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Olas de calor y mortalidad

17.4.2013

Se ha descrito la relación entre el calor extremo y aumentos en la mortalidad en muchas partes del mundo. Una forma simplificada de comprender esta relación es la siguiente: el cuerpo humano tiene diversos mecanismos para mantener una temperatura interna constante, pero cuando se expone a altas temperaturas, esta regulación se vuelve más difícil e implica un estrés adicional para el cuerpo. Esta tensión adicional puede desencadenar otras complicaciones en personas frágiles, como los ancianos o las personas con enfermedades crónicas. Como resultado, por ejemplo, se observa el aumento de infartos de miocardio durante o después de las olas de calor.

Algunos episodios de olas de calor importantes, como la de 2003 que afectó Europa Occidental, dio como resultado un número de muertes muy altas que plantea la atención pública y política a este problema. Como resultado, hoy en día, la mayoría de los países desarrollados tienen planes en marcha para prevenir los efectos de las olas de calor, con las primeras evaluaciones muestran que son eficaces para reducir - pero no eliminar - los efectos. De hecho, se espera que aumente el número de muertes relacionadas con el calor en el futuro en los países desarrollados, principalmente debido al calentamiento global, sino también debido a una mayor, y por tanto más vulnerable, población. Este es el caso incluso en las proyecciones que tratan de dar cuenta de un cierto grado de aclimatación, bien fisiológica o mediante cambios en el comportamiento.

Menos conocidos en los países en desarrollo.

Los estudios que relacionan la mortalidad y el calor en países en desarrollo todavía son muy limitados, pero los efectos tienden a ser más fuertes. Algunas de las razones son el peor estado de salud, peores condiciones de trabajo, la falta de agua y peores servicios de salud. Desafortunadamente, se espera que las diferencias en la capacidad de soportar el calor sean más amplias en el futuro, especialmente debido a la falta de recursos para la adaptación en los países en desarrollo. Las desigualdades también se producen en los países desarrollados, donde también se han encontrado los gradientes socioeconómicos de la vulnerabilidad de calor.

Las muertes relacionadas con el calor se empiezan a ver como un problema importante de salud pública en los países desarrollados. Por ejemplo, en Estados Unidos, las olas de calor representan más muertes que cualquier otro desastre natural. Las proyecciones de futuro, con todas sus incertidumbres, apuntan hacia importantes aumentos de muertes relacionadas con el calor, como consecuencia del cambio climático. Este impacto importante en la salud podría convertirse en una importante motivación para la mitigación del cambio climático.