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El enfoque de seguridad debilita los esfuerzos de gobernanza en salud global

27.2.2018

La salud global, ¿debe tratarse como una cuestión de seguridad?

Antes de abordar esta pregunta, debo comenzar por intentar definir brevemente tanto "enfoque de seguridad" como "gobernanza de la salud global (GSG)". El enfoque de seguridad implica declarar y aceptar un reto en salud concreto como una amenaza existencial para la seguridad y, de ese modo, redistribuir recursos para combatir dicha amenaza. Mientras tanto, la GSG conlleva, en líneas generales, la cooperación de Gobiernos internacionales y actores relacionados con la salud global para la promoción de objetivos relacionados con la salud comunes en un contexto global. Teniendo en cuenta este marco, la pregunta se transforma en si definir los temas de salud como amenazas para la seguridad contribuye o no a alinear a los actores internacionales y a lograr eficazmente los resultados en salud global deseados.

El enfoque de seguridad fomenta la conceptualización de las crisis sanitarias como amenazas externas, más que como problemas comunes

Mi planteamiento es que la estrategia de seguridad debilita dichos esfuerzos. En primer lugar, la teoría tradicional de seguridad crea un paradigma nosotros contra ellos, mientras que la GSG eficaz desde una perspectiva comunitaria global requiere simplemente un nosotros. El enfoque de seguridad únicamente promueve la cooperación en cuanto a mantener la seguridad y estabilidad de Estados poderosos sin tener en cuenta si dichas acciones promueven la salud y el bienestar de los individuos en Estados afectados. En otras palabras, a través del enfoque de seguridad se fomenta la conceptualización de las crisis sanitarias como amenazas externas que es necesario neutralizar, más que como problemas comunes que es necesario solucionar.

CDC Global (el Director de CDC sale de una unidad de tratamiento de ébola), vía Wikimedia Commons

No hay un consenso claro sobre la definición de una amenaza existente para salud

Este enfoque presenta un segundo obstáculo para una governanza eficaz, ya que no hay un consenso claro sobre la definición de una amenaza existente para salud o un mecanismo para hacer cumplir la seguridad de una amenaza a escala internacional. Los actores influyentes que establecen la agenda de seguridad naturalmente destacan las enfermedades infecciosas ­­—que es probable que traspasen las fronteras— sin tener en cuenta si esto refleja la carga global de enfermedad. Sin embargo, el enfoque de seguridad todavía depende del cumplimiento de los Estados afectados, que pueden mostrarse reacios a obedecer si eso afecta negativamente otros sectores como la autoridad del Gobierno o la economía. De modo que, de manera similar, permite que no se priorize la seguridad de problemas relacionados con la salud, que podría ser igualmente perjudicial.

Quizá lo más preocupante es que a través del enfoque de seguridad, por definición, implica reaccionar a las crisis más que crear un estado de preparación. En el caso de muchos retos relacionados con la salud global, la prevención mediante la creación de capacidades y el fortalecimiento de los sistemas es esencial para encontrar soluciones sostenibles y expansibles con el fin de proteger a las poblaciones vulnerables del mundo. Por lo tanto, adoptar una estrategia de reacción limita la capacidad de la GSG para promover y proteger la salud de manera eficaz a nivel global.

Campaña de vacunación de la OMS de fiebre amarilla en Kinshasa, República Democrática de Congo (DRC)

No obstante, el enfoque de seguridad representa una estrategia convincente para captar la atención

No obstante, esta representa una estrategia convincente para captar la atención y, de este modo, los fondos de los Estados más ricos para desviar más recursos hacia el abordaje de problemas de salud global urgentes. Como tal, los partidarios de esta estrategia podrían afirmar que este punto pesa más que cualquier inconveniente si no existe una alternativa para movilizar esa voluntad política y recursos necesarios. Pero ¿este argumento está realmente justificado si esos recursos se dedican a mantener la seguridad de la riqueza a costa de la ignorancia y, a veces, agravamiento de los factores determinantes subyacentes que conducen a enfermedades entre los pobres? No lo creo. En su lugar, yo sostengo que una Financiación Internacional de los Sistemas de Salud ofrece una posible alternativa con la que se podría alcanzar mejor un progreso común en salud mediante la creación de una infraestructura que cubra las necesidades duraderas de las poblaciones vulnerables y atienda las exigencias de la comunidad global durante las crisis de salud.


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