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¿Cómo está afectando la COVID-19 a las mujeres embarazadas?

Serie | COVID-19 y estrategia de respuesta #29

12.02.2021

Este documento forma parte de una serie de notas de debate que abordan preguntas fundamentales sobre la COVID-19 y las estrategias de respuesta. Los trabajos han sido elaborados sobre la base de la mejor información científica disponible y pueden ser actualizados a medida que esta evolucione.

Escrito por Elena Marbán CastroCristina Enguita FernàndezClara Pons Durán, Azucena BardajíLaura García, Raquel González y Clara Menéndez, todas ellas de la iniciativa de Salud Materna, Infantil y Reproductiva de ISGlobal, este documento aborda cómo el embarazo constituye un factor de vulnerabilidad frente a la COVID-19.

 

Desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, se ha considerado a las mujeres embarazadas como “un grupo vulnerable” por su morbi-mortalidad en epidemias anteriores de otros coronavirus, el SARS (2003) y el MERS (2013). Durante el embarazo, los cambios fisiológicos de la función pulmonar y la adaptación de la inmunidad también podrían incrementar la susceptibilidad y gravedad clínica de la neumonía por COVID-19. Por otro lado, la neumonía por cualquier etiología infecciosa es una de las causas más importantes de mortalidad materna.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha alertado de que las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de presentar formas graves de la COVID-19 y de ser hospitalizadas en cuidados intensivos que las no embarazadas. Además, tienen un mayor riesgo de precisar ventilación mecánica y de sufrir efectos adversos relacionados con la enfermedad por los cambios cardiovasculares producidos durante el embarazo.

Por otra parte, cada vez hay más evidencia acerca de la transmisión del virus de la madre al feto. Aunque es poco frecuente, se ha observado que el feto puede infectarse por SARS-CoV-2, especialmente durante los últimos meses de la gestación.

¿Cuáles son los cuidados que deben recibir las mujeres embarazadas?

  • El cribado para el SARS-CoV-2 de las mujeres embarazadas al inicio de la gestación (durante las consultas prenatales) podría ser beneficioso al mejorar el manejo clínico y prevenir posibles complicaciones de la infección.
  • Numerosas sociedades internacionales de obstetricia recomiendan el cribado del SARS-Cov-2 antes del parto o durante el ingreso hospitalario por cualquier otro motivo, para disminuir el riesgo de contagio al personal sanitario que las atiende, y para mantener la vigilancia epidemiológica y priorizar los recursos sanitario.
  • En situación de disponibilidad limitada de test diagnósticos, las mujeres embarazadas deberían ser priorizadas por ser consideradas un grupo de riesgo.

La importancia de una información de calidad

Desde la iniciativa de Salud Materna, Infantil y Reproductiva de ISGlobal, se está liderando el único ensayo clínico de un fármaco para prevenir la infección por el virus SARS-CoV-2 y el desarrollo de la COVID-19 en mujeres embarazadas (COVID-Preg). Como parte de este ensayo clínico, se ha realizado un estudio cualitativo que ha consistido en entrevistar en profundidad a 24 mujeres embarazadas sobre sus conocimientos, percepciones y experiencias de la COVID-19.

  • Las mujeres embarazadas entrevistadas han recibido información contradictoria a lo largo de la pandemia. Se necesita mejorar la comunicación a las mujeres embarazadas sobre los efectos de la COVID-19 en el embarazo, tanto por parte del personal sanitario como de organismos oficiales y medios de comunicación.
  • En general, las mujeres entrevistadas viven el embarazo con ansiedad y con miedo al contagio, lo que puede llevar al aislamiento incluso de sus parejas y familiares cercanos, y a tener una menor interacción con el sistema de salud, ya que se han reducido las visitas presenciales en los centros sanitarios. La mejora de la comunicación podría servir para prevenir problemas mentales, ansiedad, insomnio, etc.
  • Las mujeres entrevistadas relatan que muchos partos han ocurrido en soledad, y que se han eliminado los grupos de preparación al parto, de lactancia, etc. Durante la pandemia, las mujeres embarazadas deberían tener la posibilidad de estar acompañadas en todas las visitas prenatales y durante el parto, respetando las medidas de seguridad. Durante confinamientos estrictos, hay que facilitar la realización de grupos de preparación al parto, grupos de lactancia, etc. de manera telemática.

