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La salud urbana en las ciudades de países de renta baja y media

17.3.2021
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Foto: Dewang Gupta / Unsplash - Nueva Delhi, Delhi, India.

La urbanización sin precedentes supone un desafío complejo para la salud de la población. En las ciudades de los países de renta baja y media (LMIC, por sus siglas en inglés), el aumento de la de la población y de la motorización masiva están incrementando los riesgos para la salud de la población urbana. Por consiguiente, las ciudades conllevan innovación, crecimiento económico y avance social, pero también provocan riesgos sobre la salud y degradación ambiental, y potencian las desigualdades.

Actualmente, más de la mitad de la población mundial se ve amenazada por las condiciones endémicas de la vida en las ciudades, en especial en los países de renta baja y media donde la población se está trasladando con rapidez de las zonas rurales a las ciudades en rápido desarrollo. En el 2050, solo las ciudades de África y de Asia se prevé que alojen al 90% de los 2.500 millones de nuevos habitantes en el mundo. En el 2030, el número de ciudades africanas con más de medio millón de personas habrá aumentado en un 80%. África seguirá siendo el continente con las mayores tasas anuales de crecimiento poblacional urbano de todo el mundo.

En el 2050, solo las ciudades de África y de Asia se prevé que alojen al 90% de los 2.500 mil millones de nuevos habitantes en el mundo. En el 2030, el número de ciudades africanas con más de medio millón de personas habrá aumentado en un 80%

La salud en la agenda urbana

En la actualidad, las ciudades de los LMIC que se están urbanizando rápidamente disponen de un abanico limitado de herramientas y prácticas que permitan a los decisores políticos tener en cuenta la salud al diseñar las políticas urbanas. Al no incluir la salud en la agenda urbanística, el número de enfermedades y muertes en los LMIC está aumentando.

Douala, Camerún. Edouard Tamba / Unsplash

Hoy en día, los LMIC concentran el 80% de las muertes globales por enfermedades no transmisibles (ENT), el 92% de las muertes relacionadas con la contaminación y el 90% de las muertes relacionadas con el tráfico, a nivel mundial. La concentración y la multiplicación de los asentamientos urbanos en los LMIC están teniendo lugar en corredores restringidos, lo que conlleva hacinamiento en la vivienda, suburbios, condiciones laborales inseguras, falta de acceso al agua potable y a unas instalaciones de saneamiento adecuadas, exclusión social, aumento de la motorización y deficiencias acumulativas en la planificación de transporte.  

Hoy en día, los países de renta baja y media concentran el 80% de las muertes globales por enfermedades no transmisibles, el 92% de las muertes relacionadas con la contaminación y el 90% de las muertes relacionadas con el tráfico, a nivel mundial.

Los desafíos van en aumento

Los países se arriesgan a quedar atrapados en sistemas perjudiciales para la salud e insostenibles, si los responsables de la toma de decisiones no tienen en cuenta la dimensión de salud en las agendas urbanas. Las políticas urbanas pueden desempeñar un papel clave en la preservación o la degradación de la salud humana, y actuar sobre ellos puede reducir las muertes prematuras provocadas por los accidentes de tráfico, los estilos de vida sedentarios y la exposición ambiental vinculada al tráfico.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Como principal consecuencia de la urbanización y la motorización, la contaminación atmosférica es la mayor causa de enfermedades y muertes en el mundo. Alrededor del 90% de la contaminación atmosférica urbana en las ciudades en rápido crecimiento de los LMIC está provocada por las emisiones del transporte. La contaminación atmosférica, solo en las ciudades africanas, representa un coste del 2,7% del PIB nacional. Los países del este y sudeste de Asia sufren el 59% de todas las muertes globales relacionadas con la contaminación atmosférica.

