuir la exposición a compuestos que pueden ser positivos. Por ejemplo, el agua dura se ha asociado a la protección de la enfermedad cardiovascular durante muchos años, por lo que no todo es malo. Beber un agua tan desmineralizada no sabemos si es bueno. También influye el gusto, es una decisión personal. El agua embotellada genera una cantidad de residuos plásticos muy grande, por lo que uno se tiene que preguntar si quiere contribuir a este grave impacto.

¿Beber agua embotellada no exime por tanto de la exposición a contaminantes?
Beber agua embotellada te eximiría de la fracción de agua que ingieres pero, en realidad, es una exposición menor, ya que la absorción a través de la piel y de la nariz puede  ser mucho más grave, porque va directamente a la sangre.

A nivel de la salud del planeta, el agua embotellada tiene un gran impacto: generación de residuos plásticos, CO2 en el transporte...

En diversos lugares de España hemos encontrado que el nivel de nitrato era más bajo en el agua del grifo que en la embotellada, aunque siempre hablamos de niveles bajos, no preocupantes.

Además, a nivel de la salud del planeta, el agua embotellada tiene un gran impacto: generación de residuos plásticos, CO2 en el transporte,… en la decisión de beber agua embotellada o del grifo debe pesar la sensibilidad ambiental.

Es complicado comprar agua embotellada que no sea en envases de plástico, ¿esto tiene consecuencias para la salud?
Los estudios nos dicen que en circunstancias extremas de calor, temperatura alta, exposición,… pueden producirse migraciones de los componentes del plástico al agua. A pesar de esto, a nivel de impacto en la salud de las personas, hay poca evidencia y no creo que sea motivo de preocupación.

La calidad del agua del grifo no es igual en todas las ciudades, ¿de qué depende? (Isa Otero)
El gran determinante de la calidad del agua depende de sus características antes de ser tratada. En el caso del Área Metropolitana de Barcelona, el agua viene principalmente de ríos y pantanos. Cada río tiene una calidad diferente, no es lo mismo el Llobregat o el Ter. Cuanto mejor esté el agua del medio ambiente, mejor será el agua que nos llegue a casa. Por otro lado, está el tratamiento que se le da, que también influye.

Hay mucha disparidad entre ciudades. Por ejemplo, en Madrid o en el norte de España tienen mucha más disponibilidad y calidad. En Cataluña, hay un clima seco, disponemos de poca agua y tenemos que reutilizarla mucho.

Desde el 2010, el agua de Barcelona ha mejorado mucho en relación a los trihalometanos y, en general, a los subproductos de la desinfección

¿El agua del grifo de Barcelona se puede consumir sin problema? (Isa Otero)
Desde el 2010, se ha mejorado mucho en relación a los trihalometanos y, en general, a los subproductos de la desinfección. Las plantas de tratamiento han tenido que hacer unos cambios para cumplir la ley. Generalizar siempre es un poco arriesgado, ya que hay edificios antiguos en Barcelona que tienen cañerías de plomo y esto también puede influir, pero podemos decir que, en principio, tenemos un agua segura. La Agencia de Salud Pública de Barcelona hace su seguimiento y la ciudadanía puede pedir que se analice el agua de su edificio si tienen tuberías de plomo, que se sabe que es neurotóxico. 

Hicisteis una investigación sobre el agua de las piscinas que tuvo repercusión mundial, ¿puedes explicarnos el estudio?
El trabajo de campo de este estudio lo hicimos en 2007. Escogimos las piscinas porque es un modelo de exposición elevada a trihalometanos y, en general, a productos de la desinfección con una aportación constante de materia orgánica por parte de los bañistas (orina, sudor, cabello, restos de cosméticos,…).

Las conclusiones fueron que después del baño se alteraban biomarcadores de daño genotóxico y respiratorio, aunque estos efectos son reversibles.

Más adelante, realizamos un segundo estudio más grande en el que no encontramos efectos negativos para la salud. Creemos que este cambio en los resultados responde a la mejora de calidad del agua en toda la red de Barcelona. Así que este segundo estudio supuso una lectura positiva para la salud pública.

Y una última pregunta personal… ¿Qué tipo de agua consumes?
En casa, yo bebo agua del grifo filtrada…

¡Gracias, Cristina! Volvemos el mes que viene con otra sesión de Facebook Live.