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La hepatitis y los Objetivos de Desarrollo Sostenible: el esprín final

05.10.2015

Ya es oficial: los gobiernos de todo el mundo se han comprometido a acabar con el VIH, la tuberculosis y la malaria, pero simplemente a “combatir” la hepatitis viral.

Cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas votó por adoptar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) el 25 de septiembre, no me cabe duda de que los defensores de muchos sectores se quedaron con la sensación de que este acuerdo tan influyente no reconocía suficientemente la urgencia de sus demandas.

Con esto no pretendo afirmar que los defensores de la hepatitis viral hayan recibido menos atención que aquellos que abogan profundamente por otros asuntos. Sin embargo, creo que es importante que todos los que están comprometidos con acabar con la hepatitis viral piensen en lo que este aspecto de los ODS significa para nosotros.

Los gobiernos de todo el mundo se han comprometido a acabar con el VIH, la tuberculosis y la malaria, pero simplemente a “combatir” la hepatitis viralEl objetivo 3.3 dice: “Para 2030, poner fin a las epidemias del sida, la tuberculosis, la malaria y las enfermedades tropicales desatendidas y combatir la hepatitis, las enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades transmisibles”.

Se calcula que la mortalidad combinada por el virus de la hepatitis B (VHB) y el virus de la hepatitis C (VHC) superó la mortalidad por el VIH en 2013. El VHB, a diferencia del VIH, puede prevenirse con una vacuna. Para el VHC, al contrario que para el VIH, existe una cura. Entonces, ¿qué sentido tiene aspirar a acabar con el VIH y no con el VHB y el VHC?

La pregunta es irrelevante, porque los complejos procesos de consultas y negociaciones que se han llevado a cabo durante años para desarrollar los ODS no estaban dirigidos a estos aspectos. La intención de los ODS es presentar una visión de desarrollo holística y unificada, pero los esfuerzos por reconocer las prioridades de un amplio abanico de grupos de interés han resultado en un documento final que, metafóricamente, podría describirse como un enorme edredón de retales multicolores que se ha rellenado a presión.

Estoy totalmente seguro de que, en los próximos dos o tres años, el ímpetu creciente en nuestro campo catapultará la hepatitis viral y formará parte de la conciencia pública predominanteEn este contexto, en lugar de criticar a los Estados Miembros de las Naciones Unidas por no ser capaces de reconocer la gran amenaza que supone la hepatitis viral, quizá deberíamos verlo como una señal de progreso, ya que la hepatitis viral —obviada totalmente en los Objetivos de Desarrollo del Milenio— por fin está presente. Después de todo, aunque existen nuevas evidencias epidemiológicas que han contribuido enormemente a nuestros esfuerzos de defensa en los últimos años, está llevando más tiempo del que nos gustaría que los responsables de formular políticas y el público general se manifiesten acerca de la inmensa carga de la hepatitis.

Estoy totalmente seguro de que, en los próximos dos o tres años, el ímpetu creciente en nuestro campo catapultará la hepatitis viral y formará parte de la conciencia pública predominante. Cuando esto haya ocurrido, y el empeño por la eliminación se haya convertido en un elemento reconocido dentro del panorama de salud global, el uso del verbo combatir en el ODS 3.3 indicará que el objetivo sobre la hepatitis viral está básicamente obsoleto.

Pero mientras tanto, tenemos asuntos urgentes. Y con urgentes me refiero a que hay muchas probabilidades de que los indicadores para medir el progreso de los ODS se determinen entre hoy y marzo de 2016. Tenemos la oportunidad de acelerar el proceso de esforzarnos para que “combatir” la hepatitis parezca obsoleto, insistiendo explícitamente en indicadores orientados a la eliminación para el VHB y VHC.

Un subgrupo de la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas está desarrollando un borrador de indicadores de los ODS para presentarlo a la Asamblea General, y a continuación se reunirá en Bangkok a finales de octubre. El cronómetro está en marcha. ¿Cómo podemos trabajar de forma conjunta para asegurar indicadores de los ODS que incorporen la realidad de que se puede lograr la eliminación de la hepatitis viral?

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