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Innovación tecnológica: un actor clave contra la malaria

31.8.2021

Inoque Antonio Capece tiene 27 años y vive en Mopeia, Mozambique. Desde hace un año, es trabajador de campo de BOHEMIA, un proyecto dirigido a estudiar la posibilidad de reducir la transmisión de la malaria mediante la administración de un fármaco antiparasitario, la ivermectina, a personas y ganado. (Los mosquitos transmisores de la malaria que se alimenten de huéspedes tratados con ivermectina morirán). Cada mañana, Inoque Antonio recorre varios quilómetros en furgoneta para recoger los datos de la población y el territorio en Mopeia, una de las dos localizaciones en las que se está llevando a cabo el proyecto.

Inoque Antonio Capece BOHEMIA

A nivel global existen numerosas estrategias destinadas a controlar la malaria. Algunas de ellas han sido muy exitosas, tal y como ha demostrado China con su reciente acreditación como país libre de la malaria por parte de la OMS. Y muchas se basan en los resultados de los ensayos clínicos que permiten probar nuevos fármacos para la malaria . La captación de voluntarios para estos ensayos suele darse en las consultas médicas. Sin embargo, pese a ser un ensayo clínico, BOHEMIA es un caso distinto.

“Nuestro ensayo sigue un modelo opuesto al habitual: las y los trabajadores de campo tienen que visitar todas las casas presentes en los territorios de estudio. En el caso de Mopeia, esto se traduce en lavisita a cerca de 25.000 hogares”, comenta Paula Ruiz-Castillo, investigadora posdoctoral en BOHEMIA. “Primero tenemos que realizar el censo, es decir, enumerar cada casa y obtener datos básicos de las personas que las habitan -cuántas son, si han tenido malaria recientemente, si tienen ganado, etc.”

“La complejidad no radica únicamente en la obtención de los datos, sino en la complicada logística que supone organizar a todo el personal de campo que visitará las decenas de miles de casas”

Tal como comenta la investigadora, la complejidad no radica únicamente en la obtención de los datos, sino en la complicada logística que supone organizar a todo el personal de campo que, como Inoque Antonio, visitará las decenas de miles de casas durante un periodo de varios meses. “Una vez tenemos el censo, podemos iniciar el ensayo clínico en sí: distribuimos el fármaco y seguimos recabando información como el uso del sistema sanitario, los posibles efectos adversos del fármaco o el estado de salud de los participantes”.

Para llevar a cabo su trabajo, Inoque Antonio y el resto del equipo de campo cuentan con una Tablet con un software específico. “La digitalización ha sido la clave para avanzar en muchos proyectos contra la malaria, especialmente aquellos desarrollados en zonas rurales de África”, asegura Paula Ruiz-Castillo. “Antes de contar con estas herramientas, la recogida de datos se realizaba a mano y en papel, con la consecuente pérdida de tiempo y la acumulación de errores que la labor humana acarrea”. Pero, ¿qué tiene la tecnología de BOHEMIA de especial?

Digitalización a medida

El proyecto BOHEMIA se desarrolla en las localidades de Mopeia, en Mozambique, y Rufiji, en Tanzania. La población de Mopeia ronda los 135.000 habitantes, de los cuales un porcentaje notable vive en zonas rurales no mapeadas.

El trabajo de Inoque Antonio ha sido, en un primer momento, recorrer una zona concreta de Mopeia, detectar dónde hay casas, mapearlas y enumerarlas. Además, el personal de campo localiza los recintos para el ganado -los animales son una fuente añadida de alimentación para los mosquitos y el proyecto BOHEMIA contempla tratar al ganado con ivermectina. Por último, puesto que el proyecto trata de reducir la población de los mosquitos transmisores de la malaria, el personal de campo debe mapear también todos los emplazamientos de agua que localicen : ríos, charcas, pozos, estanques, etc., ya que son criaderos de mosquitos.

