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Análisis y Desarrollo Global, Eliminación de la malaria

La crisis de COVID-19 podría duplicar los casos de malaria en el África subsahariana

En el Día Mundial de la Malaria, la OMS insta a los países a mantener acciones contra la malaria y salvar vidas

24.04.2020
Telas mosquiteras sobre las camas de la UCI infantil del Hospital de Manhiça, Mozambique.

El Día Mundial de la Malaria, que se celebra cada año el 25 de abril, llega en 2020 mientras los países endémicos se preparan para un aumento de casos de COVID-19. Las lecciones aprendidas de epidemias anteriores en África, como el ébola, y las predicciones del impacto potencial sobre la malaria como resultado de las interrupciones en los sistemas de salud debido al nuevo coronavirus han llevado a serias advertencias sobre la importancia de mantener los servicios de malaria a pesar de la pandemia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una declaración en la que insta a los países a "moverse rápido y a distribuir herramientas de prevención y tratamiento de la malaria en esta etapa del brote de COVID-19 en África subsahariana, y a hacer todo lo posible para mantener estos servicios de control de la malaria esenciales de manera segura".

Según un nuevo análisis basado en un modelo matemático publicado por la OMS y sus socios, "las interrupciones severas de las campañas de distribución de redes mosquiteras tratadas con insecticida y de acceso a medicamentos antimaláricos podrían conducir a una duplicación en el número de muertes por malaria en África subsahariana este año en comparación con 2018".

El análisis considera nueve escenarios de posibles interrupciones en el acceso a las herramientas básicas de control de la malaria durante la pandemia en 41 países, y los aumentos resultantes que se pueden ver en casos y muertes. En el peor de los casos, que considera la suspensión de todas las campañas de redes tratadas con insecticidas (ITN) y una reducción del 75% en el acceso a medicamentos antimaláricos efectivos, las muertes por malaria en el África subsahariana en 2020 alcanzarían las 769.000, el doble de las reportadas en la región en 2018. Esto representaría un retorno a niveles de mortalidad vistos por última vez hace 20 años.

Según el Informe mundial sobre la malaria 2019, África subsahariana concentró aproximadamente el 93% de todos los casos de malaria y el 94% de las muertes en 2018. Más de dos tercios de las muertes fueron entre niños menores de cinco años. Estas cifras se dan, a pesar de que la malaria es una enfermedad que puede prevenirse con medidas de control del vector y medicamentos profilácticos administrados a las poblaciones con mayor riesgo, y que también puede curarse siempre que el tratamiento se administre en las primeras etapas de la infección.

Aunque se han logrado avances significativos contra la malaria gracias a la ampliación de la prevención y el control, la mayoría de los países africanos tienen sistemas de salud débiles que ya estaban abrumados antes del brote de COVID-19. Hasta el 23 de abril de 2020, se habían confirmado 16.430 casos de COVID-19 en 45 países de la región africana de la OMS. Estas cifras representan una pequeña proporción del total mundial, lo que, según la OMS, significa que “los países de la región tienen una ventana de oportunidad para minimizar las interrupciones en la prevención y el tratamiento de la malaria y salvar vidas en esta etapa del brote de COVID-19".

La OMS ha publicado directrices técnicas para ayudar a los países a garantizar la continuidad de los servicios contra la malaria en el contexto de COVID-19. Este documento recomienda que los países endémicos de malaria alienten a las poblaciones a buscar atención médica tan pronto como surja la fiebre (a pesar de que la fiebre también es uno de los síntomas clave de COVID-19) y que continúen brindando intervenciones para el control de la malaria. Las recomendaciones también incluyen adaptar las estrategias para minimizar el riesgo de contagio, por ejemplo, evitando grandes reuniones de personas durante las campañas de distribución de mosquiteras y protegiendo al personal de salud a nivel comunitario y en los centros sanitarios. La prevención efectiva de la malaria reduciría directamente el número de casos de esta enfermedad y, por lo tanto, liberaría presión sobre los sistemas de salud que se prevé que se vean abrumados cuando aumenten los casos de COVID-19.

“Esta es una llamada de atención de la OMS a los países y a todos los socios, incluidos los financiadores, para una acción inmediata, para mantener el control de la malaria en el contexto de la pandemia, así como una oportunidad inmediata para disminuir el impacto de la COVID-19. Solo los países, con el apoyo de la OMS y sus socios, pueden actuar para mantener los logros”, ha afirmado Regina Rabinovich, directora de la Iniciativa de Eliminación de la Malaria de ISGlobal.