Publicador de contenidos

Investigación

Las infecciones por parásitos intestinales podrían facilitar las infecciones por malaria, y viceversa

Un estudio realizado en Mozambique, donde ambas enfermedades son endémicas, analizó la respuesta inmune en individuos que han estado expuestos a ambos tipos de parásitos

09.12.2021
Mozambique colegio malaria parásitos intestinales
Foto: Berta Grau

Las infecciones por diferentes gusanos intestinales (o helmintiasis) podrían favorecer las infecciones por P. falciparum, uno de los parásitos causantes de la malaria, según sugiere un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, en colaboración con el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM). Los hallazgos del estudio resaltan la importancia de entender el impacto de las coinfecciones y exposiciones naturales a estos parásitos para mejorar las estrategias destinadas a su control.  

La malaria y las helmintiasis son dos enfermedades frecuentes en regiones tropicales y subtropicales, particularmente en poblaciones de bajos recursos y con acceso limitado al agua potable o instalaciones sanitarias. Por lo tanto, la probabilidad de que una misma persona se infecte con ambos tipos de parásitos es elevada.

“Sabemos que el parásito de la malaria (P. falciparum) y los helmintos inducen diferentes tipos de respuesta inmune,” explica Carlota Dobaño, investigadora de ISGlobal y co-autora senior del estudio. El primero induce una respuesta llamada Th1, caracterizada por la producción de anticuerpos IgG1 e IgG3, eficaz para eliminar parásitos intracelulares. Los helmintos, en cambio, inducen una respuesta poco inflamatoria, de tipo Th2, más eficaz contra parásitos extracelulares, caracterizada por la producción de anticuerpos IgE e IgG4. “La pregunta que nos hicimos es: ¿cómo es la respuesta inmune cuando una persona ha estado infectada por ambos parásitos?,” añade Dobaño. 

Para responder a dicha pregunta, personal investigador del programa de malaria trabajó de la mano con el equipo de Jose Muñoz, investigador del programa de enfermedades parasitarias e importadas, para estudiar el tipo de anticuerpos frente a ambos parásitos en una cohorte de Manhiça, en el Sur de Mozambique, donde ambas infecciones son endémicas.

El estudio incluyó a 715 participantes (adultos y menores de edad) de seis localidades diferentes de Manhiça, para los cuales se cuenta también con una detallada información socioeconómica. El equipo investigador analizó la cantidad y tipo de anticuerpos frente a 16 antígenos de P. falciparum y 11 antígenos de diferentes helmintos. Además, determinaron si las personas estaban infectadas en ese momento o si habían estado expuestas previamente a dichos parásitos.

Los resultados muestran que el 83% de las y los participantes tenían, o habían tenido, ambas infecciones. Este grupo coinfectado o coexpuesto (en el que se concentraba la gran mayoría de personas adultas) tenía mayores niveles de anticuerpos IgE totales e IgG específicos y una mayor diversidad de anticuerpos IgG frente a ambos parásitos (es decir, capaces de reconocer más antígenos de ambos parásitos), comparado con las personas que solo habían estado infectadas por un tipo de parásito. Además, en la población infantil, la coinfección se asoció con una tendencia a tener mayor carga de P. falciparum.

“Creemos que el aumento en anticuerpos refleja un aumento en la exposición al parásito,” dice Rebeca Santano, primera coautora del estudio junto con Rocío Rubio. “Esto sugiere que la infección por P. falciparum crea un “ambiente inmune” propicio para la infección por helmintos, y viceversa,” añade.

La pertenencia al grupo coinfectado o coexpuesto fue  más común en personas adultas, pero esto no se asoció con factores socioeconómicos o acceso a agua potable y sanidad. “Sin embargo, no podemos descartar que haya otros factores en juego, como la desnutrición, que aumenten la susceptibilidad a ambas infecciones en esta población,” comenta Gemma Moncunill, coautora senior del estudio.

“Una de las fortalezas de este estudio es que también incluyó a personas que no estaban infectadas por P. falciparum o helmintos en ese momento, pero que sí lo habían estado previamente”, comenta Dobaño. Esto es particularmente relevante en zonas endémicas donde las infecciones repetidas pueden dejar una huella en el sistema inmune que afecte la manera en que reacciona frente a infecciones posteriores.

Referencia

 Rebeca Santano, Rocío Rubio, Berta Grau-Pujol, Valdemiro Escola, Osvaldo Muchisse, Inocência Cuamba, Marta Vidal, Pau Cisteró, Gemma Ruiz-Olalla, Ruth Aguilar, Maria Demontis, Jose Carlos Jamine, Anélsio Cossa, Charfudin Sacoor, Jorge Cano, Luis Izquierdo, Chetan E. Chitnis, Ross L. Coppel, Virander Chauhan, David Cavanagh, Sheetij Dutta, Evelina Angov, Deepak Gaur, Lisette van Lieshout, Bin Zhan, Jose Muñoz, Gemma Moncunill, Carlota Dobaño. Plasmodium falciparum and helminth coinfections increase IgE and parasite-specific IgG responses. Microbiology Spectrum. 2021.