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Por qué una ley que obligue a usar mascarillas al aire libre puede ser contraproducente

13.7.2020
Foto: Thomas de Luze / Unsplash - Una ciclista hace una parada para observar el entorno.

Estamos viviendo una crisis de salud con enormes consecuencias. Reducir el riesgo de transmisión de la COVID-19 es extremadamente importante. Medidas de prevención tales como la higiene (por ejemplo, el lavado de manos) y el distanciamiento físico resultan esenciales y deben aplicarse a conciencia.

El uso de mascarillas es importante en espacios públicos interiores y en reuniones de grupos más grandes en lugares privados

El consenso general es que el riesgo de transmisión de COVID-19 es más elevado en interiores y que el riesgo de transmisión en exteriores es muy bajo o inexistente. Además, hay que tener en cuenta que, de forma general, las personas pasan solo una pequeña parte de su tiempo al aire libre cerca de otras personas, si es que lo hacen. De hecho, alrededor del 90% de nuestro tiempo lo invertimos en interiores. Por lo tanto, el uso de mascarillas es importante en espacios públicos interiores y en reuniones de grupos más grandes en lugares privados.

La reciente introducción de una ley que exige usar mascarilla al aire libre independientemente de la distancia no solo no se basa en ninguna evidencia científica sólida, sino que puede no ser necesaria y crear temor y una falsa sensación de seguridad. Incluso podría ser contraproducente, ya que puede alentar a las personas a reunirse en lugares cerrados donde el riesgo de transmisión es mayor.


Hay que tener en cuenta que las mascarillas no están hechas para usarse durante mucho tiempo. (Marco Testi / Unsplash)

Muchas personas consideran que las mascarillas son incómodas y su uso es molesto, especialmente en climas cálidos. Hay que tener en cuenta que no están hechas para usarse durante mucho tiempo. Además, esta ley puede conducir a la desobediencia civil, a la falta de confianza en los tomadores de decisiones (decisiones arbitrarias) y a multas innecesarias. ¿Realmente queremos invertir el valioso tiempo de la policía para multar a las personas por no usar una mascarilla, mientras muchos otros crímenes quedan por resolver?

Es importante centrar los esfuerzos en medidas más efectivas como crear más espacio público para que las personas puedan mantener la distancia física

Por otro lado, imponer una ley que sabemos que muchas personas quebrantarán al no usar la mascarilla, no usarla bien o solo a veces (mire a su alrededor, ¿cuántas personas no están usando la mascarilla en estos momentos?) supone una mala formulación de políticas. Además, la ley crea situaciones conflictivas: si paseas por una terraza sin mascarilla, podrías recibir una multa; pero si te sientas en la terraza sin ella, no, aunque el riesgo de transmisión pueda ser mayor puesto que podrías estar más cerca de otras personas.

Y, ¿por qué íbamos a necesitar la mascarilla al caminar en un parque o en las montañas disfrutando de la naturaleza sin nadie a nuestro alrededor? El aire libre está ahí para que lo disfrutemos. Los espacios públicos son muy importantes para las personas, por ejemplo, para realizar actividad física mientras caminan, relacionarse con otras personas, sentirse parte de una comunidad y disfrutar de los espacios verdes y azules, todas actividades importantes para la salud. Cualquier cosa que desaliente su uso debería estar acompañada de una buena justificación.

La contaminación del aire y del ruido, los efectos de las islas de calor y la falta de espacios verdes y de actividad física se cobran cerca de 3.000 muertes prematuras anuales

Es importante centrar los esfuerzos en medidas más efectivas como crear más espacio público para que las personas puedan mantener la distancia física, reducir los niveles de contaminación del aire para reducir la susceptibilidad al virus, reducir el riesgo de transmisión en interiores, por ejemplo, aumentando la ventilación, y fomentar el distanciamiento físico y las medidas de higiene mediante la educación y la promoción.

En concreto, las dos primeras medidas tienen beneficios adicionales para la salud, ya que la contaminación del aire y del ruido, los efectos de las islas de calor y la falta de espacios verdes y de actividad física se cobran cerca de 3.000 muertes prematuras anuales solo en Barcelona.


Los espacios públicos son muy importantes para las personas, por ejemplo, para realizar actividad física mientras caminan. (Kate Trifo / Unsplash)

La COVID-19 se quedará con nosotros durante los próximos años y es importante mantener el riesgo de transmisión a un nivel bajo con medidas efectivas y bien respaldadas. Las decisiones mal pensadas no ayudarán a nadie y podrían ser contraproducentes. El simple hecho de que poder adoptar una medida no significa que tengamos que hacerlo por obligación. Deberíamos centrarnos en aquellas medidas que realmente marcarán la diferencia.