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Hipercompetencia en el terreno de la salud global: gestionar o morir

26.1.2017

Enric Grau es asesor de organizaciones sin ánimo de lucro con amplia experiencia en el sector de la salud global y es el coordinador del próximo curso de ISGlobal-UB sobre Global Health Management (1-14 febrero)

Entre los años 2000 y 2010, la financiación de la salud global —a través de mecanismos de financiación de la ayuda al desarrollo— vivió su «época dorada» gracias al aumento de 11 mil millones USD a 34 mil millones USD (un aumento medio anual del 11,4%). En 2015, la financiación de la salud global alcanzó los 36,4 mil millones USD, mostrando un descenso de 1,4 mil millones USD desde el pico histórico en 2013 (38 mil millones USD).

Entre los años 2000 y 2010, la financiación de la salud global —a través de mecanismos de financiación de la ayuda al desarrollo— vivió su «época dorada»

A pesar de que siempre resulta difícil hacer predicciones, las prioridades actuales en la agenda de ayuda al desarrollo, al menos a nivel europeo, sugieren que es poco probable que vuelvan a darse aumentos constantes y significativos en la financiación de la salud global a medio plazo. De hecho, los aumentos de la ayuda al desarrollo bilateral desde muchos países europeos en los últimos años se han regido principalmente por la crisis de los refugiados y la guerra de Siria y, además, muchos gobiernos europeos están respondiendo a la crisis de los refugiados utilizando inversiones destinadas al extranjero para cubrir «costos internos» en sus países. Los costos internos destinados a los refugiados alcanzaron los 13,9 mil millones USD en 2015, casi el doble de la cantidad que los donantes invierten en salud en África.

Durante la década dorada, tanto ONG locales e internacionales como fundaciones, programas internacionales o iniciativas globales prosperaron en Europa, todos impulsados por fondos de los que se podía disponer fácilmente y con regularidad, procedentes del ámbito público y también de donantes privados. Las organizaciones estaban acostumbradas a recibir fondos estables y lograr la expansión de operaciones a nuevas regiones o abordar nuevos retos. Los fondos también ayudaron al desarrollo de muchas organizaciones y a la profesionalización de sus estructuras de gestión y gobernanza. Los grandes y prolongados aumentos de la financiación de la salud global también proporcionaron seguridad; de algún modo, resultaba fácil poner en práctica los modelos de financiación para los modelos de negocio organizativos debido a la gran variedad de recursos de financiación accesibles. En aquel momento, a pesar de que la competitividad por los fondos entre organizaciones siempre ha existido, la recaudación de fondos resultaba satisfactoria.

La situación actual ha cambiado significativamente: la crisis económica ha afectado gravemente los presupuestos

La situación actual ha cambiado significativamente: la crisis económica ha afectado gravemente los presupuestos, en muchos países europeos han disminuido las subvenciones y las donaciones privadas, los ciudadanos han dejado de apoyar las causas sociales en los países en vías de desarrollo, las prioridades políticas y sociales han cambiado y, como resultado, los fondos para la salud global se han estancado. Durante los últimos años, Europa ha estado lidiando con una crisis de refugiados y migrantes sin precedentes y la inestabilidad y malestar político en África del Norte y la región de Oriente Medio están entre los factores que claramente condicionan la cantidad y los objetivos de los fondos de ayuda al desarrollo.

Muchas organizaciones de salud global no estaban preparadas para enfrentarse a estos cambios tan repentinos y profundos. La dificultad actual para acceder a los fondos ha provocado que los equipos de gestión hayan tenido que ocuparse de los recortes de los costes estructurales —que en momentos de auge aumentan vertiginosamente con facilidad, pero en momentos de escasez son sumamente difíciles de reducir— y del alcance de los programas, o del reposicionamiento estratégico de la organización para mejorar la identificación de la misión, el valor añadido o el lugar donde se alojará el programa.

Es necesario que las organizaciones sean cada vez más legítimas, responsables, transparentes, sostenibles y capaces de mostrar el impacto perceptible de sus acciones

En muchos casos, las consecuencias han sido pérdidas de empleo en organizaciones sin ánimo de lucro, difíciles de comunicar públicamente, fusiones de organizaciones o replanteamiento de herramientas y procesos organizativos. Sobre todo, muchas organizaciones de salud global han estado (y todavía están) buscando una mejor eficacia y eficiencia para asegurar su supervivencia en un marco que ha pasado de una competencia justa a la hipercompetencia. En este contexto, es necesario que las organizaciones sean cada vez más legítimas, responsables (no solo en lo referente al dinero, sino también a los resultados), transparentes, sostenibles y capaces de mostrar el impacto perceptible de sus acciones. En resumen, el reto crucial para las organizaciones y los equipos de gestión hoy en día es proporcionar valor por dinero en el abarrotado terreno de la salud global.