El descenso en las visitas prenatales presenciales y el menor acceso a los programas de salud reproductiva

  • Aún no se conocen bien las consecuencias de la pandemia a medio y largo plazo en la salud materno-infantil por la reducción en las visitas prenatales presenciales. Por ejemplo, en países de ingresos bajos, las consultas prenatales no han sido sustituidas por consultas telefónicas, con las potenciales consecuencias negativas que podrá suponer en salud prenatal e infantil. En España, como en otros países de ingresos altos, la mayoría de las visitas obstétricas se reemplazaron por visitas telefónicas; sin embargo, se limitó el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva.
  • En relación a la salud reproductiva, en países de ingresos bajos se ha observado un incremento de embarazos no deseados, incluyendo embarazos en adolescentes, por un menor acceso a los servicios de planificación familiar y por un aumento de la violencia de género. Se ha estimado que se producirán siete millones de embarazos no deseados durante la pandemia de COVID-19, con el incremento en mortalidad materna asociado a abortos no seguros y con el abandono escolar de niñas y adolescentes que conllevará también, entre otros.

Por otra parte, en países de ingresos altos se ha observad un descenso de la natalidad por la disminución en los procesos de reproducción asistida (que representan un 9% del total de embarazos en España), debido a un deterioro de la economía familiar y a cambios en sus prioridades reproductivas, entre otros.

¿Qué se puede hacer para mejorar la salud de las mujeres embarazadas en tiempos de COVID-19?

En investigación:

  1. Promover la inclusión de mujeres embarazadas en ensayos clínicos de productos farmacéuticos para el tratamiento y la prevención de la COVID-19 -incluidas las vacunas-, de donde suelen ser excluidas.
  2. Responder a preguntas clave que son importantes para mejorar el manejo y la prevención de la infección: ¿Es frecuente la transmisión del virus SARS-CoV-2 de la madre al feto? ¿Cuáles son las manifestaciones de la COVID-19 en las mujeres embarazadas y en el recién nacido?
  3. Realizar estudios cualitativos para entender los efectos de la COVID-19 en la salud emocional, y el impacto social durante el embarazo.

En salud pública:

Establecer normas de prevención la COVID-19 dirigidas a las mujeres embarazadas y su entorno (pareja, familia, etc.) para prevenir la infección.

  1. Priorizar a las mujeres embarazadas en la realización de pruebas diagnósticas de la COVID-19.
  2. Registrar el estado de embarazo en el rastreo de contactos para identificar precozmente a las mujeres embarazadas expuestas al virus.
  3. Dependiendo de la transmisión comunitaria, adaptar la frecuencia de las visitas presenciales prenatales, y complementarlas con el seguimiento telemático del embarazo.
  4. Se recomienda que, respetando las medidas de higiene y seguridad, las mujeres embarazadas puedan ir acompañadas de su pareja u otro familiar a las visitas prenatales y al parto.
  5. Dar continuidad a los grupos de apoyo al parto y a la lactancia, de manera telemática.
  6. Adaptar las medidas de confinamiento, desconfinamiento, así como otras medidas de salud pública, teniendo en cuenta a las mujeres embarazadas como grupo vulnerable.
  7. Promover el acceso prioritario de las mujeres embarazadas en entornos cerrados que puedan presentar un riesgo aumentado de infección (por ejemplo, supermercados, transporte público, instituciones administrativas, etc.) para minimizar sus contactos.
  8. Priorizar la salud mental de las mujeres durante el embarazo, para minimizar los efectos negativos de las medidas frente a la pandemia.
  9. Para prevenir embarazos no deseados, ha de asegurarse el acceso a métodos de planificación familiar, anticoncepción de emergencia e interrupciones voluntarias del embarazo incluso en época de pandemia.

En comunicación:

  1. Publicar noticias de COVID-19 y embarazo para mejorar el conocimiento de la enfermedad en salud reproductiva en la población general, y que las mujeres tengan una percepción de riesgo adecuada a la realidad.
  2. Aumentar las noticias de temas específicos de COVID-19 de interés para grupos específicos como las mujeres embarazadas, distintos rangos de edad, etc.
  3. Promover un diálogo abierto, entrevistando a personas expertas en distintas áreas (obstetricia, pediatría, salud pública, psicología, antropología…) en los medios de comunicación para que las familias puedan disponer de una información de calidad.