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Investigación, Eliminación de la malaria

Un nuevo estudio identifica posibles biomarcadores de malaria grave en la población infantil africana

El análisis identificó una serie de pequeñas moléculas llamadas microARN que se liberan como resultado del daño orgánico y que están asociadas a la gravedad de la enfermedad

13.01.2021
Sala de malaria grave en el Hospital Distrital de Manhiça, en Mozambique. Copyright_ Andalu Vila San Juan_
Foto: Sala de malaria grave del Hospital Distrital de Manhiça, en Mozambique / Andalu Vila San Juan (ISGlobal)

Los niveles de pequeñas moléculas conocidas como microARN (miARN) que circulan por la sangre podrían ayudar a identificar de forma temprana a los niños y niñas que padecen formas de malaria capaces de acabar con su vida, según un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, y llevado a cabo en colaboración con el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) en Mozambique. Los resultados, publicados en la revista Emerging Infectious Diseases, también podrían ayudar a comprender mejor los mecanismos subyacentes en la malaria grave.

La mortalidad por malaria entre la población infantil africana de edades tempranas sigue siendo inaceptable. Para mejorar esta cifra, es importante identificar y tratar rápidamente a las niñas y los niños que padecen formas graves de la enfermedad. Sin embargo, al principio de la infección no siempre resulta fácil distinguir entre los síntomas de la enfermedad que no va a traer complicaciones y los de aquella otra que amenaza su vida. Una característica de la malaria grave es el secuestro de glóbulos rojos infectados con el parásito de la malaria (P. falciparum) en órganos vitales como los pulmones, los riñones o el cerebro. Esto conduce a daños en los órganos, lo que a su vez resulta en la liberación de pequeñas moléculas llamadas microARN (miARN) a los fluidos corporales, incluida la sangre.

“Nos preguntamos si los niveles de miARN en plasma se expresarían de manera diferente en niños y niñas con malaria grave y en niños y niñas con malaria no complicada, debido al secuestro de los parásitos en los órganos vitales”, explica el investigador de ISGlobal Alfredo Mayor, quien ha coordinado el estudio. Para probar esta hipótesis, él y su equipo usaron primero una técnica de secuenciación avanzada para identificar los miARN liberados por las células endoteliales de cerebro humano al ser expuestas a glóbulos rojos infectados por P. falciparum en el laboratorio. Luego midieron la expresión de estos miARN en muestras de sangre de niñas y niños mozambiqueños con malaria grave o no complicada. Encontraron que seis de los miARN identificados eran más altos en las niñas y niños que padecían malaria grave. Uno de estos miARN, que se expresa en una variedad de tejidos, también se relacionó con la cantidad de una proteína derivada del parásito llamada HRP2. “Esto sugiere que cantidades cada vez mayores de parásitos asociados con el secuestro de parásitos pueden conducir a niveles más altos de secreción de este miARN por los tejidos dañados”, explica Himanshu Gupta, primer autor del estudio.

“Nuestros resultados indican que los diferentes eventos patológicos en la malaria grave y en la no complicada llevan a una expresión diferente de miARN en plasma”, dice Mayor. Estos miARN podrían usarse como biomarcadores de pronóstico de la enfermedad, pero necesitamos estudios más amplios para validarlo”, agrega. Los hallazgos también proporcionan una base para comprender mejor los mecanismos que subyacen en la malaria grave.

Referencia

Gupta H, Rubio M, Sitoe A et al. Plasma MicroRNA Profiling of Plasmodium falciparum Biomass and Association with Severity of Malaria Disease. Emerging Infectious Diseases. 2021. https://doi.org/10.3201/eid2702.191795