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COVID-19: ¿Cómo se debería desarrollar la vuelta a la escuela?

Serie | COVID-19 y estrategia de respuesta #7

29.04.2020

Este documento forma parte de una serie de notas de debate que abordan preguntas fundamentales sobre la COVID-19 y las estrategias de respuesta. Los trabajos han sido elaborados sobre la base de la mejor información científica disponible y pueden ser actualizados a medida que esta evolucione. 

Escrito por Jordi Sunyer, Research Professor y jefe del programa de Infancia y Medio Ambiente de ISGlobal, el documento describe cómo se debería desarrollar la vuelta a la escuela, desde los riesgos que podría conllevar a cómo prevenir posibles contagios en los recintos escolares.

Tanto un niño o niña como una persona adulta infectada pueden contagiar el virus. La máxima intensidad de contagio es durante el periodo que va de los dos días antes de presentar síntomas a los ocho días después de la aparición de los síntomas. Pero, en algunos casos, este periodo puede extenderse a un mayor número de días anteriores y varias semanas después. 

Entre el 25% y el 50% de las personas infectadas no desarrollan ningún síntoma en ningún momento. Pese a lo poco que se sabe de la capacidad de infección de los sujetos asintomáticos, se sospecha que estos, al igual que los pacientes con pocos síntomas, generan una parte notable de los contagios. Al no saber que están enfermos, tienen más contacto con menos precauciones que los enfermos. La mayoría de contagios se da por contacto cercano (menos de dos metros) con una persona portadora o por contacto con las manos en superficies donde está depositado el virus. 

¿Está el virus en el aire? 

El virus se transmite a través de partículas de pequeño tamaño, de entre 5 y 10 micrómetros. Varios laboratorios han observado que estas partículas se mantienen suspendidas en el aire por periodos de varias horas, y el virus sigue siendo contagioso en ellas (incluso más allá de las tres horas). Esto es muy relevante para evitar el contagio en espacios cerrados con poca ventilación. En espacios abiertos, hay evidencias preliminares que muestran que, mientras se hace ejercicio físico, un portador puede desprender más partículas contaminadas que en reposo. 

¿Se puede transmitir el nuevo coronavirus por el aire dentro de una sala de trabajo o un aula? 

En espacios cerrados, el coronavirus puede permanecer en el aire y ser infeccioso durante varias horas. Hay evidencias de que si un espacio cerrado no se ventila, la presencia de un portador puede infectar a los que comparten ese espacio, más allá de la distancia recomendada de dos metros. 

¿Qué se sabe del nuevo coronavirus en la población infantil? 

En niños y niñas (personas de menos de 18 años) la enfermedad de la COVID-19 es menos grave que en la población adulta. Relativamente pocos niños y niñas han sido hospitalizados, y síntomas como fiebre, tos o falta de aire son menos frecuentes en los menores que en las personas adultas. Aún así, excepcionalmente se han reportado casos graves en la infancia y algunas muertes. Los niños y niñas con COVID-19 pueden no tener fiebre o tos. 

¿Cómo se puede detectar a los niños y niñas portadores?

La población infantil (y el resto de personal escolar) que presenta síntomas gripales o catarrales, tos o fiebre no debería permanecer en el recinto escolar. Dado que una parte de los contagios se produce a partir de niños y niñas o personas adultas sin síntomas, solo se podrían detectar las y los portadores con test a partir de frotis nasofaríngeos o sangre. Sin embargo, esto debería repetirse periódicamente y las razones de coste y factibilidad limitan su práctica en estos momentos.

¿Se debe mantener el distanciamiento espacial y las conductas preventivas cotidianas en el colegio? 

Estas medidas siguen siendo importantes para todas las franjas de edad, ya que los pacientes con enfermedades menos graves y los que no tienen síntomas tienen un papel importante en la transmisión de la enfermedad. Por ello, tanto en el aula como en el patio, se debería mantener la distancia espacial de dos metros de separación. Al mismo tiempo, antes de la entrada y salida del aula y del patio, los niños y niñas deberían lavarse las manos con agua y jabón o con preparados antisépticos apropiados. 

¿Con qué frecuencia deben ventilarse las aulas? 

La apertura de las ventanas para la ventilación de los espacios cerrados, como las aulas, debería realizarse varias veces al día

¿Cuál es la utilidad de las mascarillas? 

Varios estudios han establecido que el uso de mascarillas quirúrgicas podría prevenir la propagación de los coronavirus, por lo que se recomienda su uso para frenar la propagación del virus SARS-CoV-2. En especial, reducen la emisión de virus por parte de de las personas infectadas, lo cual contribuye a reducir la transmisión por parte de los portadores asintomáticos o presintomáticos.

¿Cuál sería la mejor estrategia en el patio?

Por la posibilidad de contagio con portadores, sería recomendable mantener la separación de dos metros en el patio. Debido a la dificultad de mantener esta distancia física durante el recreo, sería recomendable reorganizar adecuadamente la salida al patio y la práctica de actividad física.

¿Qué aspectos propios de los colegios se debería considerar? 

Debería atenderse la diversidad por edad en la aplicación de los aspectos anteriores. Parecen de muy difícil aplicación para los menores de seis años. Se debería formar a los escolares en conductas higiénicas, uso de mascarillas y sobre todo cómo mantener las distancias espaciales sin crear actitudes fóbicas.