Como principal consecuencia de la urbanización y la motorización, la contaminación atmosférica es la mayor causa de enfermedades y muertes en el mundo. Solo en las ciudades africanas, representa un coste del 2,7% del PIB nacional

La falta de actividad física provoca más de dos millones de muertes prematuras al año a nivel mundial. Los estudios realizados en varios países africanos muestran que los estilos de vida sedentarios inducidos por la urbanización están provocando diabetes, presión arterial elevada y obesidad. Con tal urbanización sin precedentes, las personas que van diariamente al trabajo en África también se exponen a unas carreteras inseguras, con un aumento del 33% en el número de accidentes de tráfico en los últimos 20 años. Se espera que en África el calor haya aumentado 20 veces a finales de siglo, lo que representará una amenaza importante para la salud y las vidas humanas.

Nairobi, Kenia. Peter Usher / Unsplash

La evaluación del impacto en la salud como herramienta para la salud urbana

Se sabe que herramientas como la evaluación del impacto en la salud (EIS) fomentan la integración de la salud en agendas más amplias de políticas enfocadas al urbanismo. Las EIS pueden contribuir a hacer avanzar las ciudades donde muchas decisiones políticas e institucionales se toman sin tener en cuentan los impactos que éstas tienen sobre la salud.

Esta herramienta de evaluación estima los potenciales efectos sobre la salud –tanto negativos como positivos− que podría tener una política, programa o intervención específica que se proponga. Los resultados de varios estudios muestran que las EIS pueden ayudar a las partes interesadas a tomar decisiones antes, durante y después de la estructuración y la implementación de las intervenciones o políticas.

Las EIS son cada vez más frecuentes en los países ricos, pero están extremadamente infrautilizadas en los países de renta baja y media. En un estudio, sólo se hallaron evaluaciones del impacto en la salud revisados por pares en 26 de los 156 países de renta baja y media. La mayoría de las EIS se centran en los impactos sobre la salud de la exposición a la contaminación ambiental, pero otros factores urbanísticos como el transporte y el alojamiento recibieron menor cobertura. La falta de recursos y la escasez de datos pueden representar un desafío para el escalado y la mejora de la implementación de las EIS en los países de renta baja y media. Tales desafíos pueden abordarse si las personas expertas en evaluaciones de impacto en la salud y las partes interesadas a nivel local adaptan estos modelos y herramientas existentes para determinar lo que los entornos locales pueden permitirse y cuáles son sus necesidades.

Las evaluaciones de impacto en la salud (EIS) son cada vez más frecuentes en los países ricos, pero están extremadamente infrautilizadas en los países de renta baja y media

Cómo proceder

¿Qué pasaría, por ejemplo, si los decisores políticos continuaran implementando medidas sin tener en cuentan los impactos sobre la salud? Las intervenciones urbanas correrían el riesgo de verse aplicadas en silos, y con muy poco impacto sobre la salud y la calidad de vida de las poblaciones urbanas.

Kampala, Uganda. Drew Wilson / Unsplash

En la actualidad, existen muy pocas herramientas que conecten la salud y la planificación urbana con las áreas de formulación de políticas, porque tal empeño requiere una gobernanza fuerte, colaboración intersectorial y prácticas basadas en la equidad. Por este motivo, las evaluaciones de impacto en salud aportan una flexibilidad sin precedentes y validez científica para estimar los riesgos sobre la salud que pueden ayudar a tomar decisiones informadas en la puesta en marcha de políticas en los países de renta baja y media. Para respaldar estas evaluaciones, se necesitan más estudios de salud ambiental que permitan identificar y monitorizar los factores de riesgo, en especial en países que afronten una rápida urbanización y con unos sistemas de vigilancia epidemiológica más débiles.

Las evaluaciones de impacto en la salud aportan una flexibilidad sin precedentes y validez científica para estimar los riesgos sobre la salud y pueden ayudar a tomar decisiones informadas en la puesta en marcha de políticas en los países de renta baja y media.

Por último, las evaluaciones de impacto en la salud pueden mejorar el desarrollo de redes urbanas saludables y sostenibles al tiempo que fomenten la participación activa de las partes interesadas en el futuro de sus ciudades. De esta forma, introducir la salud en las agendas urbanas puede desempeñar un papel clave en el impulso de la gobernanza y en la consecución de la equidad en las ciudades de los países de renta media y baja, para un futuro más sano y más esperanzador.