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El fin de la malaria está a nuestro alcance

28.4.2015

[Esta entrada es parte de la serie de blogs Día Mundial de la Malaria 2015 que coordina Roll Back Malaria y que se publican entre el 8 de abril y el 1 de mayo de 2015]

Durante miles de años, personas de todo el mundo han sufrido malaria. Aunque la enfermedad ha sido prácticamente eliminada en América del Norte y en Europa, aún sigue presente en casi 100 países. Cada año la malaria afecta a más de 200 millones de personas y mata alrededor de 600.000. La mayoría de muertes se dan en niños menores de cinco años, y los niños que sobrevivan pueden sufrir discapacidades psíquicas de por vida.

La malaria también conlleva privaciones -a nivel económico y de salud- para las familias, las comunidades y los países. Implica la pérdida de tiempo de trabajo y de estudio, y obliga a muchas familias a utilizar el poco dinero de que disponen para sufragar los gastos del tratamiento, en detrimento de la compra de comida o del pago de las cuotas escolares.

El impacto sociológico de la malaria -así como su impacto exclusivamente en el ámbito de la salud- se considera hoy en día evitable en gran medida, y los avances en ciencia, tecnología y salud pública han posibilitado que el fin de la malaria sea un objetivo alcanzable. No obstante, se tratará de un gran reto global que requerirá aumentos considerables en la financiación global, además de un despliegue continuo de nuevas -y más eficaces- herramientas de control.

Amenazas para el progreso

Desde el año 2000, el número de nuevos casos de malaria a nivel global se ha reducido en un 25%, y el número de muertos es un 47% más bajo, con lo que se calcula que se han salvado unos 4,3 millones de vidas en 15 años. En el siglo pasado, tales cifras representaron un mínimo histórico en el número de personas que sufrieron malaria o murieron a causa de dicha enfermedad.


Un grupo de trabajadores de salud interaccionan con miembros de la comunidad en la aldea de Sinafala, Zambia. Los esfuerzos para llegar a las comunidades son uno de los muchos métodos que utilizamos para luchar contra la malaria a nivel global. Foto: PATH/Gabe Bienczycki.

No obstante, el progreso contra la malaria es frágil. Los intentos por mantener la transmisión de la malaria a niveles bajos aunque detectables -lo que se conoce como control de la malaria- han resultado insostenibles, y el resurgimiento de la transmisión de la malaria y su impacto en la salud es una amenaza constante.

El parásito causante de la malaria y los mosquitos que lo transmiten han empezado a desarrollar resistencias a los fármacos y a los insecticidas disponibles actualmente, y estas cepas resistentes se propagarán. Además, el coste de mantenimiento de las intervenciones para controlar la malaria alcanza los varios miles de millones de dólares anuales, una cantidad que para los donantes y países resulta difícil de cubrir indefinidamente. A pesar del remarcable éxito de los esfuerzos previos enfocados al control de la malaria, el impulso para lograr su eliminación total es el único objetivo sostenible, la única línea de meta aceptable en el ámbito de la malaria.

Acelerar el progreso y promover la excelencia

Con el objetivo de desarrollar la siguiente generación de herramientas y de enfoques destinados a eliminar la malaria, PATH ha puesto en marcha el Malaria Center of Excellence (MCOE) para enfrentarse a las necesidades críticas en la eliminación de la malaria, incentivar la innovación continua para mejorar nuestra capacidad de diagnóstico y tratamiento de la enfermedad y fortalecer las características del entorno que favorezcan la programación en el ámbito de la malaria, de tal modo que se aumente el progreso y se magnifique el impacto.


El Malaria Center of Excellence de PATH aspira a combinar las herramientas y aproximaciones más eficaces para erradicar la malaria. Gráfico: PATH.

Nuestra aproximación incluye varios frentes. En primer lugar, apoyamos a los países en la optimización de técnicas contrastadas de prevención de la malaria, tales como la distribución de mosquiteras para la cama tratadas con insecticidas y el rociado con insecticidas. También trabajamos en la localización de “puntos conflictivos” en el ámbito de la malaria, lugares donde la enfermedad está aumentando con fuerza y que requieren una planificación y formación intensivas, así como el desarrollo de sistemas que permitan transmitir información relacionada con la salud -para la que el factor tiempo sea fundamental- a través de ríos desbordados y de kilómetros de caminos embarrados.

En paralelo, también debemos desarrollar estrategias nuevas y transformadoras para acelerar aún más el objetivo de la erradicación. En Zambia estamos ensayando una nueva técnica para el tratamiento de poblaciones enteras contra la malaria, independientemente de si muestran o no síntomas de la enfermedad. El objetivo de dicha técnica consiste en detectar y tratar todas las infecciones antes de que se propaguen. La vigilancia continua y minuciosa garantizará que los nuevos brotes potenciales puedan detenerse a tiempo, y permitirán a PATH y a nuestros socios determinar qué funciona y qué no. Aplicaremos las estrategias cuya eficacia haya sido comprobada en estos entornos de “prueba de concepto” en otros países, continentes y finalmente en el mundo entero.

Un mundo libre de malaria está a nuestro alcance

La reducción de la carga de malaria es fundamental para mejorar la salud y el desarrollo económico en muchos países; también se trata de una de las mejores inversiones disponibles hoy en día en el ámbito de la salud. A nivel mundial, se calcula que podrían ahorrarse 208.000 millones de dólares estadounidenses mediante los nuevos avances en la reducción y la eliminación de la enfermedad: sin duda, se trata de un cuantioso retorno de la inversión. Por cada dólar invertido en la prevención y el tratamiento de la malaria se obtienen, según los cálculos, 20 dólares de retorno en forma de beneficios económicos. A nivel global, la erradicación de la malaria contribuiría a la generación de un crecimiento económico global proyectado en más de 2 billones de dólares en el año 2040.

Si contamos con elevados niveles de colaboración y apoyo por parte de grupos y personas de todo el mundo -y especialmente de los gobiernos nacionales que estén luchando para construir sistemas de salud sostenibles y de alta calidad, así como prosperidad económica para sus países- podemos derrotar a la malaria en esta generación. Lograr dicho objetivo requerirá grandes inversiones adicionales en investigación y desarrollo, así como en el uso de nuevas herramientas y estrategias transformadoras.

En cooperación con los gobiernos nacionales, PATH está mobilizando a socios de todo el mundo y escalando la innovación para proporcionar resultados medibles que interrumpan el ciclo donde se relacionan la mala salud y la pobreza.