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Espacios verdes y envejecimiento saludable

11.3.2019

[Este artículo se ha publicado en catalán en el boletín "Espacio Salud" de la Diputación de Barcelona]

 

Cada vez hay más gente mayor en el planeta. Se calcula que el año 2017 había 962 millones de adultos de 60 años o más y se espera que esta cifra supere los 2.100 millones en 2050. Este envejecimiento progresivo de la población llama a tomar medidas para ayudar a prevenir ya reducir la enfermedad y la discapacidad entre las personas mayores y mantener el sector de población de edad más avanzada en un estado saludable durante más tiempo. El concepto que se utiliza para describir esto es 'envejecimiento saludable', que la OMS define como "el proceso de desarrollar y mantener la habilidad funcional que posibilita el bienestar de las personas mayores".

El envejecimiento progresivo de la población llama a tomar medidas para ayudar a prevenir ya reducir la enfermedad y la discapacidad entre las personas mayores y mantener el sector de población de edad más avanzada en un estado saludable durante más tiempo

El bienestar de las personas adultas de más edad se encuentra fuertemente ligado al entorno residencial, donde la población mayor generalmente pasa más tiempo que la población joven, debido a circunstancias como la jubilación o una movilidad cada vez más limitada. Un factor importante en la asociación entre el lugar de residencia y la salud es el entorno construido alrededor del domicilio, que puede facilitar o dificultar la participación en actividades y un comportamiento saludable. Por ejemplo, se ha encontrado que si hay más infraestructuras que facilitan el desplazamiento a pie y el acceso a destinos y servicios, las personas mayores realizan una mayor actividad física y, en concreto, caminan más.

Evidencia científica disponible

El espacio verde en los entornos urbanizados es un factor que ha recibido una atención creciente en los últimos años. Entendemos por espacios verdes las zonas parcial o totalmente cubiertas por vegetación (por ejemplo, árboles, hierba y arbustos), que pueden encontrarse en muchas formas, que van desde grandes bosques en parques pequeños o incluso a árboles de la calle. Estudios recientes han descubierto que vivir en barrios con más espacio verde se asocia con una mejora de la salud mental y de la salud física autopercibida, así como con niveles reducidos de obesidad y menor riesgo de enfermedad. Como los adultos mayores están en general más ligados al entorno más cercano a su domicilio, se trata de un segmento de la población que se puede beneficiar especialmente de los espacios verdes del barrio.

El bienestar de las personas adultas de más edad se encuentra fuertemente ligado al entorno residencial, donde la población mayor generalmente pasa más tiempo que la población joven, debido a circunstancias como la jubilación o una movilidad cada vez más limitada

En cuanto a los beneficios de los espacios verdes en la salud de las personas mayores, los estudios específicos son menos abundantes, pero también existen evidencias. Se ha encontrado, por ejemplo, que las personas mayores que viven en barrios con más espacio verde reportan una mejor salud general, más satisfacción vital, y menos estrés. Además, una mayor exposición al espacio verde se ha asociado con un menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares como la diabetes. Asimismo, más espacio verde en el barrio y más visitas a los espacios verdes se han asociado con una menor mortalidad en la población mayor.

Más allá de ejemplos como los anteriores, la investigación sobre determinantes del envejecimiento saludable es muy escasa. Uno de los factores que determina de manera más importante el envejecimiento saludable es la función cognitiva, que incluye habilidades como el razonamiento, la memoria a corto plazo y la fluidez verbal. La función cognitiva generalmente disminuye a medida que se envejece. En un estudio reciente realizado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) con datos de más de 5.600 funcionarios británicos encontramos que quienes vivían en barrios con más espacio verde tenían un declive cognitivo más lento.

 

 

Otro factor determinante del envejecimiento saludable es la función física. La función física o capacidad física se refiere a las capacidades corporales que se necesitan para hacer actividades básicas en la vida cotidiana, como caminar, el equilibrio o la fuerza. En otro estudio realizado también con funcionarios británicos encontramos que quienes vivían en barrios más verdes y el que vivían más cerca de un espacio verde tenían un descenso más lento en la velocidad a la hora de caminar.

¿De qué manera beneficia el espacio verde a la salud?

Se han propuesto varias vías a través de los cuales el espacio verde puede beneficiar la salud. Algunas de estas vías pueden ser especialmente relevantes para la población mayor. Los barrios con niveles más altos de espacio verde fomentan la cohesión social y reducen los sentimientos de soledad, que son predictores de salud muy relevantes en la población mayor. Además, el acceso a espacio verde en el barrio puede proporcionar incentivos para hacer más actividad física. Mantenerse físicamente activo es importante para la salud en edad avanzada. Además, los espacios verdes pueden reducir la exposición a factores nocivos como el ruido, la contaminación atmosférica y el calor, a la que la población mayor puede ser especialmente vulnerable.

Los espacios verdes pueden reducir la exposición a factores nocivos como el ruido, la contaminación atmosférica y el calor, a la que la población mayor puede ser especialmente vulnerable

La capacidad de un espacio verde para contribuir a generar beneficios en la salud depende en gran medida de su calidad y de su diseño, que debería adaptarse a la demografía del barrio. En el caso de las personas mayores, la existencia de bancos y de sendas para caminar pueden ser especialmente importantes. Además, habría que prestar especial atención a la accesibilidad para garantizar que todos los grupos de población puedan disfrutar de los espacios verdes. Para que los adultos mayores se desplacen, hay que considerar la viabilidad y la seguridad de las calles alrededor del espacio verde y el acceso al transporte público. Por lo tanto, para disponer de espacios verdes de buena calidad que beneficien la salud, debemos contemplar también a su integración en la ciudad.

A pesar de los beneficios para la salud de los espacios verdes, no son los únicos factores de la vida urbana que determinan el grado de adaptación de las ciudades a la población mayor. En concreto, la OMS ha identificado ocho: espacios y edificios al aire libre; transporte; vivienda; participación social; respeto e inclusión social; participación ciudadana y empleo; comunicación e información; y apoyo comunitario y servicios de salud.

En conclusión, la integración de espacios verdes bien diseñados y mantenidos puede ayudar a crear ciudades amigables con las personas mayores y es una intervención en salud pública prometedora y necesaria.