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El acceso y la mejora del agua, fundamentales para el control de enfermedades

El acceso y la mejora del agua podrían evitar ciertas enfermedades prevenibles

02.12.2013

Jeroen Ensink, investigador de la London School of Hygiene and Tropical Medicine (LSHTM), impartió un seminario sobre el acceso y la mejora del agua en los países en desarrollo de África, Asia y América Latina, en el marco del Máster de Salud Global UB-ISGlobal en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona. El experto destacó que estos dos aspectos son básicos para controlar ciertas enfermedades prevenibles.

Acceso a agua potable y saneamiento básico

Ciertas enfermedades prevenibles pueden producirse por agua contaminada, tanto si ésta es bebida, si se transmite de persona a persona por una inadecuada higiene personal y doméstica, como por insectos vectores relacionados con el agua (transmisión por insectos que se crían o pican cerca del agua). De aquí la importancia de un acceso a agua potable y la promoción del lavado de manos para romper el ciclo de transmisión. Las bacterias de las heces pueden transmitirse a los alimentos a través de los fluidos, los campos (que contaminan el agua), las moscas o los dedos, produciendo un nuevo huésped.

Tener acceso a agua potable significa que la fuente está a menos de un kilómetro de distancia de su lugar de uso y que es posible obtener por lo menos 20 litros por miembro de una familia al día. Este agua potable es la que se emplea en fines domésticos como beber, cocinar e higiene personal.

Para asegurar una buena higiene y un entorno limpio, seguro y saludable, el saneamiento básico es la tecnología de más bajo coste. A pesar de ello, en los países en vías de desarrollo el porcentaje de población que utiliza saneamiento básico mejorado es inferior al 50%.

¿Por qué promover el saneamiento?

El acceso al suministro de agua significa un ahorro de tiempo y de dinero, además de una mejora de la salud. Uno de los principales motivos para promover el saneamiento es evitar enfermedades prevenibles como la diarrea, que provoca 1,8 millones de muertes al año. "El lavado de manos puede reducir los casos de diarrea en un 43%. Por ello es necesario que esta medida de higiene se realice antes de comer, después de ir al baño, antes de cocinar y después de cambiar al bebé", explicó el investigador.

Pero la mejora del acceso y calidad del agua no sólo evita enfermedades prevenibles sino que también contribuye a mejorar la calidad de vida de las mujeres,  que emplean más de 2 horas recolectándola, y  a la educación de sus hijos, ya que podrían dedicarles más tiempo. Así, las políticas de saneamiento de agua son fundamentales para promover el desarrollo de aquellas poblaciones más vulnerables del planeta.