El personal de campo debe mapear también todos los emplazamientos de agua que localicen: ríos, charcas, pozos, estanques…

Este mapeo intensivo es posible gracias, en parte, a la empresa DataBrew, colaboradora en el proyecto. Basándose en un software de acceso abierto, OpenDataKit, han colaborado en el desarrollo de tecnologías adaptada a las necesidades de BOHEMIA. “Las nuevas tecnologías han permitido el mapeo de las zonas rurales y la organización de los datos para optimizar las visitas y los análisis posteriores”, comenta Joe Brew, CEO de DataBrew. “Una de las ventajas más grandes de nuestro método es que funciona como una app offline, es decir, la falta de cobertura presente en la mayor parte de Mopeia rural no ha sido un impedimento para las y los trabajadores de campo”.

DataBrew technology_BOHEMIA

Además, estas herramientas diseñadas a medida y en colaboración con BOHEMIA permiten sortear imprevistos habituales en este tipo de proyectos. “En ocasiones ha sucedido que una casa que había sido enumerada y censada -y, por tanto, a la que se le había pintado un número en la puerta- ha desaparecido. Bien porque la lluvia ha borrado la pintura, porque la familia ha cambiado la puerta de la casa, etc.,” comenta Eldo Elobolobo, data manager de BOHEMIA en Mopeia. “Podemos cruzar todos los datos asignados a esa casa y localizarla fácilmente, incluso sin acceso a internet. En pleno Mozambique rural, esta tecnología es oro puro”.

Optimizar el tiempo

Otro de los puntos fuertes de la tecnologías desarrolladas es lareducción de errores. “La función deldata manager es la de preparar y validar los datos”, afirma Eldo Elobolobo. “Normalmente las y los trabajadores de campo dedican varios meses a la recogida de datos y, una vez finalizada, nosotros realizamos lo que se conoce como data cleaning, es decir, detectamos y corregimos posibles errores”. El problema que acarrea este proceso es que la limpieza de datos se lleva a cabo muchos meses después de su recogida, momento en el que los errores son difíciles de enmendar y únicamente queda la opción de prescindir de esos datos.

En una de sus visitas domiciliarias, Inoque Antonio anotó que en la casa número 23 del censo habitaban cuatro personas que poseían 111 vacas. Poseer 111 vacas no es imposible, pero sí muy improbable en este contexto. El software diseñado detecta ese tipo de anomalías y automáticamente lanza una alerta a la aplicación del data manager. Al detectar dicha anomalía, Eldo Elobolobo se puso en contacto con él y le preguntó por el número de vacas de la casa 23, que eran en realidad once.

Por otro lado, esta tecnología hecha a medida genera informes semanales con los datos recogidos. “El informe semanal muestra todo el progreso de la última semana: número de casas censadas por día, por semana, por trabajador, etc. Esto nos permite optimizar el trabajo a grandes pasos y encontrar cuellos de botella”, asegura Paula Ruiz-Castillo.

"Si los avances biomédicos son el motor para avanzar en el control del paludismo, la innovación tecnológica es, sin duda, su combustible"

Hace unos meses el equipo observó, gracias a los reportes semanales, que un equipo de campo de Tanzania pasaba más tiempo en el coche desplazándose hacia una de las zonas a censar que entrevistando a los habitantes de la zona. La monitorización semanal del progreso permitió detectar esa ubicación como una zona de difícil acceso, por lo que decidieron trasladar a pernoctar allí a algunos trabajadores de campo hasta haber acabado el censo.

“En ocasiones pensamos que el progreso contra la malaria depende únicamente del desarrollo de nuevas estrategias de control del vector y de nuevos tratamientos contra la enfermedad. Sin embargo, la innovación tecnológica juega también un papel crucial a la hora de poder implementarlas,” comenta Paula Ruiz-Castillo. “ Si los avances biomédicos son el motor para avanzar en el control del paludismo, la innovación tecnológica es, sin duda, su combustible .”