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Investigación

La crisis sanitaria en las prisiones de América central y del sur explica la falta de progreso en la lucha contra la tuberculosis

El control de la enfermedad en la región requiere tomar medidas urgentes para mejorar la salud de las personas encarceladas

12.04.2021
Foto: Photo by Asael Peña on Unsplash

El aumento de casos de tuberculosis en las prisiones de América central y del sur explica por qué la región no ha avanzado en su lucha contra la enfermedad, según una revisión publicada en The Lancet y en la que participó ISGlobal, centro impulsado por “la Caixa”. Los resultados subrayan la necesidad de abordar la crisis sanitaria y de derechos humanos que se vive en dichas prisiones.

La tuberculosis es la enfermedad infecciosa que más mata en el mundo: 1,2 millones de muertes en el 2018 (y 200.000 muertes adicionales en personas con VIH). En las últimas décadas, la incidencia (es decir, el número de casos nuevos) ha bajado en casi todas las regiones del mundo, a excepción de América del sur y central, donde incluso ha aumentado. 

“Las razones detrás de este aumento no están del todo claras,” explica Alberto García-Basteiro, investigador de ISGlobal y co-autor del estudio, “pero los datos que revisamos indican que se debe, en gran parte, a una crisis creciente de tuberculosis en las prisiones”.

En efecto, el número de personas encarceladas en América central y del sur ha aumentado en más del 200% en las últimas dos décadas, debido en gran parte a la criminalización de las drogas. Las condiciones de vida en la cárcel (el hacinamiento, el confinamiento en espacios cerrados mal ventilados, una nutrición deficiente, y una atención sanitaria poco adecuada) aumentan el riesgo de múltiples enfermedades, incluyendo la tuberculosis.

El estudio encontró que el 11% de los casos de tuberculosis notificados en América central y del sur en el 2017 ocurrieron en personas privadas de libertad, a pesar de que representan menos del 1% de la población general. Esto representa el doble con respecto a los casos reportados en el 2011 (5%). En algunos países, el aumento en el porcentaje de casos en las prisiones fue aún mayor:  Venezuela (15,3% en el 2017 contra 1,8% en el 2011) y El Salvador (51,5% en el 2017 contra 11,9% en el 2011). Brasil es el país con el mayor número de casos en prisiones: 45% del número total en la región. En todos los países, la incidencia de tuberculosis en las prisiones fue mayor a la incidencia en la población general. 

“Este aumento de tuberculosis en las prisiones explica en gran medida por qué la región no ha progresado en el control de la enfermedad,” señala Guillermo Sequera, director de vigilancia de la salud del Ministerio de Salud de Paraguay e investigador de ISGlobal. Por lo tanto, el control de tuberculosis solo se logrará si se mejoran las condiciones sanitarias de las prisiones. Reducir el hacinamiento (por ejemplo, disminuyendo la población de personas que aún no han sido juzgadas y la duración de las sentencias), mejorar la ventilación y la atención médica, y cribar activamente a las personas que entran o salen de la prisión son medidas que ayudarían a reducir la transmisión de tuberculosis y otras enfermedades infecciosas dentro y fuera de la misma.

Los ministros de salud y la comunidad médica global deben actuar con urgencia frente a esta crisis sanitaria y de derechos humanos que se vive en las prisiones y sus comunidades, concluyen las y los autores.

 

Referencia

Walter KS, Martinez L, Arakaki-Sanchez D, et al. The escalating tuberculosis crisis in central and South American prisons. The Lancet. 2021 Apr 8;S0140-6736(20)32578-2. doi: 10.1016/S0140-6736(20)32578-2.