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Jorge Salamanca: “Es un escándalo que la desnutrición mate millones de niños cada año, cuando existe una solución política”

03.2.2020

Jorge Salamanca es profesor del Máster de Salud Global ISGlobal-UB. Imparte el módulo de “ Malnutrición y seguridad alimentaria". Nació en Madrid, en el pequeño barrio de Hortaleza, y ahora desde hace casi nueve años vive en Barcelona. Ha dedicado su vida a la cooperación internacional y a la acción humanitaria: durante más de 17 años ha vivido en varios contextos y países, especialmente en América Latina y el Caribe, África y Oriente Medio.

 

- Cuando eras pequeño, ¿qué soñabas ser de mayor?

De pequeño, y luego de mayor, quería ser médico, pero el ser demasiado aprensivo a las heridas no me dejó continuar la vocación.

- ¿Cuándo decidiste trabajar en cooperación internacional?

Me marcaron los terremotos de Centroamérica en los 80, especialmente el de El Salvador en 1986 que tuvo mucha cobertura mediática aquí en España. Vi la ayuda humanitaria y sentí que en algún momento quería hacer eso.

- ¿Hay algún tema que te preocupe especialmente?

Las consecuencias del cambio climático. No sé si somos del todo conscientes de las implicaciones que tiene para todos los órdenes de nuestra vida. Me parece que el modelo actual de consumo, energético y de explotación del planeta no es sostenible. Me preocupa la herencia que le estamos dejando a la siguiente generación.

"Me parece que el modelo actual de consumo, energético y de explotación del planeta no es sostenible. Me preocupa la herencia que le estamos dejando a la siguiente generación."

- ¿Si pudieras cenar mañana con cualquier persona en el mundo, a quién escogerías? ¿Y dónde irías a cenar?

¡Qué difícil! Me encantaría aprovechar para conocer a Almudena Grandes, una de mis escritoras favoritas. Y me la llevaría a comer un cocido madrileño a Malacatín y conversar de literatura.

- Vivimos en un mundo que produce enormes cantidades de alimentos y, sin embargo, la gente sigue muriendo de hambre en algunos lugares. ¿Qué soluciones sugerirías para erradicar el hambre?

Esta es una de las mayores contradicciones del mundo. ¡Producimos suficientes alimentos para alimentar a toda la población, pero más de 820 millones de personas sufren hambre! No se trata de un problema de producción, sino de acceso. Tanto de acceso físico como económico.

Las cuatro dimensiones principales que explican la seguridad alimentaria hablan sobre el acceso (físico y económico), el uso y la estabilidad de los alimentos. Desde una perspectiva de derechos humanos, es clave garantizar la seguridad alimentaria para todas las personas: el derecho a la alimentación como se describe en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

- Entonces, ¿se trata de una solución técnica o política?

No existe una solución mágica para erradicar el hambre. No es un problema técnico, es un problema político. Entonces, las soluciones, en mi opinión, deberían ser políticas. Tenemos las herramientas para salvar a las y los niños que sufren desnutrición aguda. Las y los niños sobreviven con un tratamiento simple ambulatorio de 25 días denominado “Ready to Use Therapeutic Food (RUTF)”. Se estima que la desnutrición mata aproximadamente a 3,1 millones de niños y niñas menores de 5 años cada año. ¿Por qué no escalamos las soluciones que tenemos para salvar a todos estos menores? ¡Es un escándalo! En mi opinión es porque no hay voluntad política.

"Cuando hay voluntad política, y un país pone sus políticas orientadas a la meta de reducción del hambre, los resultados están ahí."

- Sí, pero la solución política es muy compleja...

Siempre escuchamos que vivimos en un mundo complejo y que las soluciones, incluso si son simples, son difíciles de implementar. ¿Por qué? Tenemos suficientes ejemplos realmente exitosos en el mundo para luchar contra el hambre :"Fome Zero" en Brasil o "Lucha contra la desnutrición" en Perú, que reducen drásticamente la cantidad de personas que padecen hambre. Cuando hay voluntad política, y un país pone sus políticas orientadas a la meta de reducción del hambre, los resultados están ahí. Entonces, nuestro principal desafío como sociedad, como generación es: ¿Cómo queremos ser recordados? ¿Cómo la generación que permite que 820 millones de personas sufran hambre? ¿O la generación que lucha contra este problema y lo resuelve?