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El contacto con los espacios naturales produce una mejora de la salud de la población

19.7.2016

La aprobación en 2014 del Plan del Verde y de la Biodiversidad 2020 de Barcelona sorprendió positivamente a la comunidad internacional de profesionales que trabajamos promoviendo los espacios naturales, también llamados infraestructura verde o servicios ecosistémicos, entre otros.

Sabemos que los espacios naturales están relacionados con una mejora de la salud en países de Europa, Norteamérica y Oceanía

Este plan pretende conservar y mejorar la infraestructura ecológica de la ciudad de Barcelona, promoviendo la renaturalización de la ciudad y la conexión de los diferentes espacios naturales de la ciudad. Es decir, se sustituye el concepto de la naturaleza como un elemento ornamental por la idea de un modelo alternativo de ciudad en el que exista una red natural y no un mapa de espacios naturales aislados. Para conseguirlo, el plan potencia dos instrumentos: los corredores verdes urbanos y los espacios de oportunidad (solares desocupados, tejados, balcones, etc.) que son susceptibles de ser renaturalizados.

A principios de abril de 2016, se celebró en Barcelona la reunión temática de Habitat III sobre espacios públicos. Ésta era una de las once reuniones temáticas y regionales previas a la realización de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Habitabilidad y Desarrollo Urbano Sostenible (Habitat III), que tendrá lugar a mediados de octubre en Quito (Ecuador). En la reunión temática, algunos profesionales abogaban por la inclusión de los grandes espacios naturales. Mientras tanto, la importancia de los pequeños espacios verdes o la promoción de corredores verdes quedaron fuera de las discusiones sobre qué debía incluirse en el documento resultante de la reunión en Quito.

Diversos estudios asocian el contacto con espacios naturales a vivir más años, mejor estado de salud general y mental y mayor habilidad para afrontar problemas del día a día

Es cierto que aún se desconoce qué características de los espacios naturales son más beneficiosas para la salud de las personas, cuál es el mecanismo que explica esta relación y qué espacios naturales mejoran de manera más notable la salud de las personas. Por ejemplo, prácticamente toda la evidencia científica existente se centra en los espacios verdes y existe menos de una decena de estudios que evalúe los beneficios de los espacios azules, es decir, de los ríos, los lagos, los embalses o el mar, entre otros.

Es cierto que los espacios naturales pueden suponer un riesgo para la salud humana, por asociarse a un incremento de la exposición a la radiación ultravioleta, a alérgenos o a ciertos animales, entre otros. Pero, igualmente, sabemos que los espacios naturales están relacionados con una mejora de la salud en países de Europa, Norteamérica y Oceanía, tanto al considerar los grandes espacios naturales como al evaluar el verdor cercano a las viviendas, medida que se ve influenciada por los árboles de la calle, los pequeños parterres o los jardines privados, por ejemplo.

En niños, los estudios muestran mayor concentración, desarrollo emocional, coordinación, balance, (...) e incluso un mejor desarrollo cognitivo

Diversos estudios han asociado el contacto de las personas adultas con los espacios naturales al hecho de vivir más años, a un mejor estado de salud general y mental y a una mayor habilidad para afrontar problemas del día a día. En niños, otros estudios han mostrado asociaciones con una mayor concentración, desarrollo emocional, coordinación, balance, agilidad, autoconfianza, autodisciplina, habilidades sociales e incluso un mejor desarrollo cognitivo.

Por último, un número menor de estudios ha investigado los efectos del contacto con los espacios naturales en prisiones u hospitales y han reportado un menor número de quejas de salud, menor necesidad de atención médica, menor necesidad de calmantes y menor tiempo de recuperación. Algún estudio también se ha centrado en los entornos laborales, detectando menores niveles de nerviosismo y ansiedad en aquellas oficinas en las que, por ejemplo, se tenían vistas a espacios naturales o a plantas de interior.

Con BlueHealth, evaluaremos los potenciales beneficios y riesgos para la salud y el bienestar de los espacios azules

Esperamos que en el documento final de Habitat III que se aprobará en Quito se contemplen los beneficios de los espacios naturales para la salud desde una perspectiva general, sin limitarlo a un tipo concreto de espacios. Y, paralelamente, deberíamos estar atentos a los resultados de proyectos como el recién empezado BlueHealth (2016-2020), liderado por la University of Exeter en Reino Unido y en el que participa ISGlobal, que tiene como objetivo evaluar los potenciales beneficios y riesgos para la salud y el bienestar de los espacios